10 de septiembre, Día mundial de la prevención del suicidio
- Pilar Conde, psicóloga de Clínicas Origen: “Sacar el tema no va a provocar que nadie ponga fin a su vida, sino permitir conocer el riesgo y ayudar a la persona”
Tener pensamientos o ideación suicida es un síntoma y quien lo presenta tiene que sentirse cómodo para poder manifestarlo y para poder entender que tiene solución con ayuda de profesionales de la psicología y la psiquiatría.
Nutriguia, Septiembre 2020
Quien realiza esta aseveración pertenece a este colectivo. Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, considera que hay que sacar al suicidio de la oscuridad social en la que se encuentra por temor al llamado “efecto Werther”. Alude la experta al pacto mediático de silencio que existe en relación a personas famosas que se quitan la vida, para evitar que esta acción pueda ser considerada de forma heroica o romántica por sus seguidores.
Este miedo tiene que ver, sobre todo, con las personas jóvenes de entre 15 y 29 años, grupo en el que el suicidio es hoy la segunda causa de muerte, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Si tenemos personas cercanas que pertenecen a esta franja de edad y vemos que consumen películas o series en las que los protagonistas deciden acabar con todo, hay que advertirles de que existe una línea entre la ficción y la realidad y que nunca se debe cruzar. Propone también Pilar Conde que observemos y les preguntemos si se sienten identificados con los protagonistas de la serie, con sus emociones y con los motivos que les han llevado a tomar su drástica decisión.
Asimismo, se considera que comentar suicidios en los medios de comunicación puede derivar en mayor posibilidad para los grupos de riesgo. Sin embargo, cree la psicóloga que cuando en nuestro entorno existen personas que consideramos vulnerables es positivo hablar de suicidio si tenemos dudas de que esas ideas puedan hacerse realidad. Sacar el tema, explica, no va a provocar directamente que nadie ponga fin a su vida, sino que va a permitir conocer el riesgo y ayudar a la persona.
Si no son conscientes del peligro, añade, familia, allegados y profesionales especializados no podrán activar los recursos para realizar, primero, una correcta valoración de la situación, y, segundo, tomar las medidas necesarias.
Es cierto, admite la terapeuta, que en muchas ocasiones una persona próxima está desarrollando una depresión y no somos conscientes. Suele suceder con los varones, menos proclives a comunicar sus emociones y sentimientos.
No es fácil detectar a alguien que está pensando en suicidarse. De un lado, explica la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad mental es el primer vínculo, la depresión es otro, pero también hay quien, en momentos de una fuerte crisis personal, no ve salida y decide ponerle fin a todo.
Factores de riesgo
Todos los escenarios son difíciles de predecir si no media un profesional de la salud mental, si bien es cierto que, además, hay otros factores añadidos que pueden influir a la hora de tomar una decisión irreversible:
- Que la persona afectada no confíe en los servicios sanitarios ni los profesionales especializados.
- Que existan antecedentes familiares de suicidio.
- Presentar histórico de intentos suicidas
- Ser consumidor de tóxicos.
- Estar afrontando un evento vital estresante.
- Tener una escasa red social de apoyo .
- Poseer una personalidad autoexigente, tendente siempre a la autocrítica.
Ganas de vivir
En el caso de los ancianos, debemos estar vigilantes si han perdido el sueño y el apetito y eso que llaman “las ganas de vivir”, es decir, que presenten un estado apático y no tengan ganas de comunicarse.
Por último, hay que hablar también del tabú del suicido dentro de la familia y de la sensación de culpa de los allegados, que siempre piensan que lo podían haber evitado. Necesitan ayuda. Necesitan hablarlo para poderse despedir, gestionar la pérdida y mirar hacia el futuro.
La prevención es siempre el camino. El objetivo de campañas como las del próximo día 10 es tomar conciencia de que si nosotros mismos u otras personas somos presas de pensamientos suicidas, podamos levantar la mano con total confianza y explicar como nos sentimos, para poder recibir la ayuda adecuada. La vida se puede retomar. Este es el mensaje.