Se trata de una de las bebidas que ya es una historia misma dentro de las otras, la gran historia de la humanidad. Y ya hace casi dos décadas que el vino tinto -de él estamos hablando- ha dejado de ser ni más ni menos que un emblema del buen beber para empezar a sumar reconocimiento por un área del conocimiento que, en general, nunca le había hecho buena prensa: la ciencia médica.
saludyciencias, martes 12 de agosto
Ya son indiscutidas las propiedades preventivas que ciertos compuestos polifenoles entre otros, de elevado poder antioxidante – presentes en el vino de calidad, ejercen en el organismo. También, y aunque aquí aún no se conoce con precisión el mecanismo de acción de la bebida, ya no es novedad aún para el más desinformado que el vino tinto bebido con moderación previene problemas cardiovasculares graves ,como el infarto o la fibrilación ventricular (que usualmente desemboca en una muerte súbita si no se hacen los auxilios correspondientes). La comprobación empírica ha de tener feliz a Baco -alias Dionisio- que ya debe estar informado de una nueva e inesperada virtud de la bebida que lo puso entre los dioses más populares y requeridos: el vino podría ayudar a prevenir la obesidad.
Antes de salir a buscar un sacacorchos, quizás convenga conocer un poco más de esta noticia, y el nombre del responsable de este beneficio que, sumado a los anteriormente mencionados parece poner al vino en camino a convertirse en sinónimo de bebida saludable, casi con perdón de la irreverencia- a la par de la leche.
De acuerdo con el resultado de un estudio presentado en la edición 90 del Encuentro Anual de la Sociedad de Endocrinología de EE.UU., celebrado en San Francisco, el resveratrol, un compuesto presente en las piel de las uvas oscuras y en el vino tinto, reduce el numero de adipositos células del tejido graso- y no está lejos el día, expresan los investigadores, en que aislado o incorporado (con obvia prudencia) a la dieta en la bebida que lo concentra, el resveratrol pueda usarse para prevenir la obesidad.
Ya se contaba con estudios preliminares realizados en ratones que mostraron al resveratrol como un protector de los animales que habían sido transformados en ratones gordos con una dieta hipercalórica- de los más graves problemas derivados de la obesidad, actuando de una manera curiosa: a pesar de tener grasa en exceso, El resveratrol inducía en el organismo de los roedores los efectos de la restricción de calorías (eliminando varios adipocitos, de paso).
Ahora, investigadores de la universidad alemana de Ulm quieren confirmar si el resveratrol puede imitar los efectos de la reducción de calorías en células grasas humanas, específicamente cambiando su tamaño y desacelerando su metabolismo. Los científicos germanos trabajan específicamente sobre un tipo de células precursoras de adipocitos llamadas, precisamente, preadipocitos.
En el cuerpo, estas células dan origen a células grasas maduras, explica Pamela Fischer-Posovszky, endocrinóloga pediatra que encabezó el estudio en la Unidad Diabetes y Obesidad de Ulm. En el estudio explica la investigadora- encontramos que el resveratrol inhibe el desarrollo de los preadipocitos , frenando su evolución a células grasas maduras. También, el mencionado compuesto mostró ser efectivo a la hora de evitar la acumulación de grasa.
Para nuestra sorpresa, un hecho de gran interés se entusiasma Fischer-Posovszky- fue que el resveratrol redujo la producción de la interleukina 6 y la 8. Las interleukinas son compuestos que aparentan estar ligados al desarrollo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes y la obstrucción de las arterias coronarias .
El resveratrol también estimuló la síntesis de una proteína llamada adiponectina, muy conocida por disminuir considerablemente el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. La obesidad disminuye dramáticamente la concentración de adiponectina, explica la investigadora.
La paradoja francesa
Este último descubrimiento tiene particular importancia, pues explicaría con claridad lo que los endocrinólogos llaman la paradoja francesa; esto es: la dieta de los franceses es claramente alta en grasas, pero a pesar de ello la población gala tiene une sorprendentemente baja tasa de enfermedades cardíacas.
El resveratrol actúa de manera tan eficaz contra la obesidad por causar sus efectos directamente sobre las células de grasa, dice Fischer-Posovszky, y agrega: con estos datos no es para nada aventurado decir que este compuesto podrá convertirse rápidamente en un aliado vital a la hora de prevenir y tratar el problema, ya casi epidémico, de la obesidad .
Entonces, nunca mejor propuesto el brindis: ¡Salud!