- Medir la grasa corporal, en lugar de calcular el índice de masa corporal (IMC), identifica con mayor precisión a las personas que necesitan intervenciones para mejorar el estilo de vida y bajar de peso.
- El exceso de grasa corporal es un factor de riesgo de muchas enfermedades graves, como las cardiopatías y la diabetes.
La doctora Ottavia Colombo, de la Universidad de Pavia, en Italia, comentó que al evaluar a pacientes para recomendarles cambios de estilo de vida que minimicen esos factores de riesgo, el IMC, que es una medición del peso en relación con la altura, subestimó los riesgos. «Usar solo el IMC no permite discriminar entre masa grasa y magra ni revela la distribución de la masa grasa», señaló.
El equipo dirigido por Colombo reunió a 23 hombres y a 40 mujeres de entre 20 y 65 años para realizar un análisis de la composición corporal en el Centro de Investigación de Nutrición Humana y Trastornos Alimentarios de la universidad. Los voluntarios eran sanos, pero sedentarios, y no tenían una dieta de bajas calorías.
Los investigadores calcularon el IMC de cada participante y le midieron el nivel de grasa corporal, incluida la circunferencia de cintura y el porcentaje total de grasa en el cuerpo.
El equipo hizo también un cálculo similar al del IMC que identifica el nivel de grasa en el cuerpo llamado índice de masa grasa (IMG). Luego, los autores compararon el porcentaje de los participantes que debía bajar de peso según cada medición.
El equipo halló que el IMC identificó a un 11 por ciento de pacientes que necesitaban grandes recomendaciones para bajar de peso y a un 41 por ciento que necesitaba recomendaciones básicas. En cambio, explicó Colombo, la circunferencia de cintura indicó que alrededor del 25 por ciento necesitaba indicaciones avanzadas para bajar de peso y que el 36 por ciento necesitaba indicaciones básicas.
Sin embargo, según el porcentaje total de grasa corporal, el 29 y el 48 por ciento necesitaban recibir ambos tipos de indicaciones, mientras que el IMG demostró que los necesitaban, respectivamente, el 21 y el 54 por ciento de los participantes.
» Tener en cuenta la adiposidad (grasa) corporal en lugar del peso elevó la cantidad de participantes que necesitaban ayuda para adelgazar», dijo Colombo.
Para los investigadores, estudios de este tipo sobre grupos más grandes de personas que necesitan cambiar el estilo de vida permitirían identificar mejor qué índice de grasa corporal tiene más efectividad clínica.