El medico interactivo, 11 de Junio de 2005
La Red de Atención Primaria ha lanzada una serie de conclusiones con motivo de la reciente celebración en Vitoria de las X Jornadas científicas de la REAP. En este documento de diez puntos, la Red pone el énfasis en el papel de la dieta como modulador de distintas funciones corporales, con influencia positiva o negativa en algunas enfermedades. Así, se señala que la dieta saludable constituye uno de los aspectos pero no el único a tener en cuenta en el enfoque global para un buen estado de salud.
Entre los puntos destacados en el documento de conclusiones de las jornadas aparece un apartado especial a los alimentos funcionales, de los que se resalta, son el resultado de la aplicación a la nutrición de conocimientos científicos acumulados en las últimas décadas. Actualmente son objeto de intensa actividad y promoción, aseguran y advierten que estos alimentos o ingredientes funcionales no son píldoras mágicas ni panaceas útiles para subsanar los efectos de malos hábitos alimentarios. Además, cuando se prometen determinados resultados positivos sobre el organismo con estos alimentos, se les deben exigir pruebas científicas similares a las pedidas para otros productos (medicamentos), afirman en el documento.
También realizan una defensa de los alimentos transgénicos al asegurar que la evaluación europea de estos productos es de las más rigurosas y exigentes del mundo. Las plantas transgénicas autorizadas en Europa, afirman, han pasado todas las pruebas de toxicidad y alergenicidad, y no llevan marcadores de resistencia a antibióticos.
Se ofrece una serie de recomendaciones frente al paciente oncológico, y sostienen que convendría hacer un diagnóstico nutricional, prácticamente coincidente con el diagnóstico del cáncer. Ese diagnóstico nutricional se deberá evaluar de forma continua durante todo el proceso neoplásico, aseguran, pues los objetivos variarán dependiendo del momento evolutivo del mismo.
En la dieta de los pacientes con riesgo cardiovascular, igualmente, desaconsejan las grasas saturadas, sustituyéndolos por carbohidratos, y se recomienda aquellos con poder antioxidantes. Para conseguirlo hay que llegar a acuerdos negociados con el paciente, se afirma.
Trastornos de la conducta alimentaria
En cuanto a las diferentes alteraciones y problemas que se asocian a los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), aseguran que complican la respuesta clínica y el pronóstico. Por eso, se afirma que de cara al tratamiento es tan importante la atención a los problemas de la alimentación como a toda la morbilidad acompañante. Según el documento, las tareas del médico de Atención Primaria ante un paciente con trastornos del comportamiento alimentario son: descubrirlo, captarlo y hacer el diagnóstico de sospecha; para después hacer una valoración clínica inicial; después derivarle al equipo de atención especializada; y por último, estar a su disposición durante el seguimiento.
Por último realizan una seria advertencia sobre las dietas milagro, que pretenden dar esperanza al paciente obeso: «sin dietas», «coma de todo», «de manera natural». Se trata, aseguran, de verdades a medias y con un claro intento de engañar, por eso es necesario un comportamiento precavido, tanto por parte de los profesionales de la salud como de la población en general.