Reuters, 7 de Junio de 2003
Los cambios en la dieta y el estado de vida sedentario han exacerbado una epidemia de obesidad, pero la genética también desempeña un papel y explicaría por qué algunas personas aumentan de peso con mayor facilidad que otras, dijo una experta en obesidad. «Podemos demostrar que la obesidad no se debe simplemente a los factores ambientales. Los genes son importantes», dijo en una conferencia médica Sadaf Farooqi, de la Universidad de Cambridge en Gran Bretaña. «Para la mayoría de nosotros, va a ser complicado develar la manera en que actúan los genes y se toma un tiempo para descubrirlo. Pero los genes influyen en la manera en que respondemos al ambiente», comentó la investigadora.
Cerca de 50 a 70 genes intervienen en la obesidad y algunos desempeñan un papel más importante que otros. Farooqui y sus colegas han identificado tres mutaciones genéticas únicas que causan la obesidad.
La científica explicó que los defectos genéticos podrían intervenir entre el uno y dos por ciento de los casos de obesidad grave común, y hasta en el 6% de los casos de niños que han sido gravemente obesos desde una edad temprana. Sin embargo, agregó que se sabe muy poco sobre por qué las personas se convierten en obesas o por qué ciertos grupos étnicos están predispuestos al aumento de peso en grados diferentes.
Farooqi y su equipo están tratando a 900 niños que padecen obesidad grave y que tienen mutaciones genéticas que han causado su enfermedad. Varios de estos niños tienen un defecto genético muy raro que causa una deficiencia en la hormona leptina. Sólo se ha identificado la mutación en cinco familias en todo el mundo, cuatro en Gran Bretaña y una en Turquía. Al administrar a los niños inyecciones de leptina, que transmite señales a la parte del cerebro que coordina la manera de comer, Farooqi y su equipo les han ayudado a controlar su apetito y a reducir su peso a cifras normales sin efectos colaterales graves.