Se celebra del 23 al 25 de octubre en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia el VIII Congreso de Nutrición Comunitaria. Entre otros temas se han visto los siguientes:
- La dieta de la mujer islámica embarazada no está sujeta a las exigencias del Ramadán.
- La dieta Mediterránea tradicional corre riesgo de extinción.
- La revolución de los métodos de cocinado viene de la mano del uso del vacío.
- La dieta actual, excesiva en grassas, incide en las cinco patologías de mayor mortalidad en el mundo occidental.
Los miembros del Comité Científico que han debatido en las distintas ponencias son los siguientes:
- Presidencia de Honor: Santiago Grisolía,Lluis Serra Majem.
- Presidencia: Javier Aranceta Bartrina.
- Vocales: Javier Aranceta Bartrina, Josep Antoni Tur, Rosa Mª Ortega, Rafael Carmena, Jose Mª Martín Moreno, Juan Viña, Manuel Moya, Daniel Ramon, Pedro Fito Mauopey, Jose Viña.
En Nutriguia.com, en la sección de Actualidad vamos a ver los resúmenes más destacados de estos temas. Respecto al primero, La dieta de la mujer islámica embarazada, cabe resaltar:
- Las mujeres embarazadas, los niños, los viajantes y las personas enfermas, están exentas del ayuno durante el mes de Ramadán.
- El número creciente de pacientes de religión Islámica, hace necesario la adecuación de los recursos nutricionales, por parte del Sistema sanitario, con la finalidad de garantizar una dieta que evite la malnutrición en este sector de la población.
- La OMS declaró como objetivo prioritario en la conferencia de Alma Atta la “salud para todos”.
- La malnutrición en la actualidad no solo está presente en determinadas minorías, sino que desde la II Guerra Mundial hay un porcentaje que no varía: el 50 por ciento de las personas ingresadas en hospitales están malnutridas.
Valencia, octubre 2008.- El veinte por ciento de las mujeres atendidas durante el embarazo en Valencia eran extranjeras. El dato expresa por sí solo la pluralidad de culturas existente, una cuestión que, al decir de la coordinadora de la Unidad de Nutrición y Dietética del Hospital Universitario de La Ribera, Dra. Pilar Luna, supone “una dificultad extra puesto que no se pregunta por su religión ni por su raza a las personas atendidas. Dada la especificidad de cada cultura surgen problemas para aplicar los recursos sanitarios a comunidades con tan diversas sensibilidades y esta situación revierte en contra del principio universal de salud para todos promulgado por la OMS. Para que esto sea posible hay que adaptar la salud a las minorías”.
Pilar Luna maneja el ejemplo del centro donde trabaja. En el Hospital Universitario de la Ribera, el servicio de Obstetricia acoge el 8,8 por ciento de los ingresos. De este porcentaje, el 46 por ciento es extracomunitario y de ese porcentaje el 68 por ciento pertenece a un país islámico. “Esto provoca”, apunta la especialista, “una dificultad añadida para las matronas que coordinan la nutrición durante el embarazo debido a las especificidades de la dieta islámica”.
Observa la coordinadora que “la dieta islámica va más allá de la prohibición de la ingesta de cerdo. Tienen toda una serie de rituales gastronómicos y, por ejemplo, sólo pueden comer carne de animales sacrificados de una manera determinada, lo que dificulta la elaboración de una dieta convencional y exige la supervisión de las fuentes de hierro durante el ingreso. Las fuentes de proteínas animales pueden asegurarse con pescados o huevos, además de los lácteos que aumentan para todos en el embarazo asegurando así las fuentes de calcio”.
Este problema se acentúa cuando llegan las fechas del Ramadán. Pilar Luna entiende que es preciso hacer un esfuerzo por ambas partes. “En los hospitales y en los Centros de Salud, hay que explicarles que su religión permite no practicar el ramadán a rajatabla a embarazadas, niños, enfermos y viajantes. Hablar con el paciente, escucharlo y recordarle que no es bueno ir mas allá de lo que Mahoma aconseja, suele dar resultados”.
Para la comunidad Islámica, el Ramadán supone también una seña de identidad en un país extranjero. “Si el paciente no acepta dejar el ayuno, es conveniente facilitarles la comida en horarios compatibles y aceptados por el paciente, con el fin de que adquieran las aportaciones nutricionales necesarios para su pronta recuperación”. Siempre que se repartan esos aportes de una manera equilibrada en diversas comidas ésta puede ser una solución adecuada. Además, es conveniente conocer mejor la parte nutricional de las religiones que logran el equilibrio nutricional por unas vías muchas veces desconocidas en la civilización occidental”.
Pilar Luna advierte de un mal endémico. “Desde la II Guerra Mundial hay un porcentaje que no varía: el 50 por ciento de las personas ingresadas están malnutridas. En el caso de las mujeres embarazadas si están sanas y bien nutridas regresan pronto a su domicilio sin secuelas sobre su salud si el control durante el embarazo ha sido bueno”.
Visto así, la solución pasa por establecer una serie de recomendaciones y pautas para seguir una dieta equilibrada en su domicilio. Con el fin de adquirir el conocimiento necesario para realizar estas recomendaciones, la comisión 0,7 con el apoyo de la Dirección del centro realizó cursos de formación con mediadores pertenecientes a la comunidades gitana, islámica y de América Latina destinado a las matronas. Se trata de incentivar una política de formación que ayude a la interrelación cultural a favor de una nutrición adecuada para lograr una buena salud.