E.P., 29 de Marzo de 2005
La obesidad y el sobrepeso en la mediana edad elevan hasta un 74 por ciento y un 35 por ciento respectivamente el riesgo de demencia durante la vejez en comparación con los indicadores para el peso normal, según un estudio de Kaiser Permanente en California (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista British Medical Journal. Los riesgos de demencia se elevan hasta el 200 por ciento entre las mujeres obesas.
En el estudio participaron 10.276 personas del programa de atención médica de la compañía médica entre los años 1.964 a 1.973 cuando tenían entre 40 y 45 años y que continuaron formando parte del programa en 1.994.
Según los expertos, se recogieron datos demográficos, historial médico, patologias, índice de masa corporal (IMC) y la densidad de la piel en el subescapular y el tríceps.
Los investigadores explican que en el año 1.994 la demencia se diagnosticó en un 7 por ciento de los pacientes. Las personas obesas, con un IMC de 30 o superior, fueron un 74 por ciento más propensas a tener demencia, mientras que las personas con sobrepeso, con un IMC de entre 25 y 29,9, fueron un 35 por ciento más propensas a la demencia en comparación con aquellas con un peso normal (IMC de entre 18,6 y 24,9).
Según los científicos, el IMC predijo demencia de una forma más contundente entre las mujeres. Por ejemplo, las mujeres obesas fueron un 200 por ciento más propensas a tener demencia que las mujeres con un peso normal, mientras que los hombres obesos tuvieron un incremento no significativo del 30 por ciento en esta propensión.
Tanto hombres como mujeres con las medidas de la piel superiores tuvieron entre un 60 y un 70 por ciento más riesgo de demencia en comparación con aquellos con las medidas más bajas.
Los expertos concluyen que la obesidad y el sobrepeso en la mediana edad están muy asociados con un mayor riesgo de demencia de la edad anciana, independientemente de la presencia de enfermedades existentes en estas épocas de la vida.
Según los investigadores, este es el primer estudio hasta la fecha en determinar la contribución de la adiposidad en la mediana edad y el espesor de la piel con los riesgos de demencia. Si estos resultados se confirman en otras investigaciones, quizás el tratamiento de la obesidad podría reducir el riesgo de demencia.