- Un nuevo estudio presentado en el Congreso Europeo sobre la Obesidad (ECO, por sus siglas en inglés), revela 3 nutrientes clave claves para restauran la flexibilidad de las arterias.
- Las proteínas, el zinc y la niacina, resultan esencial para mejorar la salud tanto metabólica como del corazón.
La dieta es uno de los factores más importantes para cuidar la salud de tus arterias y evitar la aparición de enfermedades como la ateroesclerosis, consistente en la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las paredes sanguíneas.
Una nueva investigación israelí arroja luz sobre qué nutrientes son más saludables para las arterias. El informe, presentado en el marco del Congreso Europeo sobre la Obesidad (ECO) en Maastricht (Países Bajos) asocia las proteínas, el zinc y la niacina con considerables mejoras para el cuidado del corazón.
Hasta ahora, las mejoras en la salud metabólica y cardiovascular observadas durante la pérdida de peso en personas con obesidad se han atribuido a la propia pérdida de peso o a cambios en la glucosa, la presión arterial o las grasas en sangre.
La posibilidad de que la composición de la dieta también esté implicada no se ha estudiado en profundidad, aparte de las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas.
3 nutrientes para evitar la rigidez arterial
Los investigadores, del Centro Sagol para el Síndrome Metabólico, del Instituto de Endocrinología, Metabolismo e Hipertensión, del Centro Médico Tel Aviv-Sourasky y de la Facultad de Medicina Sackler de Tel Aviv (Israel), se interesaron por saber si otros nutrientes podrían ser también importantes.
Un total de 72 participantes con síndrome metabólico y obesidad (55,5% hombres, edad media de 53 años) se inscribieron en un programa intensivo de pérdida de peso de un año de duración. Éste incluía planes personalizados de dieta y ejercicio y reuniones periódicas con un médico y un dietista.
A los participantes, que tenían un IMC de 34,28 kg/m2 al inicio del estudio, se les pidió que rellenaran un cuestionario dietético detallado una semana antes de empezar la dieta y los planes de ejercicio y un año después.
Como principal indicador de salud cardiovascular se consideró la flexibilidad de los vasos sanguíneos, ya que la rigidez de la pared arterial está relacionada con un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovascular.
Se seleccionaron tres medidas diferentes de la flexibilidad de los vasos sanguíneos: la velocidad de la onda del pulso (VOP), el grosor de la íntima media de la arteria carótida común (GIM) y la dilatación mediada por el flujo (DMF).
Después de un año de estudio, el IMC había descendido un 9,4 por ciento y las tres medidas de flexibilidad de los vasos sanguíneos habían mejorado. La DMF había mejorado un 47 por ciento de media, la VOP había mejorado un 13 por ciento y el GIM había mejorado un 1 por ciento.
Las mejoras en la VOP se asociaron a la reducción de la ingesta de calorías y grasas saturadas y al aumento de la ingesta de zinc. El zinc desempeña un papel fundamental en la síntesis de óxido nítrico en los vasos sanguíneos. El óxido nítrico ayuda a relajar los músculos internos de los vasos sanguíneos, lo que hace que se ensanchen.
Las mejoras en el GIM se relacionaron con la reducción de la ingesta de calorías y grasas saturadas y el aumento de proteínas. Las mejoras en la DMF se relacionaron con el aumento de la ingesta de niacina (vitamina B3). Se sabe que la niacina dilata los vasos sanguíneos, principalmente en la parte superior del cuerpo.
«Descubrimos que los cambios en el consumo de componentes alimentarios específicos estaban relacionados con una mejor estructura y función vascular. Una dieta mediterránea, rica en proteínas (productos lácteos magros, pescado, aves de corral y huevos), rica en verduras, frutos secos, semillas y con un consumo moderado de frutas y cereales, puede contribuir a mejorar la flexibilidad vascular, protegiendo así indirectamente el sistema cardiovascular. Los alimentos ricos en zinc del plan dietético fueron las semillas de girasol, las semillas de calabaza, los frutos secos y la carne. La carne y el pescado aportaron niacina»,
Doctora Brurya Tal, investigadora principal
Dieta mediterránea para la flexibilidad de tus arterias
En concreto, nuestra dieta mediterránea podría ser especialmente efectiva para incluir estos nutrientes en la dieta. Es rica en proteínas de calidad como huevos, pescado graso o carne magra de aves, así como en hortalizas, frutos secos y semillas ricas en zinc, como las de girasol o calabaza. La niacina está presente en carnes, peces, legumbres, leche o huevos.
Siguiendo una dieta mediterránea, con alto predominio de alimentos basados en plantas, rica en proteínas y con un consumo moderado de frutas y cereales, podrás mejorar tu flexibilidad vascular, y proteger indirectamente el sistema cardiovascular de posibles daños.