Ingredientes:
1 cebolla grande o 2 cebollas pequeñas, arroz (2 puñados por comensal), 2 litros de caldo (si no tenemos natural lo hacemos con 2 cubitos y 2 litros de agua), azafrán, 1 vaso de vino blanco, aceite de oliva virgen para pintar una sartén grande.
Preparación
- Pelar la cebolla, cortarla en cuartos y picar cada cuarto de cebolla en láminas finísimas (con un grosor de milímetros).
- Disponer aceite en una sartén grande, calentar y rehogar la cebolla lamminada, añadir 2 puñados de arroz por persona (calculados con la mano, puñados grandes) y rehogar; añadir 3/4 partes del vino blanco poco a poco y se rehoga bien.
- Previamente hemos dispuesto 2 litros de caldo (hecho antes o bien con cubitos y el agua) y se calientan. Rehogar el arroz añadiendo poco a poco algo de caldo a cucharones y se rehoga hasta que se absorba el líquido; remover con cuchara de madera.
- Añadir de nuevo más caldo y repetir todo el proceso. Cuando el arroz va alcanzando el punto adecuado se añade el azafrán molido y a continuación el cuarto de vaso de vino blanco que habíamos reservado antes, dejamos unos minutos y estará listo. Al finalizar habremos consumido casi todo el caldo (nos puede sobrar un poco, lo que pida la sartén del arroz es lo que se emplea).
- Servir tal cual y sacar a la mesa un bol con queso parmesano rallado, por si algún comensal quiere tomarlo con queso. El arroz debe quedar hinchado y cremoso, con un poco de líquidito.
- Esta receta nos la dio una gran amiga, María Dorella, de Milán.