- Una caña aporta 84 Kilocalorias
La investigación en la que ha participado la Universidad Complutense de Madrid, desvela que las personas que consumen este producto de forma habitual y moderada presentan una composición corporal más sana que los que no la toman.
JANO.es, 05 octubre 2015
Un estudio realizado por miembros de la Academia Española de Nutrición (AEN), y del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, desmiente el mito de que la cerveza es la responsable de la llamada ‘barriga cervecera’. La investigación muestra que una caña de 200 mililitros sólo aporta 84 kilocalorías, por lo que el consumo de una cerveza diaria supone un porcentaje «muy pequeño» de la ingesta calórica diaria recomendada, unas 2.000 calorías para las mujeres y 2.500 para los hombres.
Respecto a la masa corporal, el trabajo, liderado por la catedrática Rosa M. Ortega y el presidente de la AEN, Lluís Serra Majem, desvela que las personas que consumen cerveza de forma habitual y moderada presentan una composición corporal más saludable que los que no la toman, especialmente en el caso de los hombres.
De hecho, diversos estudios europeos han señalado que bebidas de baja graduación alcohólica, como la cerveza u otras bebidas fermentadas, pueden estar incluidas dentro de una dieta como la mediterránea, siempre y cuando no se rebasen los 20 o 30 gramos de alcohol al día.
Los causantes son otros factores
«Los causantes de la ‘barriga cervecera’ podrían ser otros factores, como los hábitos alimentarios incorrectos, un estilo de vida sedentario, el tabaquismo o diversos componentes genéticos», ha explicado Ortega. El trabajo indica, asimismo, que la presión arterial tampoco se ve influida por el consumo de cerveza
«Los consumidores de cerveza tienen una mayor protección antioxidante procedente del lúpulo y de la malta con la que se elabora el producto. Su contenido en isohumulonas podría tener un efecto antioxidante y protector frente a diferentes enfermedades. Además, actúa como regulador sobre la concentración sérica del colesterol en los individuos que la consumen de manera moderada, ya que se relaciona con un aumento de la concentración de HDL o colesterol bueno, y una disminución del LDL o colesterol malo», ha zanjado la catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.