La FAO resalta valor nutritivo de la leche de camella, «la última novedad»

IBLNEWS, 22 de Abril de 2006

La leche de camella podría convertirse en el más reciente producto incorporado a los anaqueles de los supermercados y las tiendas de productos naturistas del mundo occidental.

Naciones Unidas llamó a que la leche -mucho más nutritiva que la de vaca- sea introducida en los países occidentales a una escala mayor de la que se comercializa en la actualidad.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) denominó a leche de camella como «la última novedad», y dice que sería factible crear un mercado mundial del producto con un valor de US$10.000 millones.

Rica en vitaminas B y C y con diez veces más hierro que la de vaca, la leche de camella es, además, más baja en grasa y lácteos, y más alta en potasio.

Estudios científicos indican que los anticuerpos presentes en el producto pueden ayudar a combatir enfermedades como el cáncer, la hepatitis o el Alzheimer.

En muchos países árabes y africanos esa leche se consume ampliamente y también se usa en la fabricación de quesos, yogures y mantequilla.

Ya existe igualmente una línea cosmética a base de leche de camella.

Leche es dinero

La FAO dijo que la comercialización amplia de los productos lácteos de camello suministraría más alimentos para los habitantes de regiones áridas y semiáridas del mundo en desarrollo. También dotaría de una abundante fuente de ingresos a pastores nómadas que tradicionalmente se han dedicado a la producción de la leche.

El experto en productos pecuarios de la FAO, Anthony Bennett, declaró: «Las posibilidades son enormes. La leche es dinero».

La FAO espera que donantes e inversionistas suministren financiación para fomentar la explotación, y que el producto se logre distribuir en mercados lucrativos del Medio Oriente y Occidente.

Obstáculos

Pero la explotación del mercado de la leche de camella, sin embargo implica salvar una serie de obstáculos en la producción, la fabricación y la comercialización.

La conservación del producto es uno de esos problemas. Hasta ahora, esa leche ha demostrado ser incompatible con el tratamiento a temperatura ultra alta que se requiere para prolongar su duración.

Se estima, además, que el sabor del producto -que difiere bastante del sabor de la leche de vaca- podría no ser en del agrado de todos.

«Nadie está recomendando una explotación intensiva -señaló Bennett-; sin embargo, sólo con mejorar los piensos, la cría y la atención veterinaria, los rendimientos diarios podrían incrementarse».