Descubren un posible fármaco para el tratamiento de la obesidad y los trastornos metabólicos

EL MEDICO INTERACTIVO, 10 de Marzo de 2006

Investigadores de la empresa (OSI) Prosidium con sede en Oxford (Reino Unido) han descubierto que cuando se administra un agente químico conocido como PSN632408 a animales de laboratorio con una dieta alta en grasas se suprime el apetito y el aumento de peso en los animales. Las conclusiones del estudio, que identifican una nueva diana farmacéutica para terapias dirigidas al tratamiento de la obesidad y los trastornos metabólicos, se publican en la revista Cell Metabolism.

Los científicos descubrieron que la llamada oleiletanolamida, un lípido natural que reduce la ingesta de comida y el aumento de peso en animales de laboratorio, puede ejecutar sus efectos a través del receptor acoplado a proteína G (GPCR) GPR119. Un amplio espectro de fármacos del mercado utiliza como diana los GPCR. El GPR119 se encuentra sobre todo en el páncreas y tracto digestivo de humanos y ratones, así como en el cerebro de estos animales.

Los investigadores han identificado un componente químico conocido como PSN632408 que no tuvo efecto sobre los receptores cannabinoides, el objetivo al que se dirige el rimonabant, un posible fármaco para el tratamiento de la obesidad.

El PSN632408 condujo a una reducción destacada en el consumo de alimentos por parte de los animales de laboratorio que tomaron de forma oral este componente. El consumo total de alimento en las primeras 24 horas fue un 10,4 por ciento menor en los animales tratados con 100 mg/Kg de PSN 632408 en comparación con los animales del grupo control no tratados. Los animales obesos que tomaron el componente a diario durante dos semanas también comieron menos y aumentaron menos de peso y en grasas que aquellas que no lo tomaron.

Christine Reynet, uno de los autores principales del estudio, explica que este podría ser un receptor único para el tratamiento de la obesidad y otros aspectos del síndrome metabólico debido a su localización en el tracto gastrointestinal y su efecto sobre el volumen de grasa. Según Reynet, poseen ya pruebas preliminares de mejoría en los lípidos y la sensibilidad a la insulina.

Según los científicos, aunque se desconoce cómo produce el componente estos efectos está claro que este sistema de receptores abre una nueva vía para el control del consumo calórico, el peso corporal y algunos parámetros metabólicos. Por lo tanto, señalan los autores, el componente tiene un gran valor potencial para descubrir fármacos que alivien las cargas asociadas a la obesidad y sus trastornos metabólicos relacionados.