- Bicicleta estática, natación o gimnasia sueca.
Agencias, Abril 2010
La futura Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que entrará en vigor a finales de este año o principios de 2011, recomendará a los colegios la puesta en marcha de programas de «acondicionamiento físico» específicamente dirigidos a niños con problemas de obesidad, que incluiría actividades como la bicicleta estática, la natación o la gimnasia sueca y «actividades multideporte no competitivas» para los recreos, como el escondite o la comba.
Así lo adelantó a Europa Press el presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), el doctor Javier Aranceta, quien ha participado en la elaboración del anteproyecto de esta norma, cuyo texto ya cuenta con el visto bueno de las sociedades científicas y que podríamos conocer «el próximo mes de junio», coincidiendo con el acto anual de entrega de premios a las mejores iniciativas en el marco de la Estrategia NAOS.
Para este experto, en la actualidad, las clases de gimnasia de los colegios están «estructuradas como en tiempos de la Falange, con salto de plinto y ejercicios que están muy bien, pero que no incentivan a hacer ejercicio a los niños con problemas de obesidad».
Además, los niños «cada vez participan en menos juegos colectivos en el recreo, sino que traen al colegio sus juguetes o su videoconsola y se entretienen sin practicar actividad física, lo que les convierte en un colectivo sedentario».
De hecho, recordó Aranceta, «sólo el 40 por ciento de los menores en edad escolar participan en algún tipo de deporte en el colegio, convirtiendo a España en uno de los países, junto con Grecia y Portugal, con menores tasas de actividad física en jóvenes».
Menos competitiva, más personalizada
Así, la futura ley de nutrición buscará acercar a los niños con problemas de obesidad al deporte reduciendo su carga tradicional de competitividad y adaptándolo a las necesidades específicas de cada alumno, a través de la puesta en marcha de lo que podrían denominarse ‘areas de acondicionamiento personalizado’.
«Se trataría de poner en marcha programas de acondicionamiento físico para niños con obesidad, donde un panel de monitores –distinto al de profesores de gimnasia general– ofreciera actividad física personalizada a los alumnos con sobrepeso que lo desearan».
Estos planes podrían incluir, en las horas de clase, actividades como la natación, la gimnasia sueca o el trabajo con bicicleta estática y para el recreo, «actividades multideporte no competitivas, como el escondite o la comba, donde no hay goles».
«El objetivo sería ofrecer a los niños con problemas de obesidad un área donde puedan coger tono muscular, como las que se ofrecen ya en los colegios privados o los gimnasios. Después, que cada uno juegue a lo que quiera, porque ya tendríamos a un niño fuerte que por su biotipo siempre tendría sobrepeso pero que podría jugar al fútbol o a lo que quisiera».
Evitar el estigma
Para el presidente de la SENC, es crucial que este programa se ponga en marcha «con elegancia», pues el objetivo «no es estigmatizar al niño obeso, sino que el niño quiera adherirse a este programa para mejorar su imagen y que lo vea como si fuese un gimnasio».
Otra propuesta de la SENC en este sentido sería abrir los colegios en fin de semana –la tarde del sábado y la mañana del domingo– para promocionar la actividad física, una iniciativa que ya está en marcha en algunos colegios privados pero que, como el resto de esta futura norma, su desarrollo dependerá «de los fondos con los que se puedan contar».
«La nueva ley está a las puertas, su contenido está consensuado por las distintas sociedades científicas y ahora está en manos de Sanidad, que le está dando forma de norma y ajustando sus contenidos para que se pueda llevar a efecto, en función de los fondos con los que se puedan contar, y no crear expectativas que no se puedan cumplir en realidad».
Un programa «del que está pendiente» Obama
Otro de los pilares de la futura norma será la de «reorientar la alimentación de los menores hacia productos más saludables». En este sentido avanzarán iniciativas como el aumento del control de los menus del comedor escolar, la eliminación de la bollería industrial de las máquinas expendedoras o la formación de los padres en nuevos hábitos.
El doctor Aranceta precisa que «no es partidario de poner a dieta a los menores, sino de reorientar su alimentación». «Si un niño desayuna leche con cacao y bollería, habría que cambiar la leche entera por desnatada y el dulce por pan tostado o integral con mermelada ‘light’. El objetivo es que el niño no tenga la sensación de estar a dieta».
En la lucha contra la obesidad infantil, un problema que en España afecta al 14 por ciento de la población entre los 7 y los 14 años –sobre todo a los niños y a los hijos de familias con menor nivel socio-económico– los datos del Programa PERSEO, realizado sobre 14.000 niños españoles de las autonomías con más problemas de obesidad infantil y que ofrecerá sus primeros resultados en junio y después en octubre y febrero de 2011.
«El programa ha terminado, ahora estamos evaluando sus resultados para saber si trabajar en los colegios y con las familias contra la obesidad infantil consigue éxitos. Se trata de una iniciativa bien hecha, de la que está pendiente el propio presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y que, si ofrece buenos resultados, nos señalaría el camino a seguir, sería un punto de inflexión en la lucha contra la obesidad infantil», concluyó.