Diario Medico, 9 de Octubre de 2002
Las cadenas de comida rápida y los fabricantes de aperitivos de Estados Unidos están rebajando la grasa de sus productos, y no es porque quieran poner a dieta a los consumidores. Temen las demandas presentadas por algunos clientes, que les responsabilizan de su sobrepeso y sus problemas de salud.
Los fabricantes de comida rápida se han visto salpicados por la tormenta desatada en los últimos meses en torno a los problemas de salud de los estadounidenses. Unos 69 millones de norteamericanos tienen exceso de peso y 51 millones son realmente obesos, según la Asociación Estadounidense de Obesidad. Ademas, el consumo excesivo de grasas se relaciona con enfermedades cardiacas.
Algunos afectados no han dudado en tomar medidas drásticas: un neoyorquino, adicto a la llamada comida basura, demandaba a principios de este mes a cuatro cadenas de comida rápida responsabilizándoles de su gordura y su mala salud.
Las consecuencias de estas demandas no sólo llegan a los tribunales: McDonald’s, el gigante de la comida rápida, ha anunciado que cocinara sus patatas fritas con un aceite con menos grasas. «Es totalmente beneficioso para nuestros clientes porque las patatas sabrán igual de bien, pero tendrán mayor valor nutritivo», aseguraba Mike Roberts, presidente de McDonald’s de Estados Unidos. Las asociaciones de consumidores también han alabado la iniciativa, aunque aseguran que esta media no es suficiente para catalogar de saludable esta comida.
El fabricante de aperitivos Lay, uno de los mas consumidos del país y propiedad de PepsiCo, también ha declarado la guerra a la grasa: a mediados de septiembre anuncio que eliminara grasas en algunos de sus marcas mas conocidas: Doritos o Cheetos.
Primera demanda
Subway, otra popular compañía de comida rápida especializada en subs -similares a los bocadillos-, tampoco se ha quedado atrás. Esta firma ha decidido publicar los contenidos nutricionales de sus sandwiches. Ademas, para reforzar su apuesta por lo sano, ha lanzado una campana publicitaria que gira en torno a Jared Fogle, un ciudadano que perdió nada menos que 110 kilos de peso en un ano alimentándose exclusivamente con subs.
A las reacciones propias de las compañías tradicionales, también se suma la aparición de firmas que ofrecen lo que a priori parecía contradictorio: comida sana, rápida y barata. Este pasado verano abrió sus puertas en Boca Ratón, Florida, un restaurante llamado The Healthy Bites Grill, en español La parrilla del bocado saludable. Su estrategia es simple: comida barata, sin grasas y variada. En su menú se incluyen: pollos criados en granjas, que no en mini-jaulas; hamburguesas de carne de búfalo, y empanadas de verdura con salsa de soja.