E.P., 2 de Mayo de 2005
Los habitantes urbanos latinoamericanos están sufriendo una crisis de salud causada por nuevos hábitos dietéticos que incluyen menos comidas tradicionales y un estilo de vida menos activo físicamente, explicaron los investigadores autores de un estudio al respecto.
De Pasadena, California, a Ciudad de México, la obesidad se ha vuelto epidémica, las tasas de diabetes se han disparado y los infartos y el cáncer son las principales causas de muerte entre hispanos, de acuerdo con una conferencia de expertos estadounidenses y mexicanos.
«Siempre hemos tenido problemas de obesidad, pero ahora estamos enfrentando un nuevo problema», según explicó el doctor Héctor Bourges, director de nutrición en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición en esta capital. «Siempre ha habido gente obesa, pero ahora es una epidemia», dijo Bourges en la conferencia, auspiciada por Oldways Preservation Trust, un centro de estudios con sede en Massachusetts, Estados Unidos.
Las personas en los países latinos está cambiando su dieta de tortillas de maíz, ricas en calcio a tortillas de harina refinada; de granos integrales, a harina y arroz blancos. Su nivel de actividad física además se ha desplomado, especialmente en Estados Unidos.
Las barreras al consumo de comidas tradicionales van desde asuntos prácticos hasta prejuicios sociales. Cecilia Pozo Fileti, especialista dietética para Latino Health Communications en Ann Arbor, Michigan, dijo que las tortillas de harina son más prácticas que las de maíz, porque no se desmenuzan fácilmente y saben bien frías. Pero las tortillas de maíz tienen calcio que es absorbido fácilmente por el organismo.
Las comidas tradicionales tienden a perder prestigio, dijo la doctora Miriam Chávez, investigadora del Centro Nacional de Nutrición en Ciudad de México. Los alimentos procesados son más modernos y por ello parecen más deseables.
El cambio ha resultado letal. Más del cincuenta por ciento de las mujeres mexicanas muestran indicios de obesidad, dijo Bourges. La tasa de obesidad aquí es la misma que en Estados Unidos, añadió. «Es en parte un problema de la globalización», añade. «Los hábitos locales de alimentación eran excelentes», explicó.