Joan Roca venera la tradición pero esto no le agobia a la hora de cocinar. El éxito de sus platos se debe a su especial atención al equilibrio, creando platos que tienen desde notas dulces, sabrosas, agrias y hasta saladas, todas ellas en armonía. Tampoco le asusta abrazar la tecnología más moderna, usando el vacio para crear algunos de sus platos como el cerdo Ibérico amamantado.
Joan Roca y sus hermanos también ven en la experiencia de comer como íntimamente ligado a un sentido, no solo el gusto sino la vista, el oído, el tacto y el olfato. Los platos, plated to perfection, como su ensalada de remolacha con arándanos, que se hace eco de un paisaje de jardín y es impresionante en su color y sencillez.
La expansión era inevitable, pero Joan y sus hermanos se han tomado el tiempo de mantener el control artístico. Su segundo restaurante, Moo, está en el Hotel Omm en Barcelona y es muy diferente de su pariente en Gerona.