- Un reciente estudio ha comprobado la importancia de una dieta muy baja en calorías para la remisión de ciertos tipos de diabetes ‘mellitus’ tipo 2 debidos al exceso de grasa alrededor del páncreas
- Ingerir solo unas 800 calorías al día durante 5 meses curó a la mitad de los pacientes, lo que permite a los autores afirmar que adelgazar es vital para superar la enfermedad
La diabetes tipo 2 es la más extendida entre la población. Entre el 80% y el 90% de los diabéticos son de este tipo, lo que supone más de 400 millones de personas en el mundo. En España, el número asciende hasta los 5,3 millones, según datos de la Sociedad Europea de Diabetes. Si bien los antecedentes familiares agravan su frecuencia, también se debe considerar el auge de factores ambientales como el sedentarismo y la alimentación inadecuada.
Nutriguia.com, Diciembre 2017
La diabetes puede causar ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares y hasta la amputación de los miembros inferiores.
Durante décadas, los médicos han tratado la diabetes con pastillas diseñadas para reducir los niveles de glucosa en sangre, y aun así, los casos siguen aumentando por todo el mundo, junto a la obesidad.
Sin embargo, un interesantísimo estudio recién publicado ha arrojado esperanza a los pacientes con diabetes: tal vez pueda curarse con solo cambiar la alimentación.
Una dieta muy baja en calorías
El estudio clínico denominado «DiRECT», acrónimo de Diabetes Remission Clinical Trial muestra que un correcto manejo de la dieta y la reducción de calorías de forma extrema en la ingesta, puede permitir la remisión de la diabetes tipo 2 en apenas unos meses, lo que ha sido considerado como una revolución en la manera de ver esta enfermedad.
“He recuperado mi vida”, asegura Isobel Murray, de 65 años, en una entrevista a la ‘BBC’. Esta paciente, participante del estudio, se sometió a una dieta radical Sin alimentos sólidos (sopas y batidos) y con muy pocas calorías. A los tres meses, Isobel ya había perdido quince kilos y su diabetes estaba desapareciendo por completo, y al cabo de cinco meses no solo había perdido 25 kilos, sino que ya no necesitaba tomar pastillas contra su diabetes tipo 2.
Actualmente, esta británica no muestra síntomas de la enfermedad y mantiene una vida saludable, con una dieta equilibrada.
Murray es una de las personas que han participado en el ensayo clínico llevado a cabo por la Universidad de Newcastle y la de Glasgow en el que casi la mitad de los pacientes superaron la enfermedad tan solo mediante la pérdida de peso.
«La ONG Diabetes de Reino Unido asegura que los resultados del ensayo suponen un hito que puede beneficiar a millones de pacientes.
De las 298 personas que participaron en el estudio, un 46% siguen en remisión un año después. Un 86% de los que adelgazaron al menos 15 kilos se han curado. Por el contrario, solo un 4% los que siguieron el tratamiento habitual con medicación, ejercicio y una dieta moderada mostraron buenos resultados.
El factor principal, según apuntan los doctores Roy Taylor de la Universidad de Newcastle y Mike Lean de la Universidad de Glasgow, es la radical pérdida de peso. Esto da como resultado una reducción de la grasa dentro del hígado y el páncreas, permitiendo que estos órganos puedan volver a funcionar con normalidad.
¿Qué sabemos de la diabetes tipo 2?
Hasta la fecha, la diabetes tipo 2 se consideraba incurable. La práctica de ejercicio y un control estricto en la dieta en los casos iniciales parecían ser suficientes para mantener la enfermedad a raya. Pero en este estudio, se ha comprobado que incluso las personas con obesidad y una diabetes adquirida en estado avanzado pueden beneficiarse de una remisión de la enfermedad.
¿Por qué razón? La diabetes ocurre cuando nuestro cuerpo no puede «gestionar» adecuadamente el azúcar en sangre. Su exceso provoca todo tipo de problemas metabólicos que derivan en otras enfermedades. Y este problema viene del malfuncionamiento de la insulina. Esta hormona es la encargada de regular estos niveles sanguíneos de azúcar, conocidos como glucemia.
Si no se produce suficiente insulina o nuestras células no son capaces de detectar su presencia, lo que se llama insensibilización o resistencia, esta no puede hacer su trabajo y los niveles de azúcar en sangre se elevan hasta puntos peligrosos. Es lo que se conoce como sufrir de hiperglucemia.
Según los investigadores, el problema con la insulina en el caso de la obesidad puede provenir de un hígado y un páncreas sometidos a estrés por culpa del exceso de grasa. Esta hipótesis proviene de otros estudios anteriores que apuntan al daño que hace el exceso de grasa en las células especializadas en la producción de insulina.
De esta manera, al reducir el peso corporal de forma drástica, se puede remitir el daño causado sobre estas, devolviendo su funcionamiento a la normalidad. Esto es importante para que se pueda volver a segregar la insulina y, por tanto, la diabetes sea controlada o, incluso, curada por completo.
Pero si el paciente volviera a su estado de obesidad, casi con total seguridad, la diabetes volvería. Es importante porque muestra una concepción distinta a la que se tiene tradicionalmente de la diabetes, como una enfermedad sin cura en la gran mayoría de los casos.
Se necesitan nuevos estudios
El estudio se ha realizado con personas que llevaban poco diagnosticadas de la enfermedad y solo la mitad se curó por completo. No podemos aventurar que esta sea una cura definitiva para todos los enfermos de diabetes tipo 2, pero si es una esperanza, pues los resultados son coherentes con lo que ya se sabe sobre la enfermedad.
Además, el estudio nos muestra la importancia de un seguimiento estricto dietético en la remisión de la enfermedad. Esto es algo que ya se había visto en otros estudios anteriores, pero ahora se ha demostrado a ciencia cierta: una dieta muy baja en calorías puede llegar a remitir la enfermedad.
Insistimos, esto no es posible en todos los casos. Solo aquellos casos en que fuese el páncreas el que, debido a la grasa, no pudiera segregar insulina, podrían verse beneficiados de esta estrategia, pero no funcionaría cuando existe resistencia a esta hormona o su fallo de funcionamiento se debiese a cualquier otra cuestión.