Medica Express, 04 nov 2005
La carne roja, pero no la de pollo, pescado ni el consumo de lácteos, está asociada con el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de páncreas.
Los investigadores estadounidenses siguieron a una cohorte multiétnica de 190.545 individuos durante siete años y los evaluaron según la dieta consumida, utilizando para ello cuestionarios de frecuencias de alimentos. Durante el seguimiento hubo 482 casos de cáncer de páncreas. Se utilizó el modelo de riesgo proporcional de Cox para determinar la asociación entre cáncer de páncreas y alimentos, relacionando los nutrientes con el consumo total de calorías y agrupando a los grupos estratificados por sexo y periodo de estudio y los datos ajustados por edad, estado de fumador, historia familiar de diabetes mellitus y de cáncer pancreático, grupo étnico y consumo calórico.
Los resultados revelaron que los sujetos del grupo con percentil más alto en consumo relativo de carne (gr/1000 kcal) respecto al grupo con percentil más bajo de consumo, aumentaron en 68% su riesgo de padecer cáncer de páncreas. Comparando el más alto percentil de consumo de carne de cerdo y de de carne roja en general, respecto a los percentiles más bajos, cada grupo se asoció con un 50% de aumento en el riesgo. El consumo de ave, pescado, productos lácteos, huevos, grasa total, grasa saturada y colesterol no fueron asociados con riesgo de cáncer de páncreas.
Aunque el consumo de grasas totales y grasas saturadas en los alimentos fue asociado con un estadísticamente significativo aumento en el riesgo de cáncer de páncreas, el consumo de grasas totales y saturadas de productos lácteos no lo fue. Los autores sostienen que la carne roja y la carne procesada están asociadas con aumento del riesgo de cáncer de páncreas, las grasas y las grasas saturadas probablemente no contribuyen a los mecanismos carcinogénicos subyacentes porque los hallazgos para grasas procedentes de la carne y de los lácteos fueron diferentes. Las sustancias carcinogénicas relacionadas a la preparación de la carne y a los métodos de cocinarla podrían ser las responsables de la asociación positiva. El estudio es interesante porque la asociación entre consumo de carne y cáncer de páncreas nunca fue sólida y se atribuía a las grasas, al contenido en colesterol y a los métodos de cocinarla.
Estos hallazgos incrementan la probabilidad de reducir la incidencia de cáncer de páncreas, reduciendo el consumo de carne roja y carne procesada.