Ante la dificultad existente para encontrar determinados alimentos sin gluten, muchas familias de celíacos deben hacerse en casa sus propios dulces sin gluten, “incluido el roscón de Reyes”. Para ayudarles, la Asociación de Celíacos de Euskadi elabora una lista de alimentos, entre los que se incluyen turrones, polvorones, mazapanes, roscón de Reyes… con el fin de que sus socios la consulten a la hora de consumir un producto
Desayunar roscón el día de Reyes es, sin duda, una de las tradiciones más firmemente arraigadas de la Navidad. Sin embargo, muchos de estos productos tradicionales son elaborados con cereales que llevan gluten (trigo, avena, centeno, cebada… y sus derivados), por lo que no pueden ser consumidos con total libertad por los celíacos. Por este motivo, y pensando especialmente en los más pequeños de este colectivo, la Asociación de Celíacos de Euskadi-Euskadiko Zeliakoen Elkartea (EZE) recuerda a este colectivo la necesidad de redoblar las medidas de prudencia ya que tomar un roscón que no tenga garantizada la ausencia de gluten puede suponer un riesgo para su salud.
Según explica Amparo Cervo, representante de la Asociación de Celíacos de Gipuzkoa (EZEGUI), para la solución a este peligro, esta asociación trabaja durante todo el año con el fin de elaborar una lista de alimentos, entre los que se incluyen turrones, polvorones, mazapanes, roscón de Reyes… para que sus miembros puedan consultarla a la hora de consumir un producto. El resultado de este concienzudo trabajo que se realiza año tras año, es una lista de alimentos en la que se incluyen las marcas comerciales aptas para el consumo celíaco.
Además, tal y como indica Cervo, EZE legitima a unas determinadas empresas que bajo un exhaustivo control de calidad de sus productos, consiguen el Certificado de la Marca de Garantía. “Para ello estas empresas, que están recogidas en la lista de alimentos, elaboran productos alimentarios especiales sin gluten que son sometidos a rigurosos controles y análisis que indican la ausencia de esta sustancia”.
Esta ‘Marca de Garantía’ hace que la persona celíaca “compre con absoluta confianza aquellos productos en los que aparece el símbolo de certificación sin necesidad de acudir a la lista de alimentos ni a la lectura del etiquetado”.
Cervo recuerda que, ante la dificultad existente en ocasiones para encontrar determinados alimentos sin gluten, muchas familias celíacas se hacen sus propios dulces sin gluten en casa, “incluido el roscón de Reyes”.
Una dieta un 325% más cara
Todo este esfuerzo, además de centrarse en asegurar y mantener la salud de su colectivo, trata de reducir al máximo las diferencias existentes entre una dieta sin gluten y una dieta con gluten. Y no es para menos, ya que las consecuencias de emplear otras materias primas en la elaboración de los alimentos, unido a la necesidad de realizar continuos análisis y auditorías, “se traducen en que el producto sin gluten sufre un importante aumento de precio con respecto al mismo producto con gluten”. Este aumento no es baladí, especialmente si se tiene en cuenta que es un desembolso extra que se tiene que hacer durante todos los días del año y multiplicado por todos los miembros de la familia que padecen la enfermedad: “de manera general, una dieta sin gluten es un 325 por ciento más cara que una con gluten”.
La Asociación de Celíacos de Euskadi se lamenta de que todavía no existe una respuesta clara por parte de los poderes públicos “para ayudar a que las familias celíacas puedan comprar alimentos sin gluten al mismo precio que sus equivalentes con gluten”.
El peligro del gluten para los celíacos
Desde EZE se hace hincapié en que “es absolutamente necesario el cumplimiento de una dieta sin gluten también en estas fechas, adquiriendo productos que nos aporten garantía”. Hace unos años apenas existían productos sin gluten y el celíaco “no podía consumir, por ejemplo, un roscón de Reyes, ya que lo contrario podría suponer consecuencias negativas a corto y a largo plazo”.
Cervo explica que, “a corto plazo, la ingesta de gluten conlleva la aparición de síntomas como dolor abdominal, diarreas, vómitos, etc.”. Si el organismo sigue recibiendo gluten durante un período de tiempo largo “las consecuencias pueden ser muy serias, desencadenando múltiples enfermedades asociadas e incluso el cáncer”.