Así lo acredita un estudio realizado por la Universidad de Navarra y publicado por el Journal of The American Dietetic Association estadounidense. Por tanto, promover la dieta mediterránea sin olvidar el consumo regular de nueces, en personas con riesgo cardiovascular, permite mejorar sus patrones alimentarios. Algo muy sencillo y apetecible.
Un estudio realizado por la Universidad de Navarra y publicado en el número de Julio de la prestigiosa revista científica Journal of the American Dietetic Association asegura que promover la dieta mediterránea suplementada con frutos secos, básicamente nueces, junto con una buena información, puede mejorar el patrón alimenticio de una persona sin enfermedades cardiovasculares pero con factores de riesgo (hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo…).
El estudio se enmarca en el ensayo multicéntrico PREDIMED, que investiga los efectos positivos de la dieta mediterránea en la prevención de padecer enfermedades del corazón. Los investigadores contaron con la participación de 1551 hombres y mujeres de entre 55 y 80 años y los dividieron en tres grupos: el primero seguía una dieta suplementada con frutos secos (básicamente nueces), el segundo seguía una dieta suplementada con aceite de oliva y un tercero una dieta de control, baja en grasas. A los participantes de los dos primeros grupos se les ofreció una formación nutricional individual y se les realizaron entrevistas de seguimiento. Al tercer grupo se le dio un folleto con consejos.
Comer sano
Tras 12 meses de interactuar con los voluntarios y motivarles, el estudio concluye que quienes consiguieron interiorizar más la importancia de comer sano y de seguir la dieta mediterránea fueron los dos primeros.
Una vez más, podemos comprobar la necesidad de comer nueces para nuestra salud. Son muchos ya los estudios que demuestran que comer un puñado de nueces al día es muy importante para prevenir enfermedades cardiovasculares. El fruto del nogal no solo nos aporta ácidos Omega 3 (que el cuerpo humano es incapaz de producir), antioxidantes, potasio, magnesio y multitud de compuestos fotoquímicos que reducen el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas sino que, además, ayuda en el proceso de adaptarnos a una dieta mediterránea.