- En un estudio reciente se ha investigado la influencia del consumo habitual de café sobre la incidencia de la enfermedad hepática crónica.
- Beber café se ha asociado con un menor riesgo de padecer enfermedad hepática crónica
Según un estudio de las Universidades de Southampton y Edimburgo (Reino Unido) publicado recientemente, beber cualquier tipo de café se asocia a un menor riesgo de desarrollar y morir por una enfermedad hepática crónica en comparación con no beber café, y este efecto alcanza su punto máximo a partir de tres o cuatro tazas al día.
Los investigadores analizaron los datos de medio millón de britanicos, a los que se hizo un seguimiento durante una media de 10,7 años para saber quiénes desarrollaban enfermedad hepática crónica y afecciones hepáticas relacionadas. De todos los participantes incluidos en el estudio, el 78% (384.818) consumía café molido o instantáneo, con cafeína o descafeinado, mientras que el 22% (109.767) no tomaba ningún tipo de café. Durante el periodo de estudio, se produjeron 3.600 casos de enfermedad hepática crónica, incluyendo 301 muertes. Además, hubo 5.439 casos de enfermedad hepática crónica o esteatosis (hígado graso), y 184 casos de carcinoma hepatocelular.
En comparación con quienes no bebían café, los que sí lo consumían tenían un 21% menos de riesgo de enfermedad hepática crónica y un 49% menos de riesgo de muerte por enfermedad hepática crónica. El mayor beneficio lo obtuvieron quienes tomaban café molido, que contiene altos niveles de los ingredientes kahweol y cafestol, que reducen la inflamación del hígado (hepatitis), y que han demostrado ser beneficiosos contra la enfermedad hepática crónica en animales.
El café instantáneo, tiene niveles más bajos de Kahweol y cafestol, aun así también se asoció a una reducción del riesgo de enfermedad hepática crónica. La reducción del riesgo fue menor que la asociada al café molido, lo que sugiere que puede haber otros otros ingredientes potencialmente beneficiosos.
En definitiva, los investigadores concluyeron que, pese a que la hepatitis crónica puede ser causada por la obesidad, el consumo excesivo de alcohol y varios tipos de virus, el café parece prevenir un desarrollo grave de la enfermedad.
Por otro lado, los investigadores creen que la cafeína combate la cirrosis hepática, pero demostraron que todos los tipos de café, incluido el descafeinado, poseen efectos beneficiosos para el hígado. De hecho, determinaron que el café descafeinado provocaba una reducción aún mayor del riesgo de muerte por enfermedad hepática crónica, 63 % frente al 49 % de otros tipos de café.
«El café es ampliamente accesible y los beneficios que vemos en nuestro estudio pueden significar que podría ofrecer un potencial tratamiento preventivo para la enfermedad hepática crónica», señala el Dr. Oliver Kennedy, de la Universidad de Southampton y miembro del equipo de investigación.
Ahora quedan realizar nuevos estudios más rigurosos que avalen los resultados obtenidos e investigar la eficacia de una ingesta de café en personas con riesgo de padecer enfermedad hepática crónica.