Uno de los alimentos que no puede faltar en nuestra dieta es buen jamón, y no solo porque es un manjar para los sentidos, también por los beneficios que puede reportarnos tanto para reducir peso corporal como grasa. Eso sí, antes de decantarse por una de las distintas variedades existentes, habría que aclarar las diferencias que existen entre los jamones serranos y los jamones ibéricos como estos.
Los jamones ibéricos cuentan con una denominación de origen, y se obtienen de cerdos de raza ibérica, autóctona de España, siguiendo a lo largo de su vida una dieta muy estricta, en muchas ocasiones alimentándose de los pastos de la dehesa y bellotas. En el caso del serrano, se extrae de un cerdo blanco que puede encontrarse en otros países, con un menor control en cuanto a lo que come, por lo que la calidad y el sabor del producto no serán igual.
El jamón ibérico cuenta con más beneficios
Pero las diferencias entre ellos son abismales. El serrano no cuenta con tantas proteínas como el ibérico. Principalmente porque en el proceso de elaboración no ha absorbido genéticamente las propiedades de la alimentación que sí han obtenido los cerdos ibéricos. Por tanto los jamones ibéricos proporcionan más calorías y grasas, pero a cambio aportan una importante cantidad de vitaminas y proteínas.
Existe mucho desconocimiento sobre las propiedades y beneficios que reporta este alimento. Si nos ceñimos a las calorías, el serrano presenta 200 calorías por cada 100 gramos, mientras que el ibérico lo eleva hasta las 250. Es una diferencia prácticamente inapreciable si tenemos en cuenta la calidad y el sabor que presentan uno y otro. En este sentido también hay que hacer mención al valor nutricional, ya que es probable que sean más saludables las calorías del ibérico.
El serrano tiene más sal y unos 13 gramos de grasa, mientras que el ibérico cuenta con 20 gramos de grasa. Eso sí, hay que dejar bien claro que algo más de un 60% de esa grasa es ácido oleico, que presentan infinidad de beneficios para la salud. Además, tiene la particularidad de que resulta muy rico en triptófano, hierro y proteínas de alta calidad.
Qué jamón me conviene si me encuentro a dieta
Los expertos en nutrición recomiendan el consumo de jamón en la mayor parte de dietas. Eso sí, debe consumirse con moderación. La cuestión no reside únicamente en que se tomen unas lonchas en la cena o el desayuno. También habrá que controlar el resto de calorías que se ingieran y compararlo con el gasto energético que se realice.
En este sentido, se puede decir que el jamón ibérico no tiene rival, presentándose como la propuesta más sabrosa y saludable. Tiene a su favor que es más nutritivo, rico en proteínas, saciante y con grasas buenas para controlar el colesterol y mantener un buen estado de salud. Nos encontramos con unos de los productos que no pueden faltar en nuestra cesta de la compra y que encajan en los planes de todos los nutricionistas.