- Investigadores de la Universidad de Granada lideran un estudio en el que buscan biomarcadores con los que detectar de forma prematura el síndrome metabólico, que se asocia a la obesidad y al riesgo de padecer enfermedades de tipo cardiovascular.
ADN.es/agencias, 22 de Febrero de 2010
Esta investigación responde al hecho de que aunque el síndrome metabólico se ha relacionado tradicionalmente con personas de edad adulta, ahora hay datos que apuntan que un 30 por ciento de los niños con problemas de peso pueden padecerla.
Por ello, el objetivo de los investigadores de la Universidad de Granada es encontrar un biomarcador con el que sea más rápido y seguro diagnosticar la enfermedad y en esta línea el profesor Ángel Gil considera que la adiponectina, una hormona relacionada con la resistencia insulínica, podría convertirse en un «excelente» marcador de esta patología en niños.
En este sentido, Gil explicó que en los análisis de los investigadores se ha comprobado que los niños obesos tienen menos cantidad de esta hormona y, por tanto, aumentan su resistencia a la insulina. Esto conlleva la aparición de diabetes en estas edades tempranas, lo que se relaciona con el síndrome metabólico.
«La medición de esta hormona como marcador determinante del trastorno en niños sería un avance para la detección y posterior tratamiento de la enfermedad. Y es que el empeoramiento de las patologías asociadas al síndrome metabólico se puede reducir considerablemente con un diagnóstico precoz», señaló.
Este estudio, en el que colaboran la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Reina Sofía de Córdoba, el Servicio de Pediatría del Hospital de Santiago de Compostela y el Hospital Clínico de Zaragoza, ha incluido la participación de más de 900 niños a los que se ha estudiado sus referentes genéticos, su dieta y su hábitos de vida.
Tras comprobar indicadores como la tensión arterial, el índice de masa corporal (IMC), los triglicéridos y el colesterol, los científicos concluyeron que aproximadamente el 30 por ciento de los niños obesos padecían el síndrome. En este sentido, Gil apunta que cuando un menor presenta al menos tres de estas variables alteradas, se puede decir que padece síndrome metabólico.
La adipodectina permitiría por tanto agilizar el diagnóstico, ya que analizando únicamente esta variable se podría determinar si el niño padece o no el síndrome.
EVITAR EL SÍNDROME
Sin embargo, la solución a este problema «no pasa por el laboratorio», según indicaron los investigadores, que recomiendan una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio para evitar que la enfermedad se desarrolle, pese a la existencia de factores genéticos que hacen a unos individuos más propensos que a otros.
Así, una nutrición adecuada resulta imprescindible para intentar paliar este tipo de problemas. Gil recuerda también que aunque los alimentos funcionales, aquellos que ejercen un determinado efecto positivo gracias a su manipulación química, pueden ser útiles, «no son necesarios estrictamente si el individuo no presenta carencias en su dieta y realiza una alimentación adecuada y unos hábitos de vida saludables».
Un diagnóstico precoz, a través de nuevos biomarcadores, y unos hábitos de vida saludables, parecen un arma eficaz para combatir el síndrome metabólico, que en la actualidad afecta aproximadamente al 40 por ciento de los adultos obesos.