- El IMEO lanza la quinta edición de la clasificación Top 5 de las dietas más y menos indicadas para perder peso valorando equilibrio nutricional, posible efecto rebote y cómo influye en la salud a largo plazo
Con la llegada de la primavera, empieza la época típica para comenzar un régimen, en el hemisferio norte, con vistas al verano. Cada año se proponen nuevas dietas, con nombres de lo más llamativo como ‘la dieta de la bella durmiente’ o ‘la ketodieta’, sin olvidar ‘la dieta gourmet’. Pero entre todas ellas, ¿cuáles son seguras para nuestro cuerpo y cuáles es mejor evitar?
Expertos en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad en España han hecho una lista de las 10 dietas más populares del 2018, aquellas que están más en boga y las han dividido en dos grupos, cinco como las mejores dietas 2018 y cinco como las peores.
Nutriguia/IMEO, Mayo 2018
Por quinto año consecutivo el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) lanza su tradicional clasificación con las diez dietas más populares que han cobrado protagonismo en España durante el año pasado, dejando claro que no todo lo que está de moda vale.
En dos listas independientes, en orden descendente de uno a cinco, IMEO apostilla las mejores y peores dietas para el año 2018 que son tendencia en la actualidad entre los que buscan perder peso, volumen o simplemente una mejora en la salud, recalcando que los medios no siempre justifican la meta y lo que nos parece milagro hoy, puede traer dolores de cabeza el día de mañana.
Una vez más, resurge con fuerza el boom de los métodos adelgazantes, de autor, impulsados por celebrities o simplemente que se han vuelto virales en las redes sociales. Porque desprenderse de los kilos de más siempre es uno de los propósitos de año nuevo, pero cuando lo que está en juego es la salud, lo último que hay que hacer es tomárselo a la ligera.
El presente Ranking del IMEO es reflejo de un trabajo conjunto, respaldado por una veintena de expertos en obesidad y cuidado de la salud, entre ellos médicos, nutricionistas, psicólogos, naturópatas y cirujanos. Se nutre de casos reales observados en consulta, estudios científicos y clasificaciones serias, como la lista de la Asociación Británica de Dietistas (BDA, por sus siglas en inglés) con las peores dietas del año o la publicación ‘U.S. News & World Report’, aunque éstos dos últimos ofrecen una evaluación a nivel local, de difícil acceso para los peninsulares y por tanto lejos de nuestra realidad.
También está Google Trends que indica las dietas más buscadas en España durante 2017. «Que la demanda de un tipo de dieta se dispare no significa que es mejor, ni la más adecuada para nosotros», recalca Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto, haciendo hincapié sobre la posibilidad de tener que hacer frente a múltiples efectos secundarios y, entre ellos, un posterior efecto rebote.
En este sentido desde el IMEO recuerdan que los métodos de adelgazar saludables siempre se basan en evidencias científicas, proponen una pérdida de peso paulatina, sin sobrepasar los 1,5Kg por semana y los 6Kg al mes. Se sirven de todos los grupos de alimentos restringiendo las cantidades de algunos más calóricos y menos saludables, contribuyen a reeducar los hábitos alimentarios y mantener un estilo de vida saludable.
Las menos indicadas
En general se caracterizan por ser demasiado restrictivas e incompatibles con la vida social habitual. Prometen perder mucho peso en poco tiempo. Carecen de sustento científico y a menudo recurren a productos naturales atribuyéndoles poderes milagrosos.
Dejan profunda huella en la salud: múltiples efectos secundarios y un posterior efecto rebote. Son insostenibles a largo plazo y totalmente desaconsejadas para lograr una pérdida de peso saludable.
1. Método de la Bella Durmiente
Este método para perder peso que se ha extendido en las redes sociales consiste en dormir durante largos periodos de tiempo para evitar comer, recurriendo a analgésicos y sedantes que pueden terminar por crear adicción además de serios problemas para la salud. «De entrada, hay que señalar que no se trata de una dieta, porque no se especifica un régimen de alimentación, pero sí, un «truco» para perder peso nada saludable que consiste en pasar mucho tiempo sin comer y que puede fomentar la aparición de algunos trastornos conductuales, como la anorexia», sostiene la nutricionista del IMEO Andrea Marqués. El consumo de medicamentos con efecto sedante que en su mayoría provocan adicción podría llevar a descontrolar las tomas y a una sobredosis que a su vez podría llevar al coma o a la muerte.
Obligar al cuerpo a dormir más de lo que necesita no es nada sano y puede tener también secuelas psicológicas. La idea de apartarse de la vida y permanecer en la cama podría ser atractivo para aquellos que ya sufren trastornos alimentarios o depresivos. Es obvio que si no comemos adelgazaremos, pero debido a la falta de vitaminas y nutrientes pronto aparecerán consecuencias como dolor de cabeza, alucinaciones, pérdida de equilibrio, cambios de humor, incapacidad para conciliar el sueño de forma natural, principios de depresión, atrofia muscular y adicción a los medicamentos utilizados.
2. Dieta de la lengua del diablo
Es la última moda en trucos y suplementos milagro para perder peso que algunas famosas ya utilizan para perder hasta cuatro tallas en poco tiempo. Se trata de una planta procedente de Asia oriental llamada ‘lengua del Diablo’ por su color, textura y mal olor. El secreto que esconde el amorphophallus konjac (nombre científico) es su alto contenido de glucomanano, un ingrediente activo que es capaz de absorber hasta 50 veces su peso en agua. Los expertos han comparado este tipo de fibra que proviene del tallo de la planta con una banda gástrica debido a que se expande en el estómago y ayuda a sentirse saciado por más tiempo.
A pesar de que los nutricionistas advierten que sólo debe utilizarse como parte de una dieta controlada, el ingrediente ha sido aprobado científicamente por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como un suplemento seguro para ayudar a la pérdida de peso.
Gracias a su bajísimo porcentaje calórico, se está utilizando como ingrediente en gamas de productos dietéticos, como batidos o suplementos que se añaden a otros como las proteínas en polvo y también se puede encontrar en forma de harina, mermelada y como un sustitutivo de la gelatina para personas veganas.
No obstante, los expertos en nutrición indican que aunque pueda ayudar a la pérdida de peso al producir saciedad, no está demostrada su capacidad de absorbe grasas. Además, el uso de glucomanano no está exento de contraindicaciones y efectos secundarios y debería quedar reflejado en los productos que lo contienen.
3. Ketodieta
Un gran número de celebridades se han relacionado con esta dieta, entre ellos Kim Kardashian, Kobe Bryant y Alec Baldwin.
La premisa es una dieta baja en carbohidratos, alta en proteínas y moderada en grasas con carbohidratos provenientes de vegetales sin almidón, nueces y semillas. El objetivo es llevar al cuerpo a un estado de “cetosis”: al no poder obtener la glucosa de los carbohidratos, se descompone la grasa en su lugar para producir energía.
«Hay quien cree que con este plan de alimentación se puede tratar el cáncer, pero esto es absolutamente falso.
La respuesta de porque a algunos les funciona la ketodieta está en prescindir de un alimento concreto que habitualmente se consume junto a otro, aún más calórico. «Al no comer carbohidratos, evitas comer las cosas cargadas de calorías que generalmente los acompañan: si reduces la pasta, no tomas la salsa cremosa; si prescindes del pan, eliminas la mantequilla; si no tomas galletas, no consumes el azúcar que llevan», señala como ejemplo Andrea Marqués.
El peligro está en que se puede perder mucha fibra con esta dieta, lo cual es importante para la salud intestinal. Además, al eliminar los granos integrales del menú, privamos al cuerpo también de muchas vitaminas y minerales. En conclusión, la dieta cetogénica, según los expertos del IMEO, puede ser efectiva para perder peso a corto plazo, pero con unos resultados difíciles de mantener en el tiempo.
4. Dieta Alcalina
Entre sus seguidores figuran Tom Brady y la duquesa de York.
La dieta se basa en la teoría de que se puede cambiar el equilibrio de pH (nivel de acidez) del cuerpo y de la sangre a través de los alimentos ingeridos, a pesar de que actualmente no hay evidencia sustancial que sugiera que esto sea posible.
Los defensores de esta dieta afirman que los altos niveles de “exceso de ácido” en el cuerpo contribuyen a una variedad de condiciones de salud que incluyen artritis, osteoporosis, trastornos renales y hepáticos, e incluso cáncer.
Sugieren comer “alimentos alcalinos”, principalmente frutas y verduras, para corregir dichos niveles de acidez y depurar el organismo de sustancias químicas.
Alimentarse principalmente de frutas y verduras, como la manzana, el aguacate, las espinacas, el limón, el pepino o la zanahoria, contribuye a reducir calorías y por tanto a perder peso, pero debemos tener claro que el pH de estos alimentos no afectará el pH de la sangre. «La dieta alcalina carece de evidencia científica y esconde un riesgo para la salud al excluir grupos de alimentos enteros, como carnes, pescados o alimentos procesados, todos ellos necesarios por ser una fuente importante de proteínas y nutrientes esenciales para mantenerse en equilibrio nutricional», apuntan los nutricionistas del IMEO.
5. Dieta Crudivegana
Gwyneth Paltrow, Megan Fox y Sting son algunos de los celebtiries que han expresado su apoyo a una dieta vegana basada en el consumo exclusivo de alimentos crudos.
Los partidarios de esta corriente del veganismo definen los alimentos crudos como cualquier cosa que no haya sido refinada, enlatada o procesada químicamente, y que no haya sido calentada a más de 48ºC. Argumentan que la aplicación de calor destruye algunas de las enzimas naturales en los alimentos y que en el proceso se pierden nutrientes. Por lo tanto, como técnicas culinarias utilizan la germinación, la fermentación, el licuado, el triturado y la deshidratación. Hecho que explica la dificultad de compaginar esta dieta con una vida social normal o de comer en restaurantes que no son raw food.
Ser vegano no es una abreviatura de saludable y requiere una planificación cuidadosa para asegurarse de no perder nutrientes importantes al prescindir de todo alimento de origen animal. Hacen falta amplios conocimientos en materia de nutrición y una suplementación sistemática de vitaminas B12, D, hierro, calcio y ácidos grasos de Omega-3. «Nuestro consejo para los que, a pesar de las contraindicaciones, se sometan a una dieta crudivegana, es hacerse un análisis de sangre y otros chequeos rápidos de forma regular para detectar a tiempo las deficiencias nutricionales que pudieran aparecer», recalcan los expertos del IMEO.
Las más saludables
Las dietas que se pueden considerar saludables se proponen una pérdida de peso moderada –hasta 1,5Kg por semana y no más de 6Kg al mes–, fácil de mantener en el tiempo y sin efecto rebote. Se sirven de todos los grupos de alimentos restringiendo las cantidades. Contribuyen a reeducar los hábitos alimentarios y mantener un estilo de vida saludable.
1. Dieta de los superalimentos
«Más que de una dieta, se trata de un modelo de alimentación basado en la inclusión en nuestro menú diario de los denominados “superalimentos”», resalta Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO.
En muchos casos éstos no son más que alimentos exóticos, poco conocidos o en desuso algunos ejemplos serían la quinoa, las bayas de goji, la cúrcuma, el jengibre o las semillas de chía, que no solamente tienen la capacidad de nutrirnos, sino también de ayudar a mejorar nuestra salud o prevenir enfermedades.
La bajada de peso que se puede lograr con la ayuda de los superalimentos depende mucho del modelo global de alimentación en el que se incluyen y, si éste es adecuado, se puede bajar hasta un kilo de grasa a la semana.
El auge que están teniendo se debe a que para la mayoría de ellos están científicamente probadas las cualidades que se les atribuyen y entre las que están el refuerzo del sistema inmunitario, la mejora de la digestión, reducción del estreñimiento, mejora de los niveles de colesterol o el mayor control de la glucemia.
Sin embargo, y a pesar de que nuestra salud se puede beneficiar de la inclusión en nuestra dieta de uno o varios de estos productos, hay que recordar que de ninguna manera compensan una alimentación insana o desequilibrada, no curan enfermedades y tampoco convierten un producto ultraprocesado en saludable por el mero hecho de incluirlo en su composición.
2. Dieta de los micronutrientes
Los micronutrientes son sustancias químicas que nuestro cuerpo necesita en cantidades muy pequeñas que son fundamentales para regular numerosos procesos en el organismo: metabolismo de los macronutrientes, equilibrio de los fluidos corporales, desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes o transporte de oxígeno, entre otros.
Una dieta enfocada en los micronutrientes sería aquella que busca organizar nuestra alimentación tomando como base nuestros requerimientos nutricionales, puesto que su déficit o exceso perjudica la salud.
La bajada de peso que se puede conseguir con este modelo es de aproximadamente un kilo de grasa a la semana. «Esto se debe a que por un lado nuestro cuerpo funcionará de manera mucho más eficaz y a que al seguirla se mejorarán hábitos y se ajustará también el consumo de macronutrientes y energía», explica Escalada. Esta dieta funciona porque nos obliga a ajustar nuestra manera global de alimentarnos y a generar mejores hábitos. Además, nos ayuda a evitar los problemas ocasionados por déficit nutricional, como resistencia a la insulina, anemia o hipotiroidismo, o a causa de su exceso, como cálculos renales, deficiencias en la absorción de otros nutrientes o males gastrointestinales, siendo todos ellos más que probados científicamente.
Por todo esto y al igual que en el caso de los superalimentos, la dieta de los micronutrientes puede ser una buena opción para controlar nuestro peso con ayuda profesional manteniendo un nivel óptimo de salud.
3. Dieta gourmet
Una dieta gourmet sería aquella que propone adelgazar sin renunciar al placer, ni pasar hambre, basándose en el consumo controlado de productos considerados gourmet, como jamones, quesos, vino, aceite de oliva, marisco y pescado, carnes, embutidos o chocolate.
Asegura que siguiendo este plan para adelgazar, combinado con ejercicio físico regular, se puede perder más de un kilo por semana.
La clave en este caso no está en lo que se come, sino en la forma de preparación o cocción y en la moderación de las cantidades. Entre las ventajas de este tipo de dieta la nutricionista del IMEO Mireia Elías destaca que permite comer de todo sin pasar hambre y sin provocar ansiedad por restringir grupos enteros de alimentos; en su mayoría utiliza productos naturales, mitigando el consumo de aditivos artificiales no saludables; enseña a disfrutar de la comida con recetas de platos variados y sabrosos; se puede mantener en el tiempo y, al no permitir bajar muchos kilos por semana, evita el efecto rebote de muchas otras dietas.
Como desventajas hay que destacar su elevado coste, debido al precio de los propios ingredientes, y la necesidad de tener nociones de cocina o contar con algún libro de recetas saludables gourmet de moderado o bajo aporte calórico. Esta dieta la pueden seguir todo tipo de personas, excepto alérgicos o intolerantes que deberían evitar aquellos alimentos causantes de las mismas en los distintos platos.
4. Dieta baja en carbohidratos
La dieta baja en carbohidratos se basa en el concepto de los índices glucémicos y la crononutrición. Trata de conseguir un correcto equilibrio nutricional, sin excluir ningún grupo de alimentos, pero controlando el consumo de hidratos de carbono que puedan dificultar la pérdida de peso en algunos pacientes, como por ejemplo mujeres en menopausia ó en pacientes que no tienen una vida activa ni practican ejercicio físico.
«No consiste en una dieta cetogénica, sino que trata de excluir los hidratos de carbono sencillos de alto índice glucémico (azúcares y derivados) manteniendo los carbohidratos de menor índice glucémico (frutas, verduras, legumbres etc.) y consumiéndolos en el momento más adecuado para cada paciente», señala la nutricionista del IMEO, experta en dietética, Andrea Marqués.
Al no eliminar ningún grupo de alimentos, este régimen puede ser adecuado para cualquier persona ya que no tiene contraindicaciones. Además, es fácil de adaptar a los hábitos o gustos de cada paciente, dentro de unos criterios adecuados, marcados por un nutricionista, dietista o endocrino.
Las dietas bajas en carbohidratos, además de ayudar a adelgazar, mejoran el estado de salud y pueden reducir el riesgo de ciertas enfermedades relacionadas con el incremento de masa grasa, como hipercolesterolemia, hipertensión o diabetes. Son eficaces a largo plazo, ya que correctamente adaptadas son sencillas de mantener en el tiempo y nos pueden ayudar a perder entre 2 y 4 kilos al mes de forma saludable.
5. Dieta genética
La dieta genética se basa en personalizar la alimentación del paciente en función de los resultados de un test de ADN previo. La realización de este análisis es muy útil no sólo en una dieta destinada a perder peso, sino también a la hora de prevenir y tratar distintas patologías, desde cardiovasculares o digestivas hasta distintos tipos de cáncer y, por supuesto, la obesidad.
El test genético surge del desarrollo de la nutrigenómica, ciencia que determina cómo responde nuestro cuerpo ante los nutrientes que ingerimos. Para conseguir una muestra de nuestro genoma se realiza una sencilla prueba de extracción mediante saliva y se analiza la información genética relacionada en nuestro caso con el metabolismo del paciente. Finalmente, se elabora la pauta dietética teniendo en cuenta los resultados del test genético, el sexo, la edad, la complexión física, así como los hábitos y preferencias ó gustos del paciente en la medida de lo posible.
El objetivo final es que el paciente regule sus hábitos alimenticios teniendo en cuenta toda la información adquirida mediante el test y consigamos así, tanto la pérdida de peso, como un mejor estado de salud general y la prevención de algunas enfermedades o trastornos metabólicos que pudieran aparecer a medio o largo plazo.
«No se trata de una dieta restrictiva, sino de un cambio global de hábitos de alimentación y de salud que el paciente pueda mantener a largo plazo y que permite a bajar entre 3 y 4 kilos al mes», apunta Andrea Marqués.
El principal inconveniente puede ser su alto precio, ya que partiríamos de la realización del test genético para luego continuar con el seguimiento nutricional. Aunque el genoma humano lleva más de una década siendo estudiado, aún queda mucha investigación, lo cual hará que los resultados de estas pruebas sean más precisos y completos