Una buena alimentación mejora la productividad en el trabajo

Expansion y empleo, 18-06-2007

Hipócrates dijo «que los alimentos sean tu mejor medicina» y los expertos hoy aseguran que de cómo nos sentemos a la mesa dependerá nuestra calidad de vida y la cantidad de años que cumplamos. Y, por supuesto, el rendimiento diario en el trabajo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la alimentación es, después del tabaco, el segundo factor de riesgo cardiovascular. Existen estudios que aseguran que el treinta por ciento de los casos de cáncer de colon, estómago y mama están relacionados con los malos hábitos alimenticios.

Según Clotilde Vázquez, jefe de sección de nutrición del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, «las jornadas laborales muy intensas, los largos desplazamientos del trabajo a casa o, simplemente, no saber cocinar, hacen que cada vez comamos de forma menos equilibrados y estemos más apartados de la saludable dieta mediterránea. En definitiva, nos alimentamos peor».

Consejos

Federico Morais, director del departamento de innovación y tecnología de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas, afirma que en el rendimiento «no sólo influye una buena alimentación, sino el ambiente de trabajo, no estar estresado, etcétera. No obstante, en su opinión, «lo más importante para afrontar la jornada laboral es hacer un buen desayuno compuesto por lácteos, cereales y frutas». Añade que una buena dieta «siempre debe complementarse con ejercicio y hábitos de vida saludables».

Según Vázquez, los errores en la alimentación comienzan al levantarnos: «Las prisas nos llevan a comer poco en la primera parte del día, que es cuando tenemos que estar alerta y rendir más. Desayunar mal y sustituir la comida por un tentempié hace que durante horas estemos subalimentados». Para almorzar, se recomienda un plato único, que debe tener fibra, hidratos de carbono y proteínas. La cena, ligera: una ensalada abundante para quedar saciados con pocas calorías. A media mañana, y para merendar se puede tomar un poco de fruta.

Comida casera

Una de las consecuencias más comunes de una mala alimentación es la obesidad: «Los ejecutivos, por ejemplo, no suelen tener exceso de peso, pero sí cierta barriguita consecuencia del sedentarismo, del estrés crónico y de comer fuera de casa. La grasa aumenta los niveles de colesterol, de ácido úrico y de glucosa. Se desarrolla un síndrome metabólico que implica un incremento del peligro de sufrir un infarto cardiaco o un ataque cerebral», explica Vázquez.

Esta doctora cree que el riesgo de la obesidad y los problemas cardiovasculares pueden minimizarse, volviendo a la tradicional tartera: «Es un recurso cada vez más normal en las oficinas. Se trata de consumir comida casera, que garantiza la calidad de los ingredientes. Lo deseable es comer, al menos, tres días a la semana de cuchara: arroz, alubias con almejas o patatas con carne, por ejemplo».

En cuanto a las socorridas máquinas que hay en todas las oficinas con snacks y sandwiches, Vázquez afirma que «de vez en cuando, no pasa nada, pero no es lo más recomendable porque no sacian y aportan muchas calorías; las mismas que si tomas un plato de garbanzos guisados, pero con la sensación de no haber comido».

Energía para el cerebro

El cerebro sólo representa el tres por ciento del peso corporal y, sin embargo, necesita el veinte por ciento de la energía que se obtiene de la comida. La doctora Clotilde Vázquez, jefa de sección de nutrición del Hospital Ramón y Cajal, afirma que el azúcar, la miel, las frutas, las mermeladas, etcétera, son alimentos que el cerebro asborbe rápidamente y los transforma en glucosa, usándolos para rendir plenamente. «De forma rutinaria son más aconsejables los hidratos de carbono (arroces, legumbres, patatas, cereales, pastas, pan) porque actúan igual que los azúcares, pero de forma más constante». Para afrontar una larga jornada de trabajo, Vázquez aconseja respetar los horarios de las comidas, sin saltarse ninguna para así evitar bruscos descensos de la glucosa en sangre. «El cerebro es como un coche que necesita tener gasolina para poder discurrir. Hay productos que ayudan a rendir al máximo, como la jalea real, que estimula el sistema nervioso, y la raíz del ginseng, que aumenta la memoria, los reflejos y la productividad intelectual». Recomienda no olvidar consumir frutos secos en las pausas del trabajo porque son una excelente fuente de minerales.

Unilever y BT enseñan buenos hábitos

Algunas empresas han iniciado campañas para concienciar sobre los buenos hábitos alimenticios a sus empleados. Unilever, por ejemplo, tiene dentro del programa de la compañía Great place to work, un apartado de salud y nutrición con distintas actividades, como unas jornadas de formación sobre alimentación equilibrada y las propiedades de los nuevos productos alimenticios que lanza la firma. Pero, lo más curioso, son las pequeñas cafeterías que hay en cada planta de las instalaciones de Unilever en Barcelona, inauguradas hace un año y medio: «Allí, los empleados disponen de fruta fresca, yogures para contrarrestar el colesterol, una tostadora para tostar pan rico en fibra, margarina, leche», explica Raquel Bernácer, nutricionista de la firma. «Es una forma de promover el desayuno para favorecer el rendimiento en el trabajo.» Los empleados de Unilever también disponen de un aula de cocina donde uno de los cocineros de la compañía explica los beneficios de una buena dieta y enseña trucos culinarios.

La firma de telecomunicaciones BT lanzó a finales del mes de marzo un programa de vida saludable, Work Fit, que finalizó en el mes de mayo. A través de correos electrónicos, el departamento de prevención de riesgos enviaba a sus empleados distintas informaciones, algunas de ellas relacionadas con la nutrición, con consejos sobre una buena alimentación. Un ejemplo de estos correos es el siguiente: «Bienvenido a Work Fit. ¡Esta semana tu tarea será comer más frutas y verduras, al menos cinco raciones al día». Según Antonio Hernández, responsable del servicio de prevención de BT, «se trataba de dar algunas pistas sobre el consumo de azúcar, de alcohol, de snacks, etcétera. Tuvo mucho éxito», asegura.

Autor: Ana Colmenarejo