- Según un estudio realizado por el Dr. Federico Leighton, director del Proyecto Ciencia, Vino y Salud de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Un estudio realizado en el marco del Proyecto Ciencia, Vino y Salud de la Universidad Católica de Chile, cuyos resultados se han presentado recientemente en el Congreso Vinsalud 2002, ha comprobado que el consumo moderado de vino blanco ejerce efectos hipotensores. Según el Dr. Federico Leighton, director del estudio, las conclusiones de esta investigación también indican otros beneficios, como un aumento de los niveles de colesterol HDL, efecto menos acusado en el caso de la fruta y la verdura.
El análisis se realizó en dos grupos de 22 hombres jóvenes y sanos con el fm de evaluar los factores de riesgo cardiovascular. Los participantes en el estudio siguieron una dieta diaria uniforme en calorías, de las que un 40% correspondían a grasas, y en la que al cabo de un mes se añadieron 250m1 de vino blanco diarios durante un período de tres semanas. Este procedimiento también se llevó a cabo con el vino tinto -en idénticas cantidades-, y con frutas y verduras —con ocho porciones diarias. Además, en todos los períodos se aportó el mismo número de calorías diarias.
El resultado más significativo de esta investigación, dirigida por el Dr. Federico Leighton, director del Proyecto Ciencia, Vino y Salud (PCVS) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, fue que durante las semanas en las que los pacientes consumieron vino blanco los niveles de presión arterial disminuyeron en mayor grado.
Los resultados de este estudio coinciden con los de la Universidad de California, que comprobó los beneficios del consumo de vino blanco en la mejora de la función respiratoria por medio de la dilatación bronquial. Este efecto estaría causado por la relajación producida a nivel de la musculatura, permitiendo dilatar los bronquios y también las arterias, aspecto observado en ambas investigaciones y podría considerarse como el nexo de unión entre los dos estudios.
Otro de los datos obtenidos en este estudio señaló que el vino blanco permite aumentar el colesterol bueno, principalmente por los antioxidantes provinentes de la pulpa de la uva, incremento que fue menos marcado con el consumo de fruta y verdura.
El vino, sea cual sea su variedad, aporta propiedades antioxidantes al organismo, aunque este beneficio parece ser ligeramente superior en el caso del vino tinto, debido principalmente al proceso de elaboración. Así, mientras en el vino blanco la fermentación se desarrolla sin los hollejos y sin las semillas -por lo que sus antioxidantes proceden de la pulpa de la uva- en el caso del vino tinto abundan los derivados de la pepita de uva.
Tal como se ha demostrado en diversos estudios, la concentración y variedad de polifenoles depende de numerosos factores: la variedad de vid, el tipo de vino, clima y terreno, una cosecha temprana o tardía, los diferentes procedimientos en el prensado de la uva, el tiempo de fermentación del mosto con la piel y las pepitas, entre otros.
En los últimos años las investigaciones que aseveran los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino, ya sea blanco o tinto, son cada vez más numerosos. Las propiedades antioxidantes de esta bebida han demostrado ser eficaces en la prevención de enfermedades cardiovasculares pero también en otras patologías, como determinados tipos de cáncer, sobretodo cuando el consumo está asociado a una dieta sana y equilibrada.
Referenciado
- blog «baños de media luna» / Una copa de vino, Abril 2013