Univision, 19 de Septiembre de 2005
El aumento de peso puede convertirse en una obsesión durante el embarazo, pero debe ser también una preocupación antes de la concepción. La obesidad aumenta los riesgos de que una mujer sufra un aborto espontáneo, y otras complicaciones graves, inclusive capaces de poner la vida en peligro.
Hacer dieta durante el embarazo no es recomendado por los médicos, pues puede dañar al feto.
Debido a que la obesidad está aumentando entre las mujeres jóvenes de Estados Unidos, se han divulgado nuevas pautas pidiendo a obstetras y a ginecólogos que planteen el tema ante sus pacientes antes de que queden embarazadas, y que adopten pasos especiales cuando las madres potenciales tienen sobrepeso.
Entre las medidas figuran las siguientes: consejos sobre nutrición a las mujeres embarazadas, para que no engorden demasiado, exámenes de diabetes durante la gestación, y consultas con un anestesiólogo acerca de sedantes seguros, mucho antes de que den a luz, en caso de que necesiten ser sometidas a una operación cesárea.
Si existe un momento en que las mujeres necesitan mejorar sus hábitos de salud, es durante el embarazo, señala la doctora Laura Riley, del Hospital General de Massachusetts, quien colaboró en la redacción de las pautas publicadas este mes por el Colegio de Obstetras y Ginecólogos de Estados Unidos.
Nadie sabe cuantos embarazos son complicados por la obesidad. El gobierno calcula que alrededor de una tercera parte de las mujeres adultas en Estados Unidos están obesas. Además, la mayoría de las 110.000 personas que se someten anualmente a un «bypass» gástrico, una operación destinada a eliminar grasa del cuerpo, son mujeres en edad de concebir. Los cirujanos recomiendan que las mujeres que se someten a esa operación posterguen su embarazo hasta 18 meses después del procedimiento.