El Médico Interactivo, 11 de Enero de 2007
Las personas que ingieren dosis elevadas de folatos a través de la dieta y en suplementos podrían tener un menor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, según un estudio de la Universidad de Columbia en Nueva York (Estados Unidos) que se publica en la revista Archives of Neurology.
Según los investigadores, para el año 2047 la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer podría haberse multiplicado por cuatro. El retraso en el inicio de la enfermedad reduce en gran medida la carga que supone para el paciente, su familia y el sistema sanitario.
Los investigadores creen que un elevado nivel del aminoácido homocisteína en la sangre, vinculado ya a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular e ictus, podría aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Los folatos, la vitamina B12 y la B6, son importantes para procesar este aminoácido, por lo que la carencia de estos nutrientes podría elevar los niveles de homocisteína y contribuir a la enfermedad cardiaca, el ictus y la demencia.
Los autores del estudio examinaron, entrevistaron y evaluaron la dieta de 965 pacientes, que tenían una media de 75 años de edad y que eran en un 70 por ciento de los casos mujeres. Los científicos siguieron a estas personas durante un periodo medio de seis años en relación al posible desarrollo de enfermedad de Alzheimer.
Durante el periodo de seguimiento, 192 de los participantes desarrollaron esta enfermedad neurodegenerativa. Cuando estas personas fueron divididas en cuatro grupos según el nivel total de folatos que consumían en su dieta y los suplementos que tomaban, así como las características del paciente, las enfermedades asociadas y el consumo de B12 y B6, el riesgo de enfermedad de Alzheimer fue menor en los grupos con mayor consumo de folatos. Ni el consumo procedente de la dieta ni aquel que provenía de los suplementos se vinculaba por separado con tal disminución del riesgo, sólo ambos elementos en combinación producían este efecto.
Según los investigadores, el consumo superior de folatos correlacionaba de forma modesta con los menores niveles de homocisteína, lo que sugiere de forma indirecta que un menor nivel de homocisteína sería un posible mecanismo para la asociación entre los altos niveles de folatos y el menor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Los autores señalan sin embargo, que los resultados no esclarecen la participación de los folatos en el desarrollo de la enfermedad y que deben realizarse ensayos clínicos que confirmen los beneficios de elevar su consumo.