Infosalud, 20 de Abril de 2004
El riesgo entre los ancianos de padecer el mal de Alzheimer disminuiría con la ingestión de hasta tres vasos de vino al día, según un nuevo estudio médico que, sin embargo, se abstuvo de recomendar el consumo generalizado de alcohol.
El estudio fue realizado por la Universidad de Columbia, en Nueva York, durante cuatro años y confirmó los resultados de otros anteriores sobre los efectos saludables del vino, con un consumo moderado.
El doctor Richard Mayeus, director de la investigación, analizó los datos de 980 ancianos residentes en el noreste de Manhattan entre 1991 y 1996. A todos se les realizó un cuestionario sobre su consumo de alcohol. Ninguno de los participantes tenía demencia cuando comenzó el estudio, ahora publicado en la revista Journal of the American Geriatrics Society.
Durante un periodo de cuatro años, se detectó que 260 personas desarrollaron demencia, incluidos 199 casos de Alzheimer y 61 de otros tipos de demencia causada por ictus o accidentes cerebrovasculares. Tras analizar los datos, lo que se observó fue que comparados con los no bebedores, aquellos que consumieron hasta tres vasos de vino al día redujeron su riesgo de padecer Alzheimer hasta en un 45%.
El estudio identificó un subgrupo de individuos que no se beneficiarían con la ingestión diaria de vino y que serían precisamente aquellos que tienen una mayor tendencia a padecer esta patología neurológica y que son los portadores de una variante genética llamada APOE-e4. Es decir, que sólo las personas sin el gen APOE-e4 consiguen este beneficio mediante el consumo de vino. Debido a su naturaleza experimental, el estudio precisó que «no recomendamos la ingestión de alcohol en base a estos resultados».
Los autores agregaron que, aunque pudiera ser cierto que el vino contribuye a reducir el riesgo de padecer Alzheimer entre ancianos, como muestra el estudio, su ingesta causa y desarrolla otras patologías.