Un obeso necesita el apoyo de un profesional toda su vida

Diario Medico

Un equipo de profesionales del Hospital Juan Canalejo, de La Coruña, ha puesto en marcha la Escuela de Obesidad para educar a las personas obesas en autocontrol y hábitos saludables que perduren. Por la escuela ya han pasado 200 personas y los resultados son satisfactorios.

«Cuando una persona presenta un diagnóstico serio de obesidad, es decir un IMC superior a 30, y tiene alguna comorbilidad que justifique una dedicación especial pasa a la Escuela de Obesidad, donde tratamos de inculcarle autocontrol y hábitos saludables que perduren en el tiempo».

Ovidio Vidal, jefe del Servicio de Endocrinología del Complejo Hospitalario Universitario Juan Canalejo, de La Coruña, explica así el modus operandi de su equipo cuando tiene que abordar un caso complejo de obesidad y el objetivo de una iniciativa, pionera en España, que está dando los buenos resultados que se buscaban. Los pacientes logran bajar peso y el equipo médico ha extraído conclusiones importantes, como que un obeso precisa de apoyo profesional durante toda su vida.

La Escuela de Obesidad abierta en el citado centro hospitalario desde hace un año aproximadamente ha dado cobertura a más de 200 pacientes, algunos de ellos médicos del propio hospital, que han seguido un curso de 13 horas. Los pacientes realizan cinco visitas, una al mes.

El equipo docente, coordinado por Vidal, está integrado por una enfermera dietista y otra de educación diabetológica, y se ha preocupado especialmente de establecer una cadencia asumible para el alumno y garantizar así la asistencia.

Además, cada uno de los días de la semana corresponde siempre a una de las cinco clases. «Queremos evitar las excusas».

Los alumnos no sólo obtienen información sobre la dieta más adecuada para ellos, sino que aprenden trucos para cocinar de manera más saludable y facilitar su seguimiento. «Determinados días los dedicamos a hacer tormenta de ideas, es decir, reuniones de grupo en las que analizamos los problemas que tiene cada uno para seguir nuestros consejos, un trabajo que nos sirve también para adecuar la educación que damos a lo que nos demandan», ha indicado Vidal, quien ha destacado que desde la Escuela persiguen dos objetivos: «Queremos inculcar en el paciente hábitos saludables y autocontrol, y proporcionarle herramientas de trabajo para que pueda mantenerlos en el tiempo».

El afectado tiene que comprometerse a llevar un control de lo que come y del ejercicio que hace. En cada visita a la Escuela de Obesidad, se pesa y es sometido a una biometría por imperancia, en la que se analiza la cantidad de grasa, agua y magro. «Es la mejor forma de valorar la evolución real de la pérdida de grasa».

El nivel cultural, factor determinante

Pese a que todavía no se han cuantificado los resultados, Ovidio Vidal, jefe del Servicio de Endocrinología del Complejo Hospitalario Universitario Juan Canalejo, de La Coruña, y coordinador del proyecto, ha adelantado que la mayoría de estas personas han conseguido perder entre el 5 y el 10 por ciento de su peso al concluir el programa.

La experiencia ha permitido confirmar que la persona obesa precisa siempre del apoyo de profesionales, aunque en muchos momentos esa ayuda no se preste de manera tan intensa.

Vidal también ha comprobado que el nivel cultural del paciente es un factor determinante para que el tratamiento sea un éxito: «El seguimiento y, por tanto, el funcionamiento de las medidas terapéuticas que se instauran son mejores cuanto más alto es el nivel cultural del paciente».

Autor: María R. Lagoa