EL MEDICO INTERACTIVO, 19 de Abril de 2006
Investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) han descubierto que la proteína C-reactiva (PCR) bloquea la hormona leptina, cuya misión es regular la cantidad de grasa corporal, y afecta a su función en el control del apetito. Los resultados contribuyen a explicar por qué los enfermos de obesidad tiene problemas para perder peso, y constituyen un nuevo objetivo en el tratamiento de la obesidad.
Según el autor del estudio y profesor de la Universidad de Pittsburgh, Allan Zhao, explicó que por sí misma la leptina no es capaz de reprimir el apetito, pero añadió que sus estudios apuntan a que su interacción con la PCR pueden potenciar su capacidad para transmitir señales al cerebro.
«Necesitamos más estudios relacionados con esta posibilidad de interacción para investigar los mecanismos subyacentes», admitió Zhao. La leptina se segrega con el aumento de la grasa corporal, cuanta más grasa más leptina, y su misión es bloquear los receptores de las neuronas en el hipotálamo, de modo que el cerebro envíe la orden de dejar de comer.
Aunque las personas obesas producen más cantidad de leptina que las delgadas, de alguna manera que se desconoce son resistentes a sus efectos. Según estos investigadores, esto se debe a su vinculación con la PCR, que además se cree vinculada con el riesgo de hipertensión y de síndrome coronario agudo causados por la obesidad.
«Sabemos que la PCR bloquea la leptina e impide el envío de sus señales pero todavía no sabemos cómo», reconoció el investigador, que apuntó a que algunos factores que dificultan la circulación sanguínea pudieran también inhibir la leptina por la obstrucción del paso de la sangre.
En uno de sus estudios, los investigadores inyectaron leptina humana durante seis días seguidos a animales de laboratorio con receptores de la hormona pero sin capacidad para producirla. Los animales comenzaron a ingerir menos alimento, perdieron peso, y normalizaron sus niveles de glucosa en sangre.