Si sospechas o te han indicado que tu hígado es graso y no sabes qué es vamos a intentar aclarártelo. Con ese término se conoce una enfermedad que representa una acumulación excesiva de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas. Normalmente el consumo de alcohol es la causa más frecuente de esta patología, pero no siempre. También puede no estar asociado a ingestas de bebidas alcohólicas. Se asocia en este último caso a la obesidad y el sobrepeso, la diabetes y a la hipercolesterolemia.
Cómo se detecta
Bien con ecografía (o ultrasonido) abdominal que muestra un hígado brillante. O bien mediante una analítica con transaminadas elevadas en un análisis de rutina.
Por fortuna la mayoría de las personas con hígado graso no desarrollará una enfermedad de carácter grave. Un 20 por ciento de los sujetos sí puede progresar a etapas más graves de la enfermedad, como son la cirrosis y el cáncer de hígado.
Los síntomas del hígado graso por regla general suelen ser dolor en la parte superior derecha del abdomen, malestar general, fatiga crónica, y sensación de pesadez, en especial después de las comidas.
Consejos para su tratamiento
- Pérdida de peso y hacer más ejercicio. Es imprescindible cambiar el estilo de vida. Una nueva dieta muy saludable que hemos conocido hace poco es la que podríamos llamar «la dieta de la manzana». Cuando sientas que tienes hambre, que tienes ganas de tomar cualquier dulce, chocolate, galletas, algo super calórico o fuera de las comidas, sustitúyelo por una manzana. Si no tienes tanto hambre como para comerte en su lugar una manzana, no tomes nada. ¡Un buen truco! Ahora solo nos falta ver si funciona. Desde luego es una fruta saciante y sanísima.
- Evitar el alcohol, incluso el de baja graduación como cerveza o sidra, o restringirlo al máximo.
- Suprimir los medicamentos innecesarios. Muchos medicamentos indican en sus prospectos daños colaterales. Si lees que pueden afectar a tu hígado intenta no consumir más que los imprescindibles (ansiolíticos, analgésicos…).
- Son buenos aliados los antioxidantes (vitamina E)
- El Cardo Mariano es un buen protector del hígado. story:///nov/bcxmlb5d
- También conviene incluir en la dieta más fibra, dado que provoca sensación de saciedad. Además limita el incremento de glucemia tras las comidas y controla la resistencia a la insulina, habitual en las personas que padecen hígado graso.
- Consumir verduras en comida y cena, legumbres 2-3 veces por semana, pan integral, cereales para el desayuno integrales…
- Reducir al mínimo el consumo de grasas malas (saturadas y trans). Emplear aceite de oliva virgen extra, como grasa de cocina, pero reducido al máximo posible (para no aumentar de peso).