Presentar en la parte frontal de un producto sus principales componentes nutricionales ayudaría a los consumidores a comer más sano. Esto es lo que cree la Comisión Europea que este mismo miércoles ha presentado en Bruselas un nuevo sistema de etiquetado para los alimentos y bebidas. Este nuevo sistema pondría fin a las largas búsquedas de información de algunos consumidores.
El Ejecutivo comunitario obligará a detallar en las etiquetas y embalajes de los alimentos su contenido de grasas, hidratos de carbono, sal y valor energético del alimento. En la etiqueta deberá precisarse también el contenido concreto de azúcar y de ácidos grasos saturados, para que el consumidor pueda escoger alimentos más equilibrados y frenar la actual tendencia hacia la obesidad de la población, explicó el comisario de Salud, Markos Kyprianou. Cada Estado miembro podrá incluir otros componentes que considere importantes como explica el comisario europeo de Sanidad: «cada país tiene su propio sistema, para nosotros lo que es importante es que las etiquetas indiquen la información exacta y de manera simple», dijo en Bruselas.
Todos esos valores nutricionales deberán ir acompañados de la indicación del porcentaje que representan del consumo recomendado por día de cada uno de los elementos por parte de las autoridades sanitarias. Otro de los objetivos de esta iniciativa es proporcionar una mayor protección contra los alérgenos. Por eso, cuando se apruebe, el etiquetado de todos los alimentos deberá indicar la presencia de elementos alergénicos, como cacahuetes, leche, mostaza o pescado.
La nueva norma de etiquetado no se aplicará al vino, cerveza, ni a los licores, pero sí a las bebidas mixtas de refresco y alcohol. Y también se verán afectados los alimentos a granel y los servidos en establecimientos de hostelería.
La Asociación de consumidores europeos ha dado la bienvenida a la propuesta de la Comisión asegurando que una información clara y sencilla ayudará a la gente a luchar contra la obesidad.