Es conocida como ‘La enfermedad silenciosa’
- No ocasiona ningún síntoma hasta que se produce una fractura, por este motivo se debe sospechar cuando se detectan una serie de factores de riesgo que predisponen a desarrollarla.
- Cuatro de cada diez mujeres padece osteoporosis tras la menopausia.
- La falta de calcio y de vitamina D, menopausia precoz, inmovilizaciones prolongadas, determinados medicamentos, antecedentes familiares y un bajo índice de masa corporal menor de 19 kg/m2 (el normal va de 19 a 25) son ‘alertas’ ha tener en cuenta.
- La osteoporosis es menos frecuente en varones, aunque en edades seniles avanzadas prácticamente se iguala al sexo femenino.
- Hacer ejercicio de manera habitual, una dieta rica en calcio, dejar de fumar, no consumir en exceso bebidas alcohólicas y prevenir las caídas son las mejores formas de prevención.
- Se ha comprobado que el ejercicio físico aumenta y/o mantiene la masa ósea.
- Se trata de una patología en aumento debido al envejecimiento de la población.
Bilbao, abril de 2010.- “La osteoporosis es un proceso extraordinariamente frecuente, y en aumento por el envejecimiento de la población. Se estima que afecta a entre el 30 y el 40 % de las mujeres después de la menopausia”. Así lo afirma Mª Elena Martínez Rodríguez, médico especialista en Rehabilitación y Medicina Física del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y coordinadora del grupo de trabajo de osteoporosis de la SERMEF (Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física). “Aunque la osteoporosis es menos frecuente en varones, en edades seniles avanzadas la prevalencia prácticamente se iguala al sexo femenino”, apunta.
La denominada ‘enfermedad silenciosa’ lo es porque no ocasiona ningún síntoma hasta que se produce una fractura. Además, “cuando se padece osteoporosis existe un elevado riesgo de fractura, lo cual hace que esta enfermedad sea importante”, asegura la experta. “Por este motivo”, prosigue, “se debe sospechar cuando se detectan una serie de factores de riesgo que predisponen a desarrollarla: aporte insuficiente de calcio en la dieta, falta de vitamina D, inmovilizaciones prolongadas, tomar determinados medicamentos como corticoides y antiepilépticos, tener antecedentes familiares o personales de fracturas osteoporóticas y un índice de masa corporal menor de 19 kg/m2”.
En cuanto al tratamiento, “cuando no hay fractura se prescribirán medicamentos con el objetivo de hacer más lento o parar las pérdidas óseas, aumentar la densidad de los huesos y reducir los riesgos de fractura. Todos los tratamiento, más que por su efectividad se diferencian en su forma de administración (oral, subcutánea, intravenosa…) y frecuencia (diaria, semanal, mensual, anual). Cuando el aporte dietético de calcio no sea suficiente se le recetará suplementos de calcio acompañados con frecuencia de vitamina D”, explica la Dra. Martínez.
“Para aprovechar al máximo el efecto de estos tratamientos, se dará a los pacientes una seria de consejos generales sobre estilo de vida como tener una dieta rica en calcio, hacer ejercicio con asiduidad, dejar de fumar, no consumir en exceso bebidas alcohólicas y prevenir las caídas”, añade.
Ejercicio físico para prevenir
La realización de ejercicio de forma continuada es esencial en todo el proceso de la osteoporosis, tanto en su prevención como en el periodo de recuperación después de una fractura osteoporótica. Se ha comprobado que el ejercicio físico aumenta y/o mantiene la masa ósea. “Ejercicios especialmente favorables para prevenir fracturas son los de potenciación de la musculatura del tronco-columna, caderas, hombros y muñecas, regiones más propensas a fracturarse en las personas con osteoporosis, así como ejercicios de equilibrio (taichi, yoga, etc.). Mejorar el equilibrio ayuda a prevenir las caídas. Todos los programas de ejercicios deben realizarse de manera progresiva, adecuarse a la forma física de cada persona y realizarse con frecuencia”, explica la especialista.
También son importantes, según la experta, “conocer las medidas de higiene vertebral dirigidas a prevenir los aplastamientos vertebrales promoviendo una postura correcta, y enseñar a los pacientes a evitar las posiciones o movimientos que aumenten el estrés o compresión sobre las vértebras, y por lo tanto el riesgo de una fractura vertebral por aplastamiento”.