Un 75% de las mujeres experimenta al menos una infección vaginal a lo largo de su vida y más del 50% de éstas repiten el episodio entre 2 y 4 veces en un año. Estos datos muestran la importancia de este problema y la necesidad de buscar soluciones cuando ya ha aparecido la infección pero, sobre todo, para prevenir que vuelvan a aparecer.
Según datos del último Congreso SAMEM (Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer), los probióticos ya son recomendados por un 25% de los ginecólogos en casos de mujeres con más de dos infecciones al año, ya que hay una evidencia científica importante en la disminución del número de infecciones de repetición.
El verano es una época especialmente propicia para padecer estas infecciones en la vagina, por las variaciones en la temperatura y humedad, debido al uso de bañadores. Además los cambios de alimentación y costumbres relativos a viajes y otras actividades (como por ejemplo, la práctica sexual) provocan una mayor vulnerabilidad en la flora vaginal, la cual queda a expensas de ataques nocivos por parte de diferentes gérmenes.
Flora vaginal
En la vagina viven numerosos microrganismos (bacterias y hongos) que forman la flora vaginal normal o microbiota. Mantener una flora vaginal en equilibrio y un PH adecuado acorde con la edad y estado de la mujer son factores clave para mantener una buena salud vaginal.
Entre ellos destacan unas bacterias que forman la flora láctica (representan el 90% de las colonias y son fundamentalmente lactobacilos) Mantienen un pH vaginal entre 4 y 5, debido a la producción de ácido láctico como consecuencia de la fermentación de carbohidratos. Este hecho constituye una protección natural de la vagina frente a la colonización de otros microorganismos patógenos.
Cuando se rompe el equilibrio, bien por la reducción de Lactobacilos o por el sobrecrecimiento de otras especies, pueden aparecer las infecciones vaginales (vaginitis o vaginosis).
Diferentes factores pueden favorecer las alteraciones de la flora vaginal y por ello la aparición de infecciones:
- Toma de determinados medicamentos (antibióticos, antifúngicos, anticonceptivos orales…)
- La falta de estrógenos y otros cambios hormonales (pubertad, embarazo, posparto y menopausia)
- Bajada de defensas.
- Las infecciones por hongos.
- La práctica del coito.
- Uso de determinados productos de higiene irritantes.
- Uso de ropa íntima sintética.
Los molestos síntomas que ponen de manifiesto la aparición de la infección son: sequedad, prurito, mal olor, secreciones, etc.
Los probioticos
Los probióticos se presentan como una nueva opción a tener en cuenta en caso de infecciones vaginales*. Son utilizados por el 25% de los ginecólogos en caso de pacientes con más de 4 episodios de infecciones vaginales al año.
Teniendo en cuenta que el 75% de las mujeres experimenta por lo menos una infección a lo largo de su vida y que más del 50% repiten el episodio entre 2 y 4 veces en un año, los probióticos tienen mucho interés como complemento al tratamiento antiinfeccioso elegido.
Hay una evidencia científica importante sobre todo para disminución el número de recidivas.
Arkobiotic Intima
- Composición (por cápsula): 2.000 millones de fermentos lácticos por cápsula. Lactobacillus acidophilus La-14 y Bacillus coagulans Bc-513.
- Modo de empleo: Tomar 1 cápsula al día con un vaso de agua. Se puede aumentar la toma a 2 cápsulas al día.
- P.V.P/ 20 cápsulas: 12,70€