- Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) pretenden conseguir que los pacientes obesos puedan eliminar su exceso de tejido adiposo blanco con menos carga de ejercicio físico
JANO.es, Abril 2012
Tras haber constatado que la grasa parda se encuentra metabólicamente activa en el organismo, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) centran ahora su trabajo en la posibilidad de estimularla farmacológicamente o mediante nutrientes.
Con la estimulación de la ‘grasa buena’ o ‘adelgazante’ pretenden conseguir que los pacientes obesos puedan eliminar su exceso de tejido adiposo blanco, a fin de «adelgazar con mayor facilidad y con menos carga de ejercicio físico», expone el profesor Francesc Villarroya, que dirige desde Barcelona este equipo.
Estudios realizados por el equipo de investigación de Villarroya y apoyados por otras investigaciones europeas apuntan a que la grasa parda puede detectarse exponiendo a las personas al frío, ya que su su función principal es la termogénesis, o generación de calor en el organismo mediante la quema de calorías, gracias a lo cual se mantiene la temperatura corporal adecuada.
A diferencia de la grasa blanca, cuya acumulación resulta perjudicial para la salud, la grasa parda, que recibe este nombre por la alta concentración de mitocondrias, tiene el efecto contrario.
Por otra parte, el equipo de Villarroya acaba de publicar en Cell Metabolism un editorial en que comentan el descubrimiento de científicos estadounidenses, que identificaron que la molécula PGC1-alfa, renombrada como irisina -una hormona que se activa con la práctica de ejercicio físico-, es capaz de transformar la grasa blanca en parda.