Científicos de la Universidad de Jaén (UJA-España) han demostrado los beneficios de una dieta rica en aceite de oliva virgen extra (AOVE) como modulador de la microbiota intestinal, en comparación con los efectos de una dieta enriquecida en mantequilla, que desarrolla en mayor medida factores implicados en el síndrome metabólico.
NC&T, Enero 2018
El estudio, realizado en ratones y publicado en la revista Plos One, surge del trabajo previo en torno a la comparación del aceite de oliva y otras grasas para analizar su papel diferencial en el desarrollo de obesidad e hipertensión, dos de los factores ligados al síndrome metabólico.
“En nuestros estudios anteriores las diferencias más marcadas con el AOVE –una grasa de origen vegetal, monoinsaturada y con un elevado nivel de polifenoles– las presentó la mantequilla –una grasa saturada de origen animal que contiene colesterol–”, argumenta como principal razón para elegir la mantequilla Isabel Prieto, responsable del grupo Neuroendocrinología y Nutrición de la UJA.
Además, como apunta Magdalena Martínez Cañamero, otra de las autoras, “existe la cuestión social añadida de los tipos de patologías presentes en Centroeuropa, donde la mantequilla ha sido la grasa utilizada por antonomasia para cocinar, y en la zona mediterránea, donde se ha usado habitualmente el AOVE para ese fin”.
“Hasta el momento no se pensaba que el aceite de oliva pudiera tener un efecto distinto al de otras grasas sobre la microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que residen en el intestino”, explica Magdalena Martínez Cañamero. En ese sentido, señala que “desde la perspectiva de la nutrición y la fisiología esto es relevante porque la idea generalizada era que las dietas altas en cualquier tipo de grasa eran malas para la microbiota intestinal”.
La muestra de ratones se dividió en tres grupos, dos de ellos se alimentaron con una dieta enriquecida en AOVE o una dieta enriquecida en mantequilla (grupos con dietas altas en grasa) y el tercero alimentado con una dieta estándar para animales de laboratorio. De cada uno de los animales se obtuvieron datos de las bacterias presentes en sus intestinos. Los perfiles de la microbiota intestinal se relacionaron con los distintos parámetros fisiológicos utilizados como indicadores del desarrollo de síndrome metabólico.
Los resultados sugieren que la mantequilla aumenta el número de proteobacterias intestinales, y esto se relaciona con un aumento de la insulina en sangre y la presión arterial, parámetros fisiológicos ligados al desarrollo del síndrome metabólico. Con el AOVE, pese a ser una dieta alta en grasa, no se produjeron estos cambios microbianos y se detectó un menor incremento en el peso corporal y la presión arterial, junto a un mejor perfil de lípidos en sangre.
“Hemos confirmado que la mantequilla se comporta como las dietas altas en grasa que tradicionalmente se han considerado perjudiciales para la microbiota intestinal, mientras que el AOVE no se comporta de igual manera”, incide Martínez Cañamero. “Por primera vez se observa que hay determinados grupos bacterianos que aumentan en estas dietas. Una dieta enriquecida en mantequilla favorecería su aparición, mientras que una dieta rica en AOVE o la dieta estándar, en general, no lo harían”, comenta.
Por su parte, Isabel Prieto concluye que “este hallazgo es muy importante porque no se le da a la dieta la importancia que tiene como moduladora de la microbiota intestinal, ya que a través de nuestra alimentación podemos modificarla para que tenga un impacto positivo sobre nuestra salud”.
Fuente: Universidad de Jaén