E.P., 7 de Mayo de 2005
Un estudio europeo en el que participan Josep M. Antó y Jordi Suñé, del Instituto Municipal de Investigaciones Médicas-Hospital del Mar de Barcelona, indica que engordar reduce en hombres hasta un 38 por ciento los beneficios en el funcionamiento pulmonar derivados de dejar de fumar y en mujeres hasta un 17 por ciento. Las conclusiones del estudio, que incide en la población adulta joven, se publican en la revista británica ‘The Lancet’. Los científicos explican que el funcionamiento pulmonar disminuye de forma natural con el envejecimiento y el tabaquismo causa un inicio prematuro y una aceleración de este proceso asociado a la edad.
Dejar de fumar es beneficioso para el funcionamiento de los pulmones pero puede conducir a ganar peso. Estudios previos han mostrado que los efectos de dejar de fumar y el peso modifican el funcionamiento pulmonar pero el efecto total no había sido mostrado en un estudio de población general. Según Josep M. Antó, los resultados sugieren que dejar de fumar es beneficioso para la salud pulmonar pero que ganar peso es un factor importante en la reducción de los efectos beneficiosos de abandonar el hábito en lo que se refiere al funcionamiento pulmonar en hombres adultos jóvenes.
Según el científico, la tendencia a engordar tras dejar el hábito es mayor entre las mujeres, sin embargo, los perjuicios de ganar peso sobre el funcionamiento pulmonar son menores entre las mujeres que entre los hombres, en los que ganar peso es menos habitual y en este caso más perjudicial. Antó señala que el funcionamiento pulmonar es esencial para la calidad de vida y la supervivencia del individuo. Los efectos del tabaquismo sobre este sistema suponen un aumento de las enfermedades respiratorias y un deterioro irreversible del tejido pulmonar.
Los científicos enviaron cuestionarios detallados sobre el historial de tabaquismo a unas 6.600 personas de 27 países que participaban en un estudio europeo sobre salud respiratoria. Los participantes habían pasado por una recogida de medidas pulmonares entre los años 1991 y 1993, cuando tenían entre 20 y 44 años, y entre los años 1998 y 2002 como parte del estudio europeo. En el estudio participaron ciudadanos de Barcelona, Huelva, Galdacano, Albacete y Oviedo.
Incremento de peso
Según los investigadores, los fumadores tenían un mayor declive en el funcionamiento pulmonar que aquellos que nunca habían fumado y quienes habían dejado el hábito y se mantenían sin fumar tenían un menor grado de deterioro en el funcionamiento de sus pulmones. Durante el seguimiento la media de peso y de índice de masa corporal (IMC) aumentó en hombres y mujeres. El aumento de peso fue más elevado entre los que de forma reciente habían dejado de fumar y más reducido entre quienes lo habían dejado y habían vuelto a retomar el hábito.
Los científicos señalan que el efecto del incremento de peso o de IMC en el declive del funcionamiento pulmonar fue sustancialmente superior entre los hombres que entre las mujeres, disminuyendo los beneficios de dejar de fumar hasta en un 38 por ciento en hombres y hasta un 17 por ciento en mujeres.
El investigador español considera que los estudios sobre estrategias y métodos para dejar de fumar, tanto político-legales, como conductuales o farmacológicos, deben incorporar intervenciones que faciliten el control del peso. Además, señala que las intervenciones de la sanidad pública para ayudar a los fumadores a dejar de fumar deben incorporar no sólo el control del peso sino también promover esta tendencia entre los hombres, no tan preocupados por su peso, como una opción de salud y no estética.