Econsumer, 4 de Marzo de 2005
La Comisión Europea culpó ayer a España, ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, de permitir el uso «fraudulento» del término «bio» para alimentos no obtenidos mediante sistemas de producción biológica o ecológica, e inducir a error al consumidor. El alto tribunal celebró dos vistas sobre sendos recursos contra el Gobierno español, uno de la Comisión y otro de los productores ecológicos de Andalucía, a causa de su normativa sobre los términos «eco» y «bio».
El órgano judicial comunitario examinó dos casos relacionados con denuncias contra un real decreto español, modificado en 2001, según el cual los productos ecológicos se venderían con el término «eco» y el «bio» podría aplicarse a alimentos no obtenidos mediante ese tipo de agricultura. Este decretó provoco que el Ejecutivo comunitario denunciara a España ante el Tribunal de Luxemburgo y, por otro lado, un recurso contencioso-administrativo por parte del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica ante el Supremo español, quien a su vez remitió el caso a la Justicia comunitaria.
Bruselas alegó que el Gobierno español incumplía la legislación comunitaria porque autorizaba a que incluyeran la etiqueta «bio» productos como yogures o lácteos que no eran de carácter ecológico, según uno de los informes para las vistas presentados ante el Tribunal. Agregó que en España las definiciones «ecológico» y «biológico» se utilizan de forma idéntica, que hay muchos productos etiquetados como «biológicos» en cuyo envase se indica que respetan el método de producción ecológica, y que la prensa emplea ambos vocablos indistintamente.
Rechazo del Gobierno
El Gobierno español rechazó estos argumentos y afirmó que de la legislación comunitaria se desprende que para la lengua española este tipo de productos se designan como «ecológicos» y no «biológicos» o «bio». Por este motivo, argumentó, «bio» puede usarse para alimentos que no provienen de la agricultura ecológica, sin que esta utilización pueda calificarse de ilegal o fraudulenta. Añadió que al no estar armonizadas las indicaciones en el plano comunitario es posible que existan diferencias.
El Ejecutivo sostenía además que el término «bio» no sugiere a los consumidores españoles el método de producción ecológica, sino que se identifica más bien con «productos sanos y beneficiosos para la salud» en general. En este sentido, citó una encuesta según la cual sólo el 3% de los españoles asocia «bio» con la producción ecológica, mientras que el 86% restante lo relaciona «sin más» al yogur y a los lácteos, «por lo que la práctica actual no induce a error».
Por otro lado, señalar que el Ministerio de Agricultura tiene previsto modificar en breve dicho real decreto, precisamente con el objetivo de proteger la indicación «bio» como uso exclusivo para la producción ecológica e impedir que se use para alimentos no obtenidos mediante este tipo de agricultura.