- El director del Instituto de Salud Carlos III aboga porque la industria alimentaria se implique en la prevención de la obesidad.
El Medico Interactivo, 3-12-08
Doscientos investigadores en el campo nacional e internacional de la biomedicina se han dado cita en A Toxa para participar en el II Simposio Científico organizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn). En este encuentro se ha puesto de manifiesto que sería necesario abrir una línea de investigación que estudie la relación directa entre la obesidad y el riesgo de padecer cáncer, delineando la posibilidad de activar un proyecto trasversal que giraría alrededor de la obesidad, la inflamación y el cáncer, siendo la inflamación una constante en ambas enfermedades.
Asimismo, mostraron su conformidad ante el hecho de implicar a la industria alimentaria para intentar frenar la obesidad, defendiendo, para ello, el control del etiquetado de los productos, lo que les permitirá convertirse en un aval y referente que potenciará el rigor en la conducta alimentaria. El director del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), José Jerónimo Navas Palacios, puso especial énfasis en este tema.
En conjunto, en este encuentro científico se han analizado las claves y los retos de la conducta social alimentaria para el siglo XXI. Además, el simposio sirvió para dar cuenta de los avances en el conocimiento de los procesos biológicos y moleculares que conducen a los trastornos de la conducta alimentaria desencadenados por factores socioculturales como las respuestas ante el estrés y la ansiedad.
El doctor Ramón Estruch, coordinador del conocido estudio PREDIMED, un proyecto sobre Prevención con Dieta Mediterránea, expuso las nuevas acciones llevadas a cabo por el CIBERobn para identificar las variantes genéticas de la población relacionadas con la respuesta a la dieta mediterránea. Una labor que entronca directamente con la finalidad del estudio que persigue aportar evidencias científicas de que la dieta mediterránea reduce todos los factores de riesgo cardiovascular.
En este sentido, el CIBERobn ha puesto en marcha recientemente un estudio piloto realizado en personas sanas que pretende constatar que el consumo frecuente de merluza congelada de Namibia es saludable, contribuyendo a mejorar el índice de masa corporal (IMC), el colesterol y la vitamina E.
Otro de los participantes fue el mencionado director del Instituto de Salud Carlos III, quien se refirió a los aspectos fundamentales del nuevo sistema de ciencia y tecnología. “La unificación de las competencias mediante la creación de un nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación en el que confluyen por primera vez la universidad, la investigación y la innovación, los organismos Públicos de Investigación (OPI’s) y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), supondrá un gran avance para la medicina, creando, así un sistema que funcione de manera coordinada”, aseguró Navas Palacios.
El director del ISCIII aboga por la investigación consorciada con proyección internacional, así como por la innovación y la potenciación de los institutos de investigación sanitaria que permitirán la “captación de talento, la constitución y fomento de grupos emergentes y la creación de grandes infraestructuras de investigación que posibilitarán la conexión territorial con las empresas”.
El impulso y respaldo de los CIBERs seguirá siendo una prioridad para el Instituto de Salud Carlos III en su línea de acciones programadas para el 2009, destinando 90 millones de euros anuales a la financiación de los Centros de Investigación Biomédica en Red distribuidos por toda la Península.
El Instituto de Salud Carlos III, adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación, es el encargado de promover y financiar la actividad de los Centros de Investigación Biomédica en Red distribuidos por toda España para contribuir a fundamentar científicamente los programas y políticas del Sistema Nacional de Salud en las áreas prioritarias del Plan Nacional de I+D+I.
Otros aspectos abordados por los investigadores presentes fueron los genes que confieren susceptibilidad para desencadenar los trastornos alimenticios y/o la obesidad, centrando las intervenciones en la expresión de los genes alterados en la obesidad mórbida y en el deterioro de la respuesta de las condiciones alimenticias al hablar de la obesidad.
En este sentido, la profesora de investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y presidenta de la Sociedad Europea para la Investigación Clínica (ESCI), Lina Badimón, se refirió a la regulación de la proteína LRP1 en la arterioesclerosis vascular.