Nutriguia, 22 de Febrero de 2005
Diversos estudios recientes señalan que el 78% de los casos de HTA en los hombres y el 65% del mismo cuadro médico en las mujeres son atribuible al sobrepeso.
El miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Valenciada contra la Hipertension Tomás Sánchez explicó en un comunicado que «está demostrado que, por cada kilo de ganancia ponderal, se produce un aumento del 5% de riesgo de desarrollar hipertensión».
Según Sánchez, reducir el peso corporal en las personas con problemas de obesidad es la mejor recomendación para prevenir la HTA.
» Este dato es especialmente relevante en nuestro país, donde la obesidad afecta a uno de cada siete adultos, mientras que la mitad de la población presenta sobrepeso», destacó este médico, para quien la asociación entre obesidad e hipertensión se modifica notablemente en función de la edad.
Según los expertos, otro de los factores que deben combatirse para minimizar el riesgo de la HTA es el sedentarismo, ya que varios estudios científicos revelan que las personas sedentarias tienen entre un 35 y un 52% más de riesgo de desarrollar hipertensión que los que practican ejercicio.
Este dato contrasta con el de la Encuesta Nacional de Salud de 1997, que indica que sólo el 15,6% de la población española mantiene una actividad física saludable, frente a un 45,6% que admite no realizar ejercicio físico alguno durante su tiempo libre.
De acuerdo con esa encuesta, las mujeres, las personas de más edad, los que viven más al sur de España y los más desfavorecidos cultural y económicamente son los colectivos que muestran más prevalencia de inactividad física.
Sin embargo, apuntó Sánchez, la responsabilidad de esta situación también es compartida por los facultativos, pues «sólo el 34% de ellos aconseja a sus pacientes sobre la conveniencia de la práctica de ejercicio, pese a los estudios que han demostrado la eficacia de las recomendaciones médicas».
El experto dijo que a los pacientes sedentarios se les debe indicar que «realicen ejercicio físico moderado y de forma regular, por ejemplo, caminar rápido o nadar entre 30 y 45 minutos 3 o 4 veces por semana».