Viaje a Cantabria: mil destinos en uno… y una gastronomía ¡soberbia!

Desde la playa y la montaña al turismo termal o rural, pasando por la gastronomía, la práctica de golf y vela o un recorrido por las cuevas de interés geológico o histórico, sin olvidarse de sus grandes estampas paisajísticas o destinos de costa e interior. Un sinfín de propuestas, donde no faltan todo tipo de opciones, desde los deportes de invierno en la Estación de Esquí de Alto Campoo hasta el turismo deportivo y de aventura con un amplio abanico de actividades de golf, canoa, rafting, parapente, espeleología, rutas a pie o a caballo, barranquismo, submarinismo y esquí acuático, o una tarde de ópera o teatro dentro de la atractiva programación del Palacio de Festivales de Cantabria o del Festival Internacional de Santander. Todo esto es Cantabria. ¡No puedes perdértela!

Nosotros hemos podido comprobarlo con un fantástico viaje de 4 días. Nuestro tour por Cantabria ha tenido un poco de todo esto, una incursión profunda en la gastronomía cántabra (con menús anchos y largos, que merece la pena disfrutar, y que te detallamos a continuación), visita a dos de sus cuevas prehistóricas: Monte Castillo y El Pendo (dos maravillas), y también a una de sus más famosas cuevas geológicas: El Soplao (absolutamente única). Nos adentramos en el famoso Palacio de la Magdalena y visitamos el Museo Marítimo del Cantábrico. Por último: fuimos a conocer la Reserva Natural de Cabárcenos. Cuatro jornadas muy, muy completas. Y, sin duda, interesantes…

Primer día:

La venta de Castañeda, de Pomaluengo

Sentirse como en casa, esa es la filosofía de este restaurante. Realmente lo consiguen. Abierto en 1991, sus propietarios buscaron la calidad, y un trato exquisito para diferenciarlo del resto de locales perdidos por las carreteras de toda España. Con materias primas de primera y un toque de innovación ha conseguido situarse entre los más conocidos y apreciados de Cantabria. Por algo fue nuestra primera incursión gastronómica por tierras cántabras. Acudimos a Pomaluengo nada más aterrizar en Santander. Su carta se adapta a la cocina de temporada: carnes rojas, productos de la huerta y pescados (como no puede ser de otra manera), sobre los que se aplica sabiamente una combinación de técnicas tradicionales e imaginación. Posee una amplia bodega con más de 150 referencias y abundantes caldos internacionales. De servicio familiar.

En esta Venta nos aguardaban exquisitos vinos de la tierra (Lusía, el ecovino de Cantabria, y Picos, de Liébana) y unos aperitivos a base de jamón y rabas (calamares rebozados), éstos últimos son el aperitivo más frecuente de estas tierras. Nos contaba Pilar, nuestra simpática guía, que para ella la mejor parte de las rabas es la de los tentáculos. Aquí en la Venta tomamos el siguiente menú:

  • De primer plato una «Ventresca sobre lecho de cebolla escabechada y anchoa». Según el presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, la anchoa es el caviar del Cantábrico (estamos de acuerdo).
  • De segundo, tomamos un plato rotundo y muy de la dieta mediterránea: la famosa «Olla ferroviaria», que estaba puesta sobre ascuas desde las 8,30 de la mañana (…empezamos la comida hacia las 15.00 horas y seguía cociendo). Lo más curioso es la propia olla en sí, que tienen la mayoría de los cántabros, para hacer sus guisos de legumbres, siguiendo la antigua tradición de los empleados del ferrocarril. En muchos pueblos se pone a la puerta de casa, es un plato que con frecuencia se suele hacer fuera de la vivienda, en el jardín de la casa o en la puerta… (como nos contaba Andrés Alonso Díaz, Jefe de Recursos Turísticos de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, del Gobierno de Cantabria, él también la pone en su jardín cuando invita a sus amigos a comer). Las alubias rojas que degustamos a continuación se pusieron en remojo la noche anterior y después sólo llevaban cebolla y chorizo. ¡Riquísimas! Santiago Flores Sierra, el dueño de la Venta de Castañeda es el Presidente de los Valles Pasiegos, de los que nos habló con entusiasmo… de su gran belleza, del entorno… Santiago nos confesaba con orgullo que para él «era una suerte vivir allí». Los Valles Pasiegos es una comarca que engloba al conjunto territorial de las cuencas fluviales de los rios Pas, Pisueña y Miera, un conjunto de similar condición cultural y social de la comunidad campesina que los habita. ¡Y de espectacular belleza!

Santiago nos contaba también, volviendo a la olla, que la legumbre debe quedar más bien entera, al final de la cocción, que no debe quitarse o desprenderse la piel».

  • Tras las legumbres tomamos un pescado: «Machote de San Vicente de la Barquera», un pez muy grande (parecido al besugo).
  • Y por último tomamos una carne que se deshacía en la boca: «Carrillera de ternera».
  • ¿De postre? Una rica «Tarta de hojaldre de Torrelavega». El broche final lo pusieron los orujos de la zona, y por supuesto la Crema de orujo, dulce y deliciosa (que le gusta más a las féminas, a mí por ejemplo).

Santiago Flores es también el Presidente de la Cofradía del Hojaldre. Enamorado de sus valles, Santiago nos hablaba también de La senda verde, las Vias Verdes, del pasaporte de estas vías… en la Vía verde, al lado de la Venta de Castañeda nos hicimos una foto todo el grupo de prensa, junto a Andrés Alonso, al propio Santiago Flores y con el alcalde de la localidad, Ángel Sáez que también acudió a saludarnos.

Datos

  • La venta de Castañeda.
  • 39660 Pomaluengo-Castañeda
  • Cantabria
  • Teleléfono: 942 592 140
  • Precio medio: 36 €
  • www.ventacastañeda.com
  • Cierra lunes y martes noche
  • Club de Calidad Cantabria Infinita

Visita a la cueva de Monte Castillo

De Castañeda nos dirigimos a visitar la cueva de Monte Castillo, en Puente Viesgo, una de las joyas del arte paleolítico de la región. Monte Castillo es una elevación cónica de 385 m. de altitud ubicada en el extremo oriental de la Sierra del Escudo, que enlaza el Valle del Nansa con el Valle del Pas. Aquí la piedra está esculpida por el agua. Y precisamente el agua del río Pas y su red fluvial es la responsable de la formación del paisaje kártico del Monte Castillo y su entorno. Las cuevas y otras formaciones son el producto de la lenta disolución de la roca en el agua, a lo largo de miles y miles de años. Además de su forma cónica cabe resaltar su situación estratégica, dominando el valle medio del río Pas. La riqueza ecológica de esta zona fue esencial para la subsistencia de los grupos humanos durante la prehistoria.

El descubrimiento de la cueva tuvo lugar en 1903, por Alcalde del Río, director de la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega, en ese momento el acceso a la cueva se hacía por un pequeño orificio que nada tiene que ver con el acceso actual, producto de las excavaciones que se han llevado a cabo en el vestíbulo. Hoy se sabe que hace la friolera de 200.000 años los primeros grupos de homínidos que poblaron Cantabria se asentaron en este lugar y la presencia humana se mantuvo casi ininterrumpida durante toda la Prehistoria. Los humanos del Paleolítico al encontrar este lugar estratégico desde el que se controlaba el paso de las manadas de herbívoros que les servían de sustento volvían al mismo una y otra vez, dejando vestigios de sus actividades.

Las representaciones paleolíticas más antiguas conocidas en el Monte Castillo se pueden fechar en un momento avanzado del Auriñaciense (hace unos 28.000 años), y las modernas en el Magdaleniense Superior (hace unos 12.000 años). Hoy conocemos dónde, cómo y cuándo los hombres del Paleolítico plasmaron su arte, lo que no se sabe bien es por qué, en este sentido hay numerosas interpretaciones. Hace 90.000 años comenzó la última glaciación, la de Würm, el clima empeora, se torna frío y seco. Durante el Paleolítico Medio las cuevas sirven como hogar a los grupos de humanos. La vida se desarrolla en el vestíbulo, donde llega la luz y es ahí donde se conservan los vestigios. En este periodo se observa un mayor grado de planificación a la hora de cazar, su objetivo eran los grandes herbívoros, que pastaban en las praderas. También tallaban con más intencionalidad la piedra.

Los grupos musterienses que ocuparon la cueva eran nómadas, de pocos miembros, que empleaban el fuego, se vestían con pieles y que enterraban a sus muertos. El Homo neanderthalensis era de complexión fuerte y una altura media de entre 1,60 y 1,70 metros. Su cara era ancha, con una gran cavidad nasal para calentar el aire frío. Cazaba caballos, bisontes, ciervos y cabras, complementando la caza con la recolección de frutos silvestres. Hace unos 35.000 años los neandertales desaparecen, tras convivir con el Homo sapiens.

En cuanto a la obra gráfica que en esta cueva se puede contemplar destacan más de 250 representaciones parietales. Hay pintura roja, amarilla y negra y también grabados en distintos puntos que representan animales, signos complejos, puntos… y, sobre todo, manos en negativo. En total 180 figuras de animales, 45 manos en negativo y más de 50 signos, puntos y grupos de puntos. Los animales más representados son las ciervas, acompañados por bisontes, ciervos, uros, cabras y dos mamuts. Entre los signos destacan cuadriláteros y los grupos de puntos. Pero sin duda lo más característico de la cueva son las manos en negativo, manos izquierda en su mayoría.

El recorrido de la cueva comienza en la Gran Sala y lleva a la Galería de Puntos, en la zona profunda. En la Gran Sala se observan un caballo desproporcionado y una cabeza de ciervo. También un prótomo de bisonte en posición vertical. Al lado de las pinturas rojas están los bisontes policromos, en negro y superpuestos a otros más antiguos. El más destacado de estos bisontes está en postura acostada (similar a Altamira), superpuesto a unas ciervas rojas, que a su vez se superponen a unas manos en negativo.
Fabuloso es el Friso de las manos, compuesto de una veintena de manos en negativo, grupos de puntos y algunos cuadriláteros en rojo. En la «Galería de los discos» en la pared derecha hay una cabeza de uro pintada en rojo y siguiendo en la misma pared se encuentra una composición realizada mediante puntos rojos de gran tamaño formando grupos y líneas. La técnica que emplearon era aerográfica, la misma que la de las manos en negativo.

Visitas: abierta todo el año. La visita dura 45 minutos, en grupos de 13 personas, del 1 de mayo al 30 de septiembre y de 15 personas del 1 de octubre al 30 de abril. Horario: Del 1 de mayo al 30 de septiembre abierto todos los días de 9,30 h a 20.00 horas. Del 1 de octubre al 30 de abril abierto de miércoles a domingo de 9,30 h a 17.00 horas. Tel.: 942 59 84 25.

Sesión termal y cena en el Balneario de Solares

Tras el arte prehistórico nos dirigimos al célebre balneario de Solares, donde nos alojamos una noche. De entrada tuvimos una relajante sesión termal y después la cena. Sin duda este balneario es un destino increíble para la salud y el bienestar.

La primera referencia del balneario data de 1753. A finales del siglo XIX y principios del XX se convirtió en la primera estación balnearia de Cantabria, atrayendo a numerosos visitantes que buscaban el confort de las instalaciones y la calidad y el beneficio de sus aguas. Hoy, completamente recuperado y ampliado con nuevos edificios de estilo clásico, el Hotel Balneario de Solares, constituye un complejo hotelero-termal único en su género. En él la luz es protagonista, en las habitaciones (cuenta con 113), el hall, en los salones… Y por supuesto el agua, esto es lo que reza en una de sus paredes… «Agua de Solares declarada de utilidad pública en 1828. Aguas termales a 29,8º C, bicarbonatadas, cloruradas, cálcicas, sódicas y radiactivas, con importante acción sedante y estimulante general de las funciones orgáncias».

El balneario cuenta con 5000 metros cuadrados distribuidos en distintos espacios destinados tanto al uso terapéutico de las aguas como a tratamientos estéticos y aprovechamiento termolúdico, para grandes y pequeños. También ofrece medicina nutricional y cosmética termal.

El Manantial- Hotel Balneario de Solares

Tras un baño relajante en el balneario, cenamos en el restaurante El Manantial, dentro del neoclásico Hotel Balneario de Solares, donde estábamos alojados. El local tiene un ambiente sereno, elegante, que incluye una zona con enormes ventanales en una hermosa galería-jardín. Su chef, Enrique López Valverde nos obsequiaba con una rica cocina que conjuga tradición o modernidad. Por cierto, los detalles estaban cuidados al máximo. En las mesas unas bonitas flores naturales: camelias rosas, recién cortadas de los árboles del jardín. Servicio de sala formal y profesional. Este fue el menú:

  • De entrante: Ensalada de pulpo, patata asada y aceite de pimentón.
  • A continuación: Arroz cremoso de foie y jugo de verduras con virutas de trufa. Fue el plato que más me gustó.
  • Luego un pescado: Merluza a la brasa con cigalita, cebolla confitada y jugo de hongos.
  • Y finalmente una carne de ave: Muslo de pato en confit sobre hojaldre, con salsa de miel y piñones.
  • De postre: Torrija de sobao pasiego caramelizado con helado de pistacho.
  • Los vinos: Sanz Verdejo, Chivito Gran Feudo, Marqués de Arienzo y, por supuesto, agua de Solares.




Otras especialidades de este restaurante son: terrina de foie-gras caramelizada con gelée de rosas y hojaldre al curry, salmonete guisado con verduritas y un mojo rojo, y lubina escaldada en aceite de langostinos con pil-pil de piquillo, entre otros.

Datos

  • Restaurante El Manantial
  • Hotel Balneario de Solares(cuatro estrellas)
  • C/Calvo Sotelo,13
  • 39710 Solares
  • Cantabria
  • Precio medio: 40-45 €
  • Teléfono: 942 521 313
  • www.hotelbalneariosolares.es
  • Abierto todo el año
  • Club de Calidad Cantabria Infinita
  • Platos para niños y menús para celíacos

Segundo día

Visita a la cueva de El Pendo

Para contemplar su maravilloso retablo milenario. La cueva se encuentra en el corazón del valle de Camargo, próxima a la localidad de Escobedo. El recinto tiene una enorme boca y un vestíbulo sorprendente por sus dimensiones monumentales. Al fondo, destaca el gran «Friso de las Pinturas» un panel de 25 metros de largo, visible desde cualquier parte de la sala principal, contiene a modo de gran retablo, una veintena de figuras pintadas en color rojo. Destacan las ciervas, con doce ejemplares, acompañadas de una cabra, un caballo, dos zoomorfos indeterminados y varias formas de signos (como puntos, discos y líneas)que generalmente se localizan segregados de los paneles en los que se localizan los cuadrúpedos.

La cueva de El Pendo fue descubierta en 1878 (un año antes de que descubriera la de Altamira) por Marcelino Sanz de Santuola, en compañía de su hija María, y desde ese momento ha sido fuente constante de información y una joya para la investigación. En ella se han hallado datos relevantes para el conocimiento de los asentamientos humados, desde el hombre de Neardenthal (entre 84.000 y 35.000 años atrás) y varios de los más bellos ejemplares del arte mueble de este periodo histórico, entre ellos el célebre bastón perforado. El Pendo es el yacimiento más importante de la región. Cuenta con registros humanos de hace más de 80.000 años. En 1997 fue descubierto el «friso de las pinturas», un gran panel del que antes hablábamos. Las distintas pinturas están hechas con pigmento de óxido de hierro de color rojo.

En origen la cueva disponía de una gran visera natural que se derrumbó en el Holoceno. Este derrumbe de grandes bloques selló gran parte del área vestibular, por lo que las excavaciones se han tenido que centrar en áreas marginales y en la primera sala del interior de la caverna. En el interior de la cueva el hombre prehistórico plasmó sus creencias y mitos, en una galería recóndita que puede observarse desde cualquier punto prácticamente. Además de emplear las cuevas como hábitat, también despertaron en estos primeros humanos un sentimiento de veneración. Pese a que se conocía de antes, para la ciencia arqueológica se descubrió en 1878.

El Pendo posee la mayor colección de obras de arte mueble (Arte Mobiliar, utilitario) sobre asta de la Península Ibérica (más de 250 obras) y es la cavidad con mayor número de «bastones de mando» de Europa, con 11 ejemplares conocidos. Su funcionalidad es desconocida aunque se cree que eran una especie de santuario portátil, o piezas relacionadas con los ritos mágicos o religiosos. Los temas plasmados en el arte mueble son muy distintos a los de las pinturas rupestres: en El Pendo son frecuentes las representaciones de serpientes y peces, cabras en visión frontal. Con signos también muy distintos a las pinturas: trazos seriados y cruces, que aparecen con profusión.

La cueva se puede visitar de miércoles a domingo en horario de 10.00 a 13.00 horas, concertando la cita en el teléfono: 670 43 90 10 y 942 259 214.

Situación: Escobedo. Camargo.

Palacio de la Magdalena

Visita a Santander, candidata a la “Capital Europea de la Cultura 2016”, en concreto visita al Palacio de la Magdalena, construido como regalo de bodas de la ciudad para el rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia.

El complejo residencial de la Península de la Magdalena se ideó para uso y disfrute de la familia real en la temporada estival, lo que sería un excelentte reclamo para la ciudad. En lo alto de la misma situado en un extremo de la bahía de Santander se levantó el palacio de la Magdalena. Fue proyectado por dos jóvenes arquitectos santanderinos: Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega.

Durante la Segunda República se transformó en la pionera Universidad Internacional de Verano (1933-1938). Tras la Guerra Civil, la institución docente fue refundada en 1945 con el nombre de Universidad Internacional Menéndez Pelayo y años más tarde la antigua residencia real volvió a acoger buena parte de las actividades universitarias. El Palacio y los jardines fueron declarados en 1982 Bien de Interés Cultural. El hecho de que los reyes pasasen en Santander sus veranos supuso un gran impulso urbanístico para el Sardinero. Entre otras obras que se llevaron a cabo en dicha zona destacan: la nueva avenida de Reina Victoria, se acondicionó el Paseo de Pérez Galdós, se construyeron el Gran Casino y el Hotel Reina Victoria.

El edificio sigue un estilo centroeuropeo y anglosajón para agasajar a la reina, que era de nacionalidad inglesa. Posee una planta asimétrica con forma de T con fachadas retranqueadas, con entrantes y salientes que forman distintos cuerpos. En la fachada principal destacan una hermosa escalinata central de doble tramo y dos torreones octogonales. El 4 de agosto de 1913, ondeó por primera vez la bandera sobre el mástil. El parque fue diseñado en 1911 en estilo inglés por Juan Gras y Prats, jardinero mayor de la Real Casa de Campo desde 1901. La aficción del rey Alfonso XIII al polo hizo que se creara en un lateral de la península un campo apropiado para dicho deporte.

Dentro del palacio pudimos visitar distintas salas, que hoy se utilizan para cursos y conferencias, el despacho del rey Alfonso XIII, distintos salones que se conservan con el mobiliario original empleado por los reyes en sus estancias veraniegas, y también un hermoso cuadro (lo más valioso del palacio) de la Reina Victoria Eugenia, obra del gran Sorolla.

El palacio de la Magdalena de Santander es la sede de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelazyo (UIMP), una de las instituciones más emblemáticas de España en lo que respecta a oferta académica estival (de junio a septiembre). En 2008 se realizaron 69 encuentros, 63 seminarios, 17 cursos magistrales, 15 talleres, 10 escuelas, 9 cursos de formación profesional, 5 de autor y su obra, 4 aulas del mar, 2 aulas de «Verano Ortega y Gasset y 8 cursos de formación de profesores de español como lengual extranjera.

Museo del Cantábrico

Del Palacio de la Magdalena nos fuimos a visitar un museo muy especial: el Museo Marítimo del Cantábrico. De entrada en el gran recibidor nos sorprendieron los esqueletos originales de dos enormes ballenas. Después disfrutamos de un paseo didáctico y divertido contemplando la riqueza de los fondos marinos en bellos acuarios. El museo posee una de las mejores colecciones de esqueletos de ballena de Europa. Otras secciones son: Construcción Naval, Historia de la navegación e Historia de la pesca.

Museo Marítimo del Canatábrico. C/ San Martín de Bajamar s/n (Santander). Tel.: 942 274 962. www.museosdecantabria.com

Almuerzo en el restaurante Tonino, de Monte

Este restaurante, marinero donde los haya, está ubicado en un pueblito al lado de Santander (muy, muy cerca). De fuerte sabor a mar (decoración en madera, con ojos de buey, anclas…), en él tomamos:

  • Una rica “Ensalada de bonito de costera”
  • “Croquetas de bacalao”
  • “Barbadas de bacalao fresco al ajillo” (kokochas)
  • “Pulpo salpimentado a la oliva virgen” (un pulpo más que a la gallega, a la cántabra, por así decirlo, aunque preparado igual).
  • “Jargo al horno con patatas panaderas”.
  • Y de postre: “Flan tembloroso de queso con brillo especial de caramelo amargo”.
  • Y luego, por supuesto: café y los chupitos de orujo típicos de la tierra.

Repasando un poco la carta vimos que allí puedes tomar una estupenda “Gran mariscada de Tonino” por 72 euros, que incluye 1 bogavante, ½ ración de gambas frescas, ½ ración de langosta, ½ de percebes y 4 cigalas (varias de las mesas de hecho estaban dando buena cuenta de una fuente repleta de marisco). También una “Caldereta de pescado y marisco” para 2 personas, por 64 euros, que incluye 4 pescados, langostinos, cigalitas y almejas. Algunos de los platos tienen nombres muy curiosos: “Cilindros de pasta borracha”, “Arroz como Dios manda”, “Libro cerrado de hojaldre con crema helada en sus hojas”. “Tronco de bizcocho relleno de sabia”…







Por el local de Tonino pasaron hace no mucho el presentador Buenafuente, con el ministro Corbacho y el presidente de Cantabría, Revilla, a la vez que grababan un programa de televisión. Y hablando de clientela famosa, el año pasado, el 17 de febrero, comió en su local el propio Presidente del Gobierno, D. José Luis Rodríguez Zapatero, con motivo de su visita a Cantabria. ¿Quieres saber qué comió el presidente y sus acompañantes? Tonino preparó en esta ocasión el “Gran menú dos mares” : “Gambas frescas” (Mar Mediterráneo), “Langostinos frescos” (Mar Mediterráneo), “Percebes” (Mar Cantábrico), “Almejas del Raíl” (Mar Cantábrico, el Raíl es la zona de la Bahía de Santander donde se pescan estas almejas) y “Lubina de Comillas en su gusto marinero, que estudiando allí español, la probará el mundo entero”. De postre: “Tarta con avellanas”. Vinos: Tinto Tilenus (Bierzo), Albariño Veiga Serantes, Rosado Vivanco Tempranillo Garnacha. Café. Por último brindaron con cava catalán por la entonces futura puesta en marcha de esas Nuevas Vías de acercamiento y unión entre Cantabria y los diferentes pueblos de España.

Datos

  • Restaurante Tonino
  • Barrio la Torre, 86
  • Monte
  • Santander
  • Teléfono: 942 320 182

Nos acomodamos tras la comida y la sobremesa en el hotel Bahía (Plaza de Alfonso XIII, tel.: 942 20 50 00), con impresionantes vistas al mar.

Cena en el restaurante Sixtina

Situado en el centro de Santander, su nombre le viene de que el propietario se llama Miguel Ángel, al igual que el chef, su hijo. Además en sus techos también hay pinturas, pero en esta ocasión son reproducciones de las cuevas de Altamira (bisontes, jabalíes y ciervos). En esta «capilla Sixtina de la gastronomía» probamos una cocina exquisita, con materia prima de primera y técnicas creativas e inteligentes, desarrolladas mano a mano tanto por María del Mar Gancedo Fernández, como por su hijo Miguel Ángel, de sólo 27 años (que ha aprendido de algunos de los más grandes de nuestros fogones como Andoni, Hilario…). Excelentes materias primas, manipulación justa, servicio amable, excelente bodega y una cuidada cava de tabacos finos, son algunas de sus señas de identidad. Por todo ello está en la lista de los restaurantes más afamados de la ciudad. ¿Lo qué no te puedes perder si vas a Sixtina? Las croquetas de jamón y huevo de María del Mar. Todo el mundo las pide, es el plato extrella. “Hago unas 800 al día” nos confesaba María del Mar, que es natural de Boñar (León).

Este fue el Menú degustación que tomamos (muy, pero que muy recomendable, de principio a fin):

  • “Huevas de lubina con vinagreta de pulpo” y “Croqueta de jamón y huevo”, de aperitivo.
  • Después: 1º “Anchoa de Cantabria con queso Baró frito y castañas”.
  • 2º “Manitas de lechazo, salsa de trufa y langostino”,
  • 3º “Huevo de corral escalfado, lascas de bacalao y pimientos asados”.
  • 4º “Lubina asada con ceviche de navajas”.
  • 5º “Foie-gras a la plancha con fresas y vinagre Pedro Ximenez”.
  • De postre: “Torrija caramelizada con espuma de miel y canela”.
  • Los vinos: Viña Erasmus crianza Ribera de Duero y Campos Góticos blanco de Rueda.

En Sixtina encontramos el binomio perfecto, la tradición que corre a cargo de María del Mar, que opina “que la cocina tradicional siempre tendrá un hueco en nuestra mesa, con nuevas presentaciones” y las creaciones más avanzadas y vanguardistas de su hijo, Miguel Ángel.

Otras especialidades de este restaurante son: risotto de gamba, trigueros y flor de Esgueva, mero asado en aceite de vainilla, alcachofas y piel de naranja y manzana, caramelo y crema de vainilla.

Datos

  • Resturante Sixtina.
  • Puerto Chico
  • C/del Sol, 47
  • 39003 Santander
  • Precio medio: 45 €
  • Teleléfono: 942 21 95 95
  • www.restaurantesixtina.com
  • Cierra: domingos noche, excepto en verano
  • Club de Calidad Cantabria Infinita

Tercer día Salimos hacia el Valle del Nansa.

Visita a la cueva de El Soplao

Considerada como uno de los grandes tesoros de la geología mundial, la cueva de El Soplao se ubica en un entorno natural de gran belleza, entre los municipios de Valdáliga, Herrerías y Rionansa, a 540 metros de altitud, en un antiguo paraje de explotación minera. Aparte del atractivo de la cueva en sí, el entorno también es soberbio: 3.500 hectáreas, la sierra de Arnero, de gran valor naturalístico con hermosos paisajes de bosque, una variada fauna, restos de arqueología, zonas kársticas, caminos ganaderos y forestales… Así como unas bonitas vistas al mar Cántabrico: Comillas, Oyambre, San Vicente de la Barquera, a los Picos de Europa, a Peña Sagra, a la sierra del Cordel y Peñalara, entre otras.

La cueva se encuentra a 55 km de Torrelavega y a 80 de Santander (se sigue la autovía hacia Asturias, salida 269, a unos 2 km la indicación a El Soplao. Se descubrió en 1908 con las labores mineras de «La Isidra», perteneciente al complejo de minas de La Florida. Con el cierre de la mina en 1978, la zona quedó abandonada aunque progresivamente llegó a convertirse en una cita espeleológica a nivel mundial. En 2004 a iniciativa del Gobierno de Cantabria, se ejecutó un proyecto de recuperación medioambiental y adaptación a fines turísticos de la parte que los mineros habían utilizado como escombrera y tránsito de ferrocarril minero. El resto de la cueva se ha reservado a estudio e investigación, excepto una zona que se destina a turismo de aventura, con un recorrido más especial que el turístico.

La cueva es absolutamente una joya, única e irrepetible, ha sido bautizada como la «Capilla Sixtina» del mundo subterráneo, por su grandiosidad, disposición y conservación. Tiene bonitos lagos, algunos artificiales, que reflejan las figuras en una estampa increible. Además está viva, el agua sigue actuando y se oye permanentemente el rumor, el goteo constante… del agua. Al margen de su gran valor medioambiental tiene también un gran valor estético, que está plasmado en especial por la abundancia y diversidad de formaciones excéntricas. Junto a las excéntricas también hay gran profusión de estalactitas, coladas, banderas y macarrones, imperando el blanco inmaculado de las formaciones (la calcita)y en menor medida los rojizos, negros y azules. La entrada a la cavidad se hace en vagones de un tren minero, que nos pone en situación. Por su belleza El Soplao se ha convertido en uno de los lugares más visitados de Cantabria. El Territorio El Soplao está protegido como Bien de Interés Cultural. En las inmediaciones de El Soplao se ha deccubierto recientemente un gran yacimiento de ámbar, del Cretácico Inferior, que se está investigando en este momento.

Más información y reservas: 902 82 02 82. www.elsoplao.es

Visita a Carmona

Un conjunto de carácter rural, con un ambiente delicioso de calles populares y algunas casonas nobles, muchas de ellas que todavía conservan su escudo de armas. En este representativo pueblo conversamos con algunos de sus habitantes, que tranquilamente estaban en las calles, sentados al sol, o mientras realizaban artesanalmente sus famosas albarcas en la puerta de su casa… Por cierto, este calzado típico, que se pone sobre unas zapatillas, cuenta con un monumento en este bello pueblo.

Al marcharnos contemplamos desde un mirador en la carretera el pueblo de Carmona desde lo alto, que tiene una estampa similar a la de un Nacimiento. Nos ha parecido una visita de gran interés: el recorrido por sus calles, la conversación con el artesano que trabajaba la madera para conseguir unas nuevas albarcas (por cierto nos contó que sólo tarda un día en tener listo un buen par), las bonitas fotografías que pudimos tomar (de singular belleza la que hicimos a uno de los aldeanos, Manuel Díaz, adormilado en la puerta del bar del pueblo, vestido con mono de trabajo y con las albarcas puestas…) todo como un bonito cuento rural.

Casa Nacho, en Ruente

Y llegaba la hora de comer, en otro bonito pueblo, Ruente, con un puente muy original, un puente romano, que cruza de lado a lado el caudal del río que atraviesa la localidad, La Fuentona. Muy próximo al puente y al río se ubica el restaurante Casa Nacho González, La Bolera, un establecimiento ubicado en una casona típica de Cantabria, a pie de la carretera que conduce a los Picos de Europa. Los responsables de que todo funcione de maravilla son Nacho González y Josefina. Ellos son los que seleccionan a diario los productos que llevarán a las mesas. Nos sorprendió el estilo del restaurante muy andaluz, en especial en la planta de calle, similar a una tabernita, con la imagen de la Virgen del Rocío, una cabeza de toro… La razón es que a Nacho González le encanta Andalucia.

Tomamos un rico aperitivo en la terraza, bajo unas sombrillas:

  • Jamón de bellota “La alacena de Carlos Herrera” (el periodista)
  • Rabas de calamar fresco de Sanvicente de la Barquera (el famoso aperitivo típico de Cantabria).
  • Hojaldritos de Torrelavega rellenos de foie.
  • Tartaleta de revuelto de oficios.
  • Pastel de morcilla y cebolla confitada.

A continuación subimos a uno de los salones del restaurante, decorado de estilo rústico y muy acogedor, donde nos aguardaba nuestra mesa y un rico menú:

  • De primero: Alubias rojas de Casar de Periedo.
  • De segundo: Chuleta de ternera de Tudanca del Valle de Cabuérniga. Josefina nos contaba que la ternera Tudanca es la más representativa de la zona y que lleva una vida muy agradable en los pastos del lugar, criada en plena naturaleza.
  • De postre: Tarta de hojaldre de Santos, Torrelavega. El hojaldre más célebre de Cantabaria.
  • Café y orujos de Liébana.
  • Vino Lan Crianza 2005 y Agua Solan de Cabras.

Datos:

  • Restaurante Casa Nacho González. La Bolera.
  • 39513 Rente
  • Cantabria
  • Teleléfono: 942 70 91 25
  • www.posadalafuentona.com

Visita a Santillana del Mar

Después de comer (más allá de las 17.00 horas), nos dirigimos con cierta prisa a Santillana del Mar, para intentar poder llegar todavía de día (la luz es esencial para hacer bonitas fotografías).

Santillana del Mar ha sido elegido como el pueblo más bello de España, es el lugar más visitado de Cantabria, y como reza el dicho: ni es santa, ni es llana, ni tiene mar. Es una bonita villa medieval, con calles empedradas, casonas, palacios y lugares en perfecto estado de conservación, labor que le ha llevado a ser Patrimonio Artístico de la Humanidad. La Colegiata de Santa Juliana, pieza clave del románico de la región, es el magnífico colofón de la villa.

Desde la Edad Media, Santillana del Mar ha sido uno de los núcleos más importantes de la región, tanto que fue la capital de las Asturias de Santillana. La cueva de Altamira se encuentra a tan sólo 2 kilómetros del centro del pueblo. La villa tiene varios centros de funciones: la plaza de las Arenas, presidida por el palacio de Valverde; la de la Colegiata; la Plaza de Ramón Pelayo, presidida por las Torres del Merino y de Don Borja, así como la Casa Consistorial.

En torno a la colegiata de Santa Juliana se desarrolló la villa. Hacia los siglos VIII y IX se fundó el primer monasterio que acogió las reliquias de Santa Juliana, de donde deriva el nombre de Santillana. No solo las edificaciones destacadas son de enorme atractivo, también lo son las más humildes, de época, que conforman un entramado urbanístico tradicional, que trasporta al visitante a otros tiempos. En su calle central, la que conduce a la Colegiata, hay gran cantidad de tiendas de productos típicos (sobaos, quesada, quesos, orujos…), parada obligada para los numerosos visitantes.
Vuelta al hotel Bahía (Santander). Tras unas horas de descanso salimos callejeando hacia el restaurante…

Zacarías

Este local es todo un «clásico», en Puerto Chico. Sin duda es una obra muy personal de su creador el afable Zacarías Puente-Herboso. Con las paredes claras y las maderas en crudo el comedor del restaurante guarda un cierto aire marinero y rústico, a la vez muy acogedor. Un gran lucernario central personaliza la sala, a la vez que la ilumina de día. En la carta destacan los pescados y mariscos, sin olividar las carnes de Guriezo. La carta de quesos merece mención aparte, por su amplia muestra de variedades de la región. En Zacarías tomamos un “Menú largo y ancho” según palabras del propio Zacarías, quién amablemente nos cantó una canción dedicada a esta bonita tierra, Santander. Zacarías es también un gran escritor, tiene diversos libros de cocina, uno de cocina colombiana, incluso un cuento… Es todo un personaje, muy entrañable. Esto es lo que cenamos en su restaurante:

  • De entrantes:
    • Rueda de queso con jalea de manzana Peregrina del Indiano. El propio Zacarías nos contaba que los quesos deben empezar a degustarse de los más suaves a los más fuertes. Con la jalea resultan exquisitos.
    • Anchoa en salazón al pimiento. ¡Deliciosa!
    • Tomate de Palenque. Riquísimo, también.
  • De primer plato:
    • Maganos encebollados (chipirones).
  • De segundo plato:
    • Merluza de Laredo con Amaguelas (realmente fantástica).
  • Y de postre:
    • Tarta de queso de las Garmillas.
    • Vinos: Rueda, Cigales, Rioja Alavesa.
    • Café y orujos de Cantabria.






Datos:

  • Restaurante Zacarías
  • C/ Hernán Cortés, 38 y Gral. Mola, 41
  • Puerto Chico
  • 39003 Santander
  • Precio medio: 45 €
  • Teléfono: 942 212 333
  • www.restaurantezacarias.com
  • Abierto todo el año
  • Club de Calidad Cantabria Infinita

4º día

Visita al Parque de la Naturaleza de Cabárceno

Entre las montañas pasiegas se encuentra ubicado un territorio tan bello como desconocido: el que comprende los valles pasiegos de Pisueña, Pas y Miera. En el Valle del Pisueña se hallan singulares formaciones kársticas que caracterizan un paisaje de ensueño: el Parque de Naturaleza de Cabárceno, claro ejemplo de recuperación medioambiental en donde especies de animales del mundo conviven en semilibertad. Enclavado en una antigua mina de extracción de hierro, en este enorme parque se llevan a cabo importantes trabajos de investigación para conservar especies en peligro de extinción (elefante africano, oso pardo, rinoceronte blanco, linces…). Gracias a estos trabajos y cuidados, la mayoría de los animales se han reproducido (a excepción de algunos como los linces). En Cabárceno hay abundantes talleres y actividades de educación medioambiental que conciencian a los visitantes sobre la importancia de mantener nuestro entorno. Su superficie abarca 750 hectáreas, cuenta con más de 110 especies. Su recorrido puede hacerse en coche, bicicleta, quads o a pie. En vivo y en directo tienen demostraciones con leones marinos y aves rapaces. Sin olvidar la exposición de reptiles venenosos.

El parque acoge a más de un centenar de especies animales de los cinco continentes, distribuidos en recintos de grandes superficies donde coexisten una o varias especies. La vida se desarrolla en el ambiente más natural posible para los animales. Salvo la alimentación, que se les facilita, el resto de sus actividades están marcadas por el mero instinto animal. La mayoría de ellos desencadenan peleas y luchas en la época de celo por el control de las hembras, ya que sus instintos son tan salvajes como los de los animales que viven en libertad. Por ello Cabárceno se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos del norte de España.

Con más de 20 km de carreteras que surccan el parque, a través de ellas accedemos, pasando por espectaculares desfiladeros, lagos, formaciones rocosas… a los diferentes recintos o espacios. Por todo el parque hay zonas de aparcamiento y sendas para transitar y descubrir rincones de enorme belleza.

En 2007 llegaron dos de sus más populares inquilinos, la pareja de gorilas «Nadia» y «Nicky». Su hogar, su recinto, se ubica entre las entradas de Obregón y Sobarzo, muy próximo al espacio reservado a los tigres y ocupa una superficie de 14.500 metros cuadrados, de éstos, 950 corresponden a la dependencia cerrada y cubierta -climatizada- mientras que el resto es un terreno al aire libre, con vegetación, rocas, troncos, que intenta reproducir su habitat natural.

«Nadia» y «Nicky» son de origen africano, pero se criaron en el zoo de Madrid. A «Nicky» es habitual verle al aire libre (nosotros le vimos comerse algunas plantas), pero «Nadia» es más reservada y no se prodiga demasiado fuera del recinto cerrado (donde le tomamos unas fotografías). Vimos los osos pardos (hay unos 65 ejemplares, cuando en el resto de España hay censadas unos 110 ejemplares). También los elefantes, en este caso vimos a la manada y apartada del resto a Cristina, un ejemplar bastante joven a la que el resto (incluida su madre) han rechazado hasta ahora, algo que están estudiando… y que nos dio mucha pena (estos comportamientos se dan también en la vida salvaje, tal vez Cristina tenga alguna enfermedad o algo que ha provocado el rechazo del resto).
En Cavárceno, gracias a los cuidados especiales, han logrado sacar adelante a Cristina, tras más de dos años desde su nacimiento, con cuidados similares a los de un bebé (su cuidador debía darle un biberón por las noches cada 3 horas), de ese modo por suerte hoy podrá poco a poco incorporarse a la manada (11 ejemplares, que la rechazaron nada más nacer, incluida su madre). Cristina vino al mundo el 19 de junio de 2006 y es hija del macho dominante de la manada Chisco (que falleció ya) y de Kira (una de las hijas de Chisco y matriarca de la manada). Cris nació pesando 95 kilos tras 22 meses de gestación (dos más de lo normal en su especie) esta puede ser la razón por la que su madre la rechazara, otro motivo podría haber sido el hecho de que su madre fuera primeriza o incluso el lugar del parto que transcurrió en la cuadra en lugar de en la pradera (que hubiese sido lo natural). Su madre la rechazó nada más nacer, y otra elefanta Zambi fue la que la ayudó a levantarse y a mamar de su madre una sola vez.

Hoy Cristina come lo mismo que el resto y por suerte se va incorporando poco a poco a la manada -un total de trece ejemplares-. El Parque de Naturaleza de Cabárceo es un espacio precursor en el mundo en la reproducción de elefantes africanos en cautividad. Cristina pesa ya 600 kilos y con ella son 13 ya los ejemplares africanos nacidos en Cabárceno, el mayor número a nivel mundial de paquidermos reproducidos en cautividad. El hecho de ser pioneros en este terreno hace que su experiencia sea un impulso y un modelo (les piden asesoramiento) para otros centros de investigación, reservas y parques. ¡Una fantástica noticia que Cristina pueda ir haciendo poco a poco su vida normal y en compañía de su especie!

Además de ver animales en el parque se pueden hacer rutas botánicas. Las rutas botánicas se sitúan muy próximas a algunos recintos de animales. Así mientras paseamos podemos ver tejos, acebos, alcornoques, abedules, tilos, olivos, hayas, castaños, robles, nogales… En los alrededores de la zona de los tigres, está la Ruta de los tejos que cuenta con tejos, encinas, nogales, bambúes, abedules, olivos, robles, pinos, cerezos, castaños de indias, saúcos, alcornoques, laureles, higueras, acebos, cipreses, plátanos, madroños, laureles reales, adelfas, cedros, celindas… Junto a los recintos de hienas y lobos encontramos la Ruta de los abedules, tilos y hayas. Entre los recintos de leones y bisontes contemplamos la «Ruta de Castaños y pinos».





Tarifas: desde marzo hasta octubre, temporada alta, el precio es de 18 euros para adultos y 12 euros los niños (de 6 a 14 años). Grupos: adultos, 14 euros; niños, 10 euros. Temporada baja y resto del año: adultos 12 euros, niños 8 euros. Si es un grupo, adultos 10 euros. Los grupos son de más de 20 personas.

Acceso: Obregón (Villaescusa) y Cabárceno (Penagos). Tel.: 902 210 112 y 942 563 736. www.parquedecabarceno.com

¡Cantabria te espera! Tenlo presente en los próximos puentes, en Semana Santa, el próximo verano… Tendrás un turismo de calidad y cultural, de gran belleza.

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