El café ayuda a las mujeres mayores a recordar, según un estudio

EFE, 6 de Agosto de 2007

Además de combatir los bostezos por la mañana, una taza de café ayuda a las mujeres mayores de 65 años a mantener la memoria visual y a recordar palabras, según un estudio publicado en la revista Neurology.

La investigación, realizada por un equipo de científicos franceses y portugueses, afirma que tres tazas de café al día o té con una cantidad equivalente de cafeína palían el declive de la memoria entre mujeres de más de 65 años. En cambio, el café no ayuda a los hombres, aparentemente porque su cuerpo asimila la cafeína de forma diferente.

Según el estudio, cuanto más café toman las mujeres mayores, mejor recuerdan, y cuanto más edad tienen, es más beneficiosa una buena taza. No obstante, antes de prepararse un termo de café, las ancianas tendrán que tener en cuenta que la bebida estimulante de origen egipcio también eleva la presión de la sangre, quita el sueño y hace irritables a algunas personas.

Para el estudio publicado en Neurology, los científicos analizaron los efectos del café en 4.197 mujeres y 2.820 hombres en tres ciudades francesas durante cuatro años.

Al cabo de ese tiempo y tras descontar la influencia de otros factores, como la bebida, la dieta y el nivel de actividad, los expertos concluyeron que las mujeres que tomaban al menos tres tazas por día perdieron menos vocabulario y, en menor medida, memoria visual, que las que se bebían una taza o menos. Esos beneficios fueron mayores para las mujeres que pasaban de los 80 años.

Aparentemente el café retarda el deterioro de las neuronas que eventualmente lleva a la enfermedad de Alzheimer, sospechan los científicos.

El café no es sólo bueno para la memoria femenina. Investigaciones anteriores han apuntado que la bebida reduce el riesgo de sufrir la enfermedad de Parkinson, cálculos biliares, piedras renales, depresión e incluso de suicidarse.

No obstante, las mujeres embarazadas deben alejarse del café. Un estudio de 2003 demostró que las personas que beben ocho tazas o más cuando esperan un hijo corren el doble de riesgo de perder el feto.