Es lo que aconsejan los pediatras. Expertos reunidos en el LVIII Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) que se celebra estos días en Zaragoza, han apoyado el «abordaje psicológico» de los problemas de obesidad en niños y adolescentes como método complementario a la dieta y el ejercicio físico en el tratamiento de esta enfermedad.
AZprensa.com, 8 de junio de 2009
«El factor psicológico es importante en el proceso obesogénico. Comer en exceso y engordar rápidamente puede ser la respuesta del niño ante un acontecimiento doloroso o una reacción generalizada a cualquier situación estresante», señaló el responsable de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital Niño Jesús de Madrid, el doctor Gonzalo Morandé. «De ahí que la motivación y la voluntad bien encauzadas puedan ayudarles a enfrentar el problema y a tomar decisiones que impliquen cambios en su estilo de vida», apuntó.
«La falta de educación para la salud, tanto en las familias, como en las escuelas, tiene gran parte de la responsabilidad en este aspecto», aseguró el doctor Morandé. Y es que, además de los factores de riesgo clínicos, se puede hablar también de otros ambientales: «los hábitos de vida alimenticios de una familia pueden ser, en sí mismos, un importante factor de riesgo adicional», explicó el presidente del Comité Científico del LVIII Congreso de la AEP, Julio Ardura.
Asimismo, junto con los padres y los educadores, «los propios pediatras deben también cambiar en ciertos aspectos su mentalidad», subrayó este experto. «Debemos cambiar el chip y hacer también prevención de aquellas patologías que no vamos a ver en el niño, sino en el adulto. Todo recién nacido en el nuevo milenio debe estar libre de desarrollar enfermedad cardiovascular cuando alcance los 60 ó 65 años de vida», aseveró.