Este tratamiento para los alimentos, que se encuentra actualmente en revisión por la FDA, podría proporcionar una manera segura para reducir el número anual de casos de enfermedades derivadas del consumo de alimentos contaminados.
El médico Interactivo, 14 de Abril de 2008
Lavar las frutas y verduras con agua o desinfectantes con cloro podría no ser suficiente para eliminar bacterias, según un estudio del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos que muestra que la irradiación es el único método que consigue eliminar por completo los patógenos causantes de enfermedades que pueden encontrarse en los alimentos frescos. El trabajo se ha hecho público durante la 235 reunión nacional de la Sociedad Americana de Química que se celebra en Nueva Orleáns (Estados Unidos).
En este sentido, el estudio sugiere que la irradiación sí podría ser un método útil para evitar posibles intoxicaciones alimentarias.
Estudios anteriores han mostrado que ciertos microbios pueden escapar a los desinfectantes comerciales y entrar en las hojas de lechugas, espinacas y otros vegetales y frutas, superficies que no alcanzan estos métodos de limpieza. Además, pueden organizarse uniéndose entre sí formando una fina película o «biofilm» que cubre frutas y vegetales y protege a las bacterias de daños externos. Esta clase de comunidades bacterianas pueden albergar múltiples versiones de bacterias infecciosas causantes de enfermedades, como la «Salmonella» o la «E. coli».
Los investigadores han descubierto que la irradiación podría superar a los desinfectantes alimentarios y evitar estas intoxicaciones humanas provocadas por el consumo de frutas o verduras contaminadas.
La irradiación expone a los alimentos a una fuente de rayos de electrones que altera el material genético de las células vivas, inactivando a los parásitos y destruyendo a los patógenos e insectos en la comida, incluyendo los patógenos «E. coli» y «Salmonella».
Los investigadores desarrollaron un método para incluir las bacterias en las hojas de vegetales de hoja verde: las sumergieron en una mezcla con ‘E. coli’. La bacteria fue insertada en las hojas mediante un proceso de perfusión al vacío. Las hojas fueron después tratadas mediante tres sistemas: tres minutos de lavado con agua, tres minutos de enjuague con un tratamiento químico y con irradiación.
Después del tratamiento, las hojas fueron suspendidas en una solución neutral y luego se recuperaron y contabilizaron las bacterias que estaban dentro de las hojas. El estudio mostró que lavar sólo con agua los alimentos no fue eficaz para reducir los niveles del patógeno en las espinacas y la lechuga. El tratamiento químico, una solución de hipoclorito de sodio, no redujo de forma significativa el número de ‘E. coli’ de las hojas de espinacas y redujo en menos de un 90 por ciento la bacteria en las muestras de lechuga.
Por el contrario, la radiación ionizante redujo de forma significativa la población del patógeno tanto en las hojas de espinaca como de lechuga. El nivel de eliminación era independiente de la dosis aplicada, con reducciones del 99,99 por ciento en la lechuga y del 99,90 en las espinacas en las dosis más altas.
Los investigadores después examinaron el efecto de la irradiación en «biofilms» con «Salmonella» y «E. coli». Los «biofilms» que contenían «Salmonella» tendían a morir más fácilmente con la irradiación que aquellos infectados con «E. coli», que eran un poco más resistentes.
Según explica Brendan Niemira, director del estudio, «en los casos más resistentes, observamos una diferencia de un menor porcentaje, pero no es para nada comparable a la resistencia que puede observarse al utilizar un tratamiento químico».