- Este tipo de dieta ha sido utilizado durante más de 15 años con resultados favorables, logrando una disminución del deseo de comer y de consumir carbohidratos, especialmente dulces, durante el resto del día.
El medico interactivo, 19 de Junio de 2008
Un desayuno con muchos carbohidratos y proteínas y una dieta para el resto del día baja en carbohidratos y calorías podría ayudar a bajar peso, según un estudio del Hospital de Clínicas de Caracas en Venezuela, que se ha hecho público durante la reunión anual de la Sociedad Endocrina que se celebra en San Francisco (Estados Unidos).
Según explica Daniela Jakubowicz, autora del estudio, «la mayoría de estudios sobre la pérdida de peso han determinado que una dieta muy baja en carbohidratos no es un buen método para reducir peso. Estas dietas exacerban el deseo de carbohidratos y ralentizan el metabolismo. Como resultado, después de un corto periodo de pérdida de peso, hay un regreso rápido a la obesidad».
Los investigadores compararon una dieta con un desayuno alto en carbohidratos y proteínas, que el resto del día reducía los carbohidratos y calorías, con una dieta estricta baja en calorías en 94 mujeres obesas e inactivas. Ambas dietas eran bajas en grasas y calorías totales pero diferían en la distribución de los carbohidratos.
La primera mitad de los ocho meses de estudio se centró en la pérdida de peso y los últimos cuatro meses en el mantenimiento del peso. A los cuatro meses, las mujeres de la dieta baja en carbohidratos estricta perdieron una media de 12,7 kilogramos y las del desayuno abundante perdieron cerca de 10,43 kilogramos, lo que según Jakubowicz no era una diferencia muy significativa.
Sin embargo, a los ocho meses, las mujeres que seguían la dieta baja en carbohidratos recuperaron una media de 8,16 kilogramos mientras que aquellas del grupo que tomaba el desayuno alto en carbohidratos y proteínas continuaron perdiendo peso, unos 7,48 kilogramos de media.
Las mujeres que tomaban el desayuno copioso perdieron más del 21 por ciento del peso corporal en comparación con sólo el 4,5 por ciento en el grupo bajo en carbohidratos. Además, el estudio descubrió que las mujeres que tomaban un desayuno abundante decían tener menos hambre, sobre todo a la hora de la comida y tener menos deseos de carbohidratos que las otras mujeres.
Según la investigadora, la dieta del gran desayuno funciona porque controla el apetito y el deseo de dulces y fécula. Además, Jakubowicz señala que es más sano que una dieta extremadamente baja en carbohidratos debido a que permite comer más fruta y conseguir así suficiente fibra y vitaminas. Jakubowicz dice haber utilizado con éxito esta dieta en sus pacientes durante más de 15 años.