La OMS pide reducir el consumo de azúcar



  • De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la humanidad debería reducir drásticamente su consumo de azúcar. Todavía se discutirá mucho sobre este ambicioso proyecto

Son malos tiempos para el azúcar. Se lo destroza por dondequiera, incluso se habla de que es una droga o una peligrosa bomba de tiempo. De forma periódica aparecen estudios que exponen los efectos adversos que produce en el cuerpo. Se la considera co-responsable del sobrepeso, la diabetes, los trastornos cardiovasculares, la caries e incluso el cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda desde hace años no obtener más del 10% de las necesidades energéticas diarias a partir del azúcar. Para un adulto de peso normal con un consumo de energía medio, esto representa unos 50 gramos de azúcar al día, o doce cucharaditas. Y la organización de la ONU vuelve ahora a la carga, abogando en un bosquejo presentado recientemente en Ginebra por una reducción todavía mayor de la ingesta de azúcar: no más del 5% de la demanda de energía del cuerpo se debería cubrir con azúcar. También se incluyen la miel y los zumos de fruta.

DocCheck News, Abril 2014

Incremento acelerado de la diabetes

La OMS reacciona así ante el creciente problema mundial que representan las llamadas enfermedades de la civilización como la obesidad y la diabetes. Sobre todo en los países con economías emergentes se registra un acelerado incremento del índice de diabetes. Según las estimaciones de la Federación Internacional de la Diabetes (IDF), actualmente existen unos 371 millones de diabéticos en el mundo, con una cifra oscura de otros 187 millones adicionales. Cuatro de cada cinco pacientes viven en países con ingresos bajos o medios. En Alemania la enfermedad también constituye un problema desde hace tiempo. Mientras que la proporción de diabéticos en Alemania rondaba en 1960 el 0,6%, a finales de los años ochenta aumentó hasta más del 4%. Hoy en día la enfermedad le ha sido diagnosticada a más del 7% de los adultos, a lo que probablemente haya que añadir un 2% más. Este último grupo está formado por las personas que han desarrollado una diabetes pero que todavía lo ignoran. En especial el problema creciente de la obesidad es la causa de muchos nuevos casos de diabetes. Actualmente se considera que la cuarta parte de los adultos en Alemania sufre de obesidad.

Un objetivo importante: la prevención de la caries dental

Pero con la reducción del consumo de azúcar la OMS no sólo pretende arremeter contra la obesidad y sus consecuencias. Uno de sus principales objetivos es la prevención de la caries dental. Según la organización, el tratamiento de las enfermedades dentales le cuesta a los países industrializados entre el 5 y el 10% de su presupuesto de salud. Los países más pobres ni siquiera poseen la cantidad de dinero necesaria para ocuparse en esa medida de los dientes enfermos de sus habitantes. La profesora Susan Jebb, de la Universidad de Oxford, afirmó: “Las recomendaciones de la OMS proporcionan un mensaje claro al consumidor sobre los riesgos del azúcar.” Sin embargo, el mayor reto radica en enseñar a la gente a alimentarse de forma saludable.

Las etiquetas de los envases a menudo son incomprensibles

Probablemente muy pocas personas sean conscientes de la cantidad de azúcar que consumen diariamente. En especial los productos procesados ocultan bastante azúcar, incluso aunque el sabor no se perciba como muy dulce, afirma la OMS. Por ejemplo: una cucharada de ketchup contiene una cucharadita de azúcar, o alrededor de 4 gramos. Un vaso de gaseosa puede llegar a contener hasta 10 cucharadas de azúcar. Sin embargo, resulta muy complicado reconocer cuánta azúcar contienen la mayor parte de alimentos. Las pequeñas etiquetas de los envases a menudo resultan incomprensibles. Además, casi nadie conoce los numerosos nombres que reciben los diversos edulcorantes.

La ciencia ya ha demostrado las ventajas que conlleva una renuncia al azúcar. Antes de publicar sus recomendaciones, la OMS realizó una evaluación de la literatura sobre el tema: se analizaron unos 9.000 estudios. Entre ellos se encuentra un metaanálisis del año pasado encargado por la misma OMS: los nutricionistas Lisa te Morenga y Jim Mann, de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, eligieron para ello 71 estudios de alta calidad. Aunque la duración de los estudios no fue especialmente larga, los efectos se hicieron evidentes: las personas que ajustaron su consumo de azúcar a las recomendaciones vigentes de la OMS perdieron un promedio de 0,8 kilogramos de peso en un lapso de entre 10 semanas y 8 meses. Los autores del estudio concluyeron que en la mayoría de los países sería razonable controlar el consumo de azúcar con el fin de reducir los riesgos de sobrepeso y obesidad.

Nuevas directrices: ¡Se permiten comentarios!

La nueva iniciativa es ambiciosa. Ya las antiguas recomendaciones se hallaban bastante alejadas de la realidad. En Alemania, por ejemplo, un ciudadano promedio no consume 20 y ni siquiera 50 gramos de azúcar diarios, sino 90. Las sociedades profesionales interesadas tuvieron la oportunidad de comentar las nuevas recomendaciones hasta fines de marzo. Según la OMS, paralelamente se está realizando un proceso de revisión por pares. Los resultados de los dos procedimientos se incorporaran en la nueva directriz.

No todo el mundo se sentirá contento con las recomendaciones. La nueva norma de la OMS podría estropearle el negocio a muchos productores de alimentos. Los alimentos edulcorados se venden mejor, a los consumidores les gusta la porción adicional de azúcar. Así que la industria preferiría dejar las cosas tal como están. Hace unos años, cuando la OMS recomendó que menos del 10% de las calorías ingeridas debían provenir del azúcar, la industria de la confitería se puso en pie de guerra y amenazó al congreso estadounidense con eliminar los fondos para la OMS. Queda por verse si esta vez se producirán reacciones similares.

Definiciones confusas de la OMS

Aunque la mayoría de los expertos en salud suscriben una reducción del consumo de azúcar, existe desacuerdo sobre hasta qué punto debería reducirse. El profesor Tom Sanders, del King’s College de Londres, señaló que él no conoce ningún estudio que indique que tal objetivo sea factible. Además considera que las definiciones de la OMS resultan confusas. Por ejemplo, tal parecería que el azúcar de la leche o las frutas no entrara dentro de la ecuación, porque con un par de frutas y un vaso de leche ya se alcanzan unos 60 gramos de azúcar. Por su lado, la Dra. Nita Forouhi, de la Universidad de Cambridge, considera que el objetivo original del 10% es más realista.