Si la caña de azúcar ha proporcionado azúcar desde la antigüedad, ¿por
qué razón se recurrió a la remolacha azucarera? La respuesta incluye una
combinación de descubrimientos científicos y hechos históricos que abarcan
tres siglos.
Las primeras referencias a la familia botánica denominada Beta se
encuentran en la literatura griega alrededor del 420 a.C. Aparecían
descritas como «plantas de jardín versátiles»; se mencionaban variedades
oscuras y claras. Poco a poco, se extendió el cultivo de la remolacha en
Francia y España, a menudo en monasterios, pero también entre los
campesinos. En el siglo XV, este cultivo se encontraba en toda Europa.
Al principio, la planta de la remolacha se cultivaba por sus hojas, que
probablemente en aquella época equivalían a las espinacas o las acelgas.
Más adelante, la raíz ganó popularidad, especialmente la de la variedad
roja conocida como remolacha. En 1600, el agrónomo francés Olivier de
Serres relataba: «cuando se cocina este manjar da un jugo almibarado». En
esa época nadie se preguntó de dónde provenía el sabor dulce de la raíz.
Un dulce descubrimiento
El primer hito en la historia del azúcar europeo lo marcó un notable
descubrimiento del científico alemán Andreas Marggraf. En 1747, demostró
que los cristales de sabor dulce obtenidos del jugo de la remolacha eran
iguales a los de la caña de azúcar. En 1801, se construyó la primera
fábrica de azúcar en Cunern, Baja Silesia.
Napoleón prueba el azúcar de remolacha
A pesar del descubrimiento de Marggraf, a principios del siglo XIX la caña
de azúcar seguía siendo la principal fuente de azúcar. La remolacha
azucarera no recibió la atención que merecía hasta el bloqueo de las
líneas comerciales francesas durante las guerras napoleónicas.
En 1806, la caña de azúcar prácticamente había desaparecido de las tiendas
europeas. En 1811, unos científicos franceses presentaron a Napoleón dos
barras de azúcar obtenido a partir de remolacha. Tan impresionado quedó
Napoleón que ordenó plantar 32.000 hectáreas de remolacha, y contribuyó al
establecimiento de fábricas. En pocos años, había más de cuarenta fábricas
de azúcar de remolacha, especialmente en el norte de Francia, pero también
en Alemania, Austria, Rusia y Dinamarca.
Cuando se levantó el bloqueo de los puertos del continente y reapareció la
caña de azúcar, muchos países dejaron de producir azúcar de remolacha. Sin
embargo, el gobierno francés apoyó la selección y explotación de las
variedades con mayor contenido de azúcar y los avances en las técnicas de
extracción de éste. Esta política hizo posible que la remolacha se
convirtiera en una opción viable.
El suministro de azúcar europeo
La industria de la remolacha ha tenido altibajos a lo largo de su
historia, pero en la actualidad Europa produce 120 millones de toneladas
de remolacha al año, que se usan para producir 16 millones de toneladas de
azúcar blanca. Francia y Alemania siguen siendo los principales
productores, pero se produce azúcar de remolacha en todos los países de la
UE excepto en Luxemburgo. Casi el 90% del azúcar que se consume en Europa
es de producción interna, lo que habría resultado impensable hace tan sólo
doscientos años.
Referencias
- The Beet Sugar Crop (1993) Publicado por Cooke DA & Scott RK. Chapman and Hall Londres ISBN, 0 412 25130 2