- Una investigación de la Universidad de Lübeck en Alemania concluye que optar por un desayuno más consistente y aligerar la cena puede provocar que se quemen el doble de calorías.
Una nueva investigación de la Universidad de Lübeck en Alemania sugiere la posibilidad de aumentar la cantidad de alimentos que se ingierenen el desayuno en detrimento de los que se consumen en la cena ya que esa estragtegia podría ayudar a prevenir la obesidad y unos niveles elevados de azúcar en la sangre.
Nutriguia, Marzo 2020
Nuestro cuerpo gasta energía cuando digerimos los alimentos para la absorción, digestión, transporte y almacenamiento de nutrientes. Este proceso, conocido como termogénesis inducida por la dieta, es una medida de lo bien que está funcionando nuestro metabolismo y puede diferir según la hora en que tomemos los alimentos.
Los resultados obtenidos por el equipo de Richter indican que el alimento consumido en el desayuno, independientemente de la cantidad de calorías que contiene, genera el doble de termogénesis inducida por la dieta que el mismo alimento pero consumido en la cena. Este hallazgo es significativo para todas las personas, ya que subraya el valor de comer lo suficiente en el desayuno», explica Juliane Richter, principal autora de la investigación.
Termogénesis inducida por la dieta
En el estudio, realizado en un laboratorio, 16 hombres consumieron un desayuno bajo en calorías y una cena alta en calorías, durante 3 días, y viceversa en una segunda ronda. Richter y sus colegas encontraron que el consumo idéntico de calorías condujo a una termogénesis inducida por la dieta 2,5 veces mayor en la mañana que en la noche después de las comidas altas en calorías y también tras las que eran bajas en calorías. El aumento, inducido por los alimentos, de las concentraciones de insulina y azúcar en sangre, fue menor después del desayuno en comparación con después de la cena. Los resultados también muestran que tomar un desayuno bajo en calorías aumenta el apetito, específicamente para los alimentos dulces.
«Recomendamos que los pacientes con obesidad y las personas sanas coman un desayuno abundante en lugar de una cena abundante, para reducir el peso corporal y prevenir enfermedades metabólicas y la obesidad», aconseja Richter, ya que el aumento inducido por los alimentos de las concentraciones de azúcar en sangre e insulina disminuyó después del desayuno en comparación con la cena.