- El proyecto Enjoy European Quality Food retoma su itinerario formativo y educativo centrándose en los retos que depara la época post-pandemia
- El 21 de febrero se celebró una mesa redonda en el Ristorante Pante en Madrid y tras ella hubo una degustación de las seis excelencias participantes
Cada vez son más los productos italianos que introducimos en nuestro día a día, y es que España e Italia se benefician mutuamente y llevan la dieta mediterránea por bandera. Lo evidencian los datos, ya que en los primeros 10 meses de 2022, la exportación de productos italianos se incrementó un 25,74% con respecto al mismo período del año anterior, así como las bebidas un 28,39%. Además, se estima que en todo 2022 nuestro país ha llegado a superar los 2.100 millones de euros en estas importaciones.
El proyecto de la Unión Europea para la información y valorización de los productos certificados de calidad, Enjoy European Quality Food (EEQF), un año más difunde la riqueza del país de la bota con una nueva mesa redonda celebrada en Madrid. En esta ocasión, el tema central ha sido ‘El consumo de productos italianos en España: tendencias y retos en la época post-pandemia’. El parón a causa del problema sanitario perjudicó notablemente las importaciones, pero las cifras del último año ya recuerdan a los niveles de antes. Aun así, siguen siendo temas de debate las tendencias de consumo y el posible impacto en las ventas de estos productos.
En este nuevo encuentro intervino Nicoletta Negrini, CEO de Negrini SL, uno de los principales distribuidores de productos italianos en la Península Ibérica, en coloquio con el periodista y experto gastrónomo Alberto Luchini. Se abordaron las diferencias gastronómicas entre España e Italia a través de varios productos: quesos, vinos, embutidos y aceites. Luchini aportó el dato de que, en el último año, la venta de quesos italianos en España aumentó casi un 40%, alcanzando los 246 millones de euros. En particular, justo la mozzarella y el provolone son los dos quesos que más han incrementado sus ventas en el último año, con un +68% y un +30% respectivamente en comparación con 2021. En cuanto al vino, aunque el mercado español no es el principal destino, en el último año se ha notado una tendencia muy positiva de las ventas de vinos espumosos italianos, cuya importación en España aumentó un 35%.
Por su parte, Negrini puso el foco en la necesidad de sensibilizar al consumidor en la calidad de los productos italianos, ya que a menudo se opta por alternativas locales, parecidas y generalmente más baratas, pero que no pueden considerarse como el mismo producto.
Una de las conclusiones tomadas junto con los asistentes fue que tanto Italia como España tienen muy buena materia prima, sin embargo, “el problema es comparar” declaró Luchini, que puso como ejemplo el jamón ibérico, que se obtiene de cerdos negros, y otros jamones italianos, como el San Daniele y el de Parma, que se obtiene de otra raza de cerdos. Ambos ponentes coincidieron en que se debería dar más difusión y educación al consumidor español sobre los productos italianos. Sobre todo, en el caso del vino, ya que según Negrini, ha sido gracias a los restaurantes italianos que se han dado a conocer sus variedades. No hay diferencia de mentalidad, pero “el italiano es mucho más curioso hacia nuevos productos; el español, si no se lo explicas, no los prueba”, afirmó.
No se ha podido olvidar la inflación provocada por la guerra de Ucrania, que ha tenido un impacto muy relevante en el consumo de ingredientes italianos en nuestro país, junto con otras variantes de la globalización como la gran demanda de leche en polvo y mantequilla por parte de China. “Nunca en 30 años me había enfrentado a una subida de precios de este tipo”, aseguró la CEO de Negrini.
Tras las interesantes intervenciones, el chef Manfredi Bosco, jefe de cocina del restaurante Pante Madrid y presidente de la delegación en España de la Federación Italiana de Cocineros (FIC), elaboró varias propuestas que los asistentes pudieron degustar: AOVE Terre de Siena DOP con panes variados, Provolone Valdapana DOP con Asti Dolce y Secco DOCG. Como entrantes, Mozzarella STG Latterie Soligo in carrozza con salsa de anchoas de Cantabria y Provolone Valdapana DOP horneado con Cherry confit y pesto de alcaparras de Pantelleria. De plato principal, Risotto al prosecco di Conegliano DOCG y flores de romero sin olvidar el final dulce con una Pera al Nobile di Montepulciano DOCG. Por supuesto se acompañó este menú con sus vinos: Vino Nobile di Montepulciano DOCG, Spumante Asti Dolce DOCG y Asti Secco DOCG y Conegliano Valdobbiadene Prosecco Superiore DOCG.
En este proyecto cofinanciado por la Unión Europea hay seis productos italianos asociados entre vino, aceite y quesos producciones muy notables en 2022: Asti DOCG (102 millones de botellas, de las cuales el 90% se exporta al exterior y EEUU supone un 25%), Conegliano Valdobbiadene Prosecco Superiore DOCG, hecho según el método champenoise (104,7 millones de botellas), Vino Nobile di Montepulciano DOCG (7.2 millones de botellas), Provolone Valpadana DOP, con una producción de más de 7 millones de kilos, con sus principales mercados también en Francia y Australia, el Olio Extravergine d’Oliva Toscano IGP (de los que se prevén 55.000 quintales y exporta más de la mitad de la producción, siendo Alemania y Reino Unido los principales mercados de destino) y Mozzarella STG (su producción en 2021 superó los 270 mil kilos). Se trata de excelencias territoriales cuya calidad está avalada por certificaciones como DOP (Denominación de Origen Protegida), DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada, exclusiva en los vinos italianos y la más exigente), IGP (Indicación Geográfica Protegida) y ETG (Especialidad Tradicional Garantizada).
Se trata solo de una pequeña muestra de todo lo que puede ofrecer Italia, porque el país transalpino es el primer mercado del mundo en cuanto a número de denominaciones de origen otorgadas por la Unión Europea -un total de 1.027 incluyendo las bebidas espirituosas-, seguido por España con 469. El último producto registrado el 30 de enero de este año ha sido una cereza, la Ciliegia di Bracigliano IGP. De las principales regiones de producción, Toscana y Véneto empatan con 93 productos certificados. Es una suerte tener la oportunidad de disfrutar de ellos por todo el mundo. Es por eso que las bondades de su variada gastronomía de calidad seguirán dándose a conocer en varias iniciativas y eventos en Italia, España, Polonia y Alemania, los cuatro países implicados en el proyecto Enjoy European Quality Food con el fin de darles visibilidad y acercar a los consumidores, al comercio y a la opinión pública al mundo de la comida y el vino de calidad.